Narra Tn.
Fede terminó su trabajo y me desamarró de las manos, si antes me sentía sucia por no bañarme en un día, hoy es peor. No sé qué pensar. No sé nada. Y tampoco sé qué mierda pasaba por mi cabeza al querer defender a Sebastián, él siempre será el culpable de todo lo malo que a mí me pueda pasar y eso lo odio.
Fede se levantó y fue hasta donde estaba Sebastián.-Espero que te haya quedado claro lo que yo sentí cuando tú hiciste lo mismo. -Le dijo a Sebastián.
¿Qué? ¿Sebastián se había acostado con una chica que era novia de Fede? Los más seguro es que sí. No sé cuántas chicas hayan pasado por debajo de Sebastián y ni siquiera quiero pensarlo. Me hierve la sangre de coraje.
Si yo no hubiera salido del baño probablemente Sebastián ya no estaría aquí para contarlo, yo lo odio pero nunca le desearía mal a una persona, no le deseo a nadie lo que me pasa a mí. Ni a mi más grande enemigo.
Fede salió de la habitación y le puso llave, yo me cambié como pude y me fui a una orilla del cuarto, no quería estar con Sebastián ahora que podía.
-Perdón. -Susurró desde el otro lado de la habitación.
Y justamente eso quería escuchar, me daría más coraje que se tragara su maldito orgullo y no lamentara lo que me acaba de pasar.
-Ésta fue por ti, gracias Sebastián. Así nunca te olvidaré en mi perra vida. -De nuevo empecé a llorar.
-Sé que un perdón no te bastará porque yo tampoco me perdonaré lo que te acaba de pasar. -Susurró Sebastián.
Oh mierda, por eso es que me odio tanto, por tener un maldito corazón tan noble con todas las personas. Me paré de donde estaba y caminé hasta Sebastián, me quité una prenda que tenía y se la amarré en el pie, es mejor que deje de sangrar. No quiero perderlo después de todo.
-Eres un idiota, Sebastián. -Lo tomé de sus mejillas y le sonreí.
-Lo sé, y jamás me lo perdonaré, jamás debí traerte, jamás debí conocerte.
- Hey, tampoco exageres. -Le di un pequeño golpe en su hombro.
-¿No te arrepientes? -Preguntó Sebastián.
-Eres a la única persona que tengo después de todo. -Me senté a lado de él. -Te odio tanto pero te juro que no te quiero perder. -Recargué mi cabeza en él.
-Gracias por todo. -Me dijo Sebastián.
-Ya no digas eso, esa palabra no nos trae buena suerte. -Ambos reímos.
-Tenemos que hacer algo para salir de aquí. -Dijo Sebastián.
-¿Qué podemos hacer? -Le pregunté.
-Tu ropa. -Dijo con esperanza.
-¿Qué tiene? -Pregunté curiosa.
-Tiene un chip. Los chicos van a venir por nosotros.
-Sebastián. -Dije llamando su atención.
-¿Sí?
-¿Cuándo salgamos de aquí qué pasará?
-Tú siempre estarás conmigo.
-¿Qué significa eso? -Pregunté con el ceño fruncido.
-Que siempre serás mi secuestrada.
-¿Me debo preocupar por eso? -Reí.
-Después de todo lo que ha pasado, ¿piensas que seguiré teniendote cerca de mí? -Hizo una mueca.
-¿Me dejarás sola? - Mi sonrisa se borró.
Sí, no sabía qué pasaba conmigo. Minutos antes no quería ni verle la cara a Sebastián y ahora no quería que me dejara sola, y es que me acostumbré a él, no puedo dejarlo ir así nomas, de todas maneras afuera estará Luke esperándome, yo le hablé a él para que viniera por mí, y no se si lo hizo o se olvidó de mí. Pero yo no quiero estar con alguien más que no sea Sebastián. Necesito de él.
-Tn, debes entender que yo soy un peligro para ti. -Me miró serio.
-¿Después de todo lo que pasamos me dejarás sola? Eres increíble, Villalobos.
-¿Alguna vez te dije que te veías bonita cuando te enojas? -Le sonreí.
-Sebastián, esto es serio. Ya sé. Tengo una idea. -Sonreí.
-¿Cuál?
-Debes dejar tu trabajo.
- No, eso nunca será una opción.
-¿Qué? ¿Después de que casi muero por tu culpa y abusaron de mí, piensas eso? Qué bajo.
Vamos, no era mala idea de que Sebastián dejara su trabajo, yo sé que él estaría bien si trabajara en otra cosa.
-No cambiaré de opinión, no lo repitas.