Sigue narrando Tn.
-¿Qué haces aquí? -Le pregunté extrañada.
-Hay un pequeño problema. -Se rascó la nuca.
-¿Qué pasó? ¿Le pasó algo a Sebastián? -Ahora pregunté asustada.
-Sí. Aún después de todo lo que te hizo, ¿te importa?
Sólo negué, en realidad no sabía bien si me importaba Sebastián o no. A veces lo único que siento por él es odio.
-Bien, vengo a decirte la verdad antes de que ellos lleguen por ti.
¿Qué? ¿quién son ellos? Cuando Mario terminó de decir eso saqué mi celular y oprimi el botón que Luke le había puesto a mi celular.
-¿De qué hablas? -Me alejé de él.
-Ellos, los chicos, van a venir por ti, Tyler se los pidió.
Me quedé viéndolo fijamente, no sabía si en realidad me estaba ayudando o él intentaba lavarme la cabeza para llevarme con él.
Luke y yo quedamos en que ellos dejarían de trabajar para Tyler y ahora veo que no es así, deben ser muy buenos amigos tal vez.
-Sé que no conoces a Tyler y no te lo puedo explicar ahora, es mejor que escapes y te vayas de aquí si es que no quieres regresar con Sebastián. -Volvió a hablar.
-¿Por qué me dices todo esto? Sabes que no confío en nadie de ustedes.
Y es que era verdad, jamás confiaria en una persona así, simplemente no se puede.
-Me iré, alguien me ofreció un trabajo donde todo es digno, no le haré nada malo a nadie, ahora sí voy a poder andar por la calle con la conciencia tranquila.
¿Debía confiar en él? No sabía, él me ayudó desde que entré a esa casa. Pero era raro.
-Sigo sin creerte. -Me crucé de brazos y miré para otro lado.
-Deberías hacerlo, si es que no quieres regresar con ellos, yo ya me tengo que ir. -Sonrió de lado.
Llegaron los guardias y Luke junto con ellos. Iban agarrar a Mario pero antes hablé.
-Él no me hizo nada, déjelo ir. -Le avisé al guardia.
Mario se fue y yo me quedé con ellos ahí.
-Ya te puedes ir, no hay peligro. -Luke le avisó al guardia.
Debería preguntarle su nombre, es aburrido llamarlo por "Guardia."
El guardia se fue y Luke y yo nos quedamos solos.
-¿Qué pasó? -Me preguntó Luke. Pensé que seguía enojado.
-Nada. -Respondí seca.
No toda la vida tenía que estar contándole las cosas a él o a Sebastián, son mis asuntos no de ellos.
-¿Por qué estaba él aquí? -Luke me miraba a los ojos pero yo a él no.
-Vino de visita. -¿Qué le importaba?
-¿Visita? -Se rió. -¡Tienes dos malditos guardias para que ninguno de esos hijos de puta se acerqué a ti y según tú ¿vino de visita?! -Gritó casi en mi cara.
Okey sí, creo que me pase un poquito, tiene razón. Pero aún así a él que le importaba.
-¡Qué te importa! -También le grité y le di la espalda.
-No me hables así. -Me volteó con él para mirarlo a los ojos.
-Tienes razón, perdón. Es sólo que no me gusta que la gente sea entrometedora. Son mis cosas, no de otros.
Luke me agarró de los hombros y me vio fijamente a los ojos.
-¿A qué vino? -Levantó ambas cejas.
-Vino a advertirme algo.
-¿Qué cosa? -ahora sólo levantó una.
-Ellos vienen por mí.
-Ellos no te llevarán. -Me abrazó.
No sé cuándo le tenía más miedo, cuando es cariñoso o cuando se enoja.
-No quiero estar con nadie, quiero estar sola, ni con ellos ni con ustedes, sólo ser yo.
-No, eso no.
-¿Qué quieren de mí? Quédate la empresa, no me importa. -Dije con un hilo de voz.
-Estás mal. -me soltó.
-A la mierda. -Empecé a subir las escaleras. -Cuando te vayas cierras la puerta.
-No te voy a dejar sola. -Gritó y yo sólo lo ignore.
¡Quiero una vida! ¿Es mucho pedir?