ST.- 5

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Luke.
"Jamás harás gritar a Tn en la cama como lo hice hoy, te aseguro que ella misma va a regresar, yo no haré nada, ella vendrá sola. -Villalobos."
10:15 pm.

¿Qué? Sebastián y Tn habían tenido una aventura y ella no me dijo nada.  Ahora entiendo por qué estaba tan rara. Decidí quedarme a dormir en el sofá, mañana hablaría con Tn sobre esto.

Tn.
Desperté y vi que Luke no se encontraba a mi lado, era raro. Me quité la ropa y me puse una vata, me daría una ducha y trataría de convencer a Luke de que me lleve a la prepa, tengo que pedir permiso o no sé, algo.

Bajé para ver si aún estaba Luke en casa y así fue. Estaba en el sofá con su celular.

-Hey, ¿no dormiste conmigo? -Fruncí el ceño.

Luke se paró del sofá y caminó hacia mí, se me quedó viendo por vario tiempo hasta que decidió hablar.

-¿Qué tienes aquí? -Tocó mi cuello.

-Nada.

-¿Son mordidas?

Oh mierda, Sebastián había dejado marca.

-¿Qué? No, estás equivocado. -Lo aventé y tapé mi cuello.

-¿Qué pasó con Sebastián? -Preguntó serio.

-¿Insinuas que tuve algo con él?

-No lo sé, dime tú.

-Tengo que ir a bañarme, se me hace tarde para ir a la prepa. -Ya me iba pero Luke me jaló del brazo.

-Iré yo, y cuando llegue hablaremos de esto.

Sólo rodee los ojos y subí de nuevo a mi habitación, entré al baño y comencé a bañarme, cuando salí me puse:


Cepillé mi cabello y lo dejé suelto, me puse crema y un poco de maquillaje, tenía pensado en ir con Serena para que me pasara todos los apuntes que llevan. Bajé a la cocina y ya no estaba Luke. Me preparé algo de almorzar y cuando terminé entré al baño a cepillarme los dientes. Puse algo de música  en la radio y la estaba cantando, se escuchó el sonido de la puerta abrir y quité mi música, Luke se enojaría y no me dejaría ir con Serena si ve que tengo puesto un vestido. O sólo no me dejaría salir de la casa y él se ofrecerá a ir pero no siempre lo tiene que estar haciendo todo él.

Los pasos de Luke se escucharon en la cocina, era momento de salir e irme a la calle sin que se diera cuenta. Abrí lentamente la puerta y salí despacio.

-¿A dónde tan rápido? -Habló haciéndome saltar.

Corrí rápido a la habitación de arriba y cuando traté de encerrarme él aventó la puerta haciendo que cayera al piso y un pequeño rasguño saliera en mi labio inferior.

-Eres un idiota. -Me quejé mientras me sobaba.

-Recuerda lo que dijimos de las malas palabras. -Cerró mis labios con su mano y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

-¿Cómo supiste que estaba aquí? -Pregunté como si nada pasara.

-Siempre te encontraré, vayas a donde vayas. -Sonrió.

-Luke no tarda en llegar, tienes que irte. -Le avisé.

-Nos tenemos que ir, tú. -Puso su dedo en mi pecho. -Te vienes conmigo.

-¿Yo? Pensé que sólo te querías acostar conmigo y ya. -Me quejé.

-Sí, por eso vámonos, no quieres que te coja en esta cama mientras Luke llega, ¿o sí? -Sonrió.

-Vete a la mierda.

Salí de la habitación corriendo y bajé las escaleras de la misma manera, es absurdo querer escapar, Sebastián es más rápido que yo, cuando intenté abrir la puerta él me aventó haciendo que la volviera a cerrar. Se pegó junto a mí haciéndome estremecer.

-No tan rápido pequeña, tenemos toda la noche.

-¿Qué? Pensé que habías cambiado.

-¿En serio lo pensaste? Eres una estúpida Tn. -Se rió.

-¿Quieres dinero? ¡Tomalo! No me interesa tenerlo. Pero déjame en paz. -Le pegué en el pecho intentando aventarlo lo cual fue absurdo.

-Parece que no has entendido nada, ya tengo todo lo que quiero, junto con el dinero... -Pensó bien antes de hablar. -Lo que ahora necesito es una esclava sexual, es decir tú. También puedes complacer a mis amigos, al parecer siempre te quisiste acostar con todos porque eso es lo que eres, una zorra.

Me regresaría el golpe más fuerte pero qué le pasaba, le di una cachetada lo más recio que pude pero creo que me dolió más recio la mano a mí

- No soy una cualquiera, así como tú pides respeto yo también lo pido.

-Es la última vez que me pones una mano encima, créeme que lo menos que quiero es hacerte daño.

-Tú me confundes, Sebastián.

Ya no dijo nada, sólo me cargó como si fuera su costal. Me llevó hasta su camioneta y la puso en marcha, me amarró para así estar seguro de que yo no trataría de escapar y no lo haría, después de casi 1 hora llegamos a su casa, estaba donde no pasaba nadie. Por suerte ayer me encontré un taxi que me llevó de nuevo a casa.

-¿Qué les pasó a tus amigos? -Pregunté.

-Eso no te importa a ti. -Habló de mal modo.

-¿Por qué me tienes aquí? ¿Me venderás a alguien más?

-Jamás haría eso.

-¿Entonces? Me tienes confundida, un día eres dulce y al siguiente me tratas como la mierda, dame una señal.

-Vete de aquí, ya sabes cual es tu cuarto, no quiero que salgas, me tienes harto. -Puso sus manos en su nuca.

-¡No entiendo! -Grité y me fui a la habitación.

Después de un largo rato me acosté en la cama, trataba de quedarme dormida pero no podía, en mi mente había muchas preguntas las cuales seguían sin respuestas, y a decir verdad son unas preguntas muy estúpidas. Sebastián jamás llegaría a gustarme, es algo muy ilógico y un tanto estúpido, somos rivales a muerte.

Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora