S.T. 29

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-¿Ya hablaste con él?

-¿Con quién?

La luz era muy fuerte, muy apenas alcanzaba a ver la silueta de mi madre.

-Tn, debes hacer justicia. No te quedes con lo brazos cruzados. -Dijo mamá con tono de súplica.

-¿De qué hablas mamá? No te entiendo. -Una lágrima resbaló por mi mejilla.

-Cariño, sino platicas con él nunca entenderás nada.

Vi como mi madre se alejaba y yo me quedaba en aquella habitación totalmente blanca, no hay nada, sólo yo tirada en el piso.

Otro maldito sueño, creo que me estoy volviendo loca, pensé que una vez que fui al panteón dejaría de soñarlos pero ya veo que no. Cada vez están más presentes en mis sueños.

-¿Qué hora es? - La voz de Sebastián me sacó de mis pensamientos.

-Nueve.

-Tengo que ir a casa de los chicos, vístete.

Rodee los ojos y me paré de la cama. Sebastián sabe perfectamente que no me gusta ir a casa de ellos y no es por ellos, sino por Diana y Celeste que siempre están ahí. Simplemente no puedo estar junto con ellas, siempre son puros problemas.

Agarré un pants negro y una sudadera del mismo color, me puse mis tenis y Sebastián hizo lo mismo. Hice una dona en mi cabello y salimos de casa.

-Al rato vendré por ti, no creo tardar. -Besó mi mejilla y me quité.

A veces lo sigo odiando.

Entré a la casa y ahí estaban todos, era muy aburrido no poder tener nadie con quién conversar, claro que podía hacerlo con ellos pero Sebastián es un maldito celoso que pensaría cosas extremas de lo cual nada está pasando. Así que es mejor mantener mi distancia.

Diana y Celeste no estaban en casa y eso era algo que me alegraba mucho. Es mejor no ver sus caras y no tenerlas cerca. Subí a la habitación del último piso y me puse a ver televisión. Después de un rato me quedé profundamente dormida.

Narra Sebastián.
No podía traer a Tn con Tyler, es como si la estuviera metiendo en asuntos de mi trabajo y no quiero eso. A Tn no debe importarle en qué trabajo ni con quién lo hago. Sé que mis amigos cuidan bien de ella, lo hacen a su manera pero lo hacen.

-¿Qué debo hacer? -Pregunto a Tyler quien es el que me da las órdenes.

-Tienes que ir a entregar esta mercancía, es en Italia, mañana sale tu vuelo a primera hora.

-Bien, ¿es todo?

-Sí, mañana te llamaré para pasarte la dirección del encargo.

Asentí y salí de ahí.

Narra Tn.
Desperté con algo de hambre y decidí bajar a la cocina para ver si al menos tenían algo refrigerado. Pasé por los cuartos y antes de bajar las escaleras escuché que estaban hablando Juanpa y Ruiz, tal vez era una plática que debería interesarme ya que escuché que me mencionaron un par de veces.

-Cuando Tn se entere odiará a Sebastián de por vida. -Dijo Ruiz en tono de burla.

-Ella no se debe enterar. Es por eso que les pagaron para que inventaran lo del accidente. -Contestó Juanpa.

¿Qué maldito accidente? ¿De qué no me tenía que enterar? ¿Acaso están hablando de mis padres?

-Tyler no debió abrir la boca, Luke debe estar furioso por esto. -Se burló Ruiz.

-Mientras no llegue a oídos de Tn todo está bien. -Habló Juanpa.

Bien, es hora de meter mis narices y saber qué es de lo que yo no me tengo que enterar y por qué Luke tiene que ver en esto.

-¿De qué no me tengo que enterar? -Hablé firme.

-Pensé que Sebastián te había educado bastante bien y ya no escuchabas las conversaciones ajenas. -Dijo Ruiz.

-Pues ya viste que no fue así. -Arquee una ceja.

-Deja de escuchar las conversaciones ajenas, niña. - Me palmó una mano en la frente.

Parezco niña chiquita pero le voy a decir a Sebastián esto.

- No es ajena, ya que han mencionado mi nombre un par de veces. - Me defendí.

- No me hagas castigarte, vete a dormir o no sé. Pero no espíes a la gente. -Dijo Ruiz por último y se fue.

¿Así nomas? Yo no me iba a quedar de brazos cruzados, esos idiotas mencionaron varias veces mi nombre y estoy segura de que también hablaban de mis padres. Caminé atrás de él y lo estiré de su manga de la chaqueta de mezclilla que lleva puesta.

-Está bien, habla la mierda que quieras de mí. Pero dime lo que dijiste de mis padres. -Su cara cambió. Señal de que sí estaba hablando de mis padres.

-¡Deja de meter tus putas narices donde nadie te llama! - Me dio un fuerte empujón.

-¡Aléjate de ella, imbécil! -Entra Sebastián gritando y se pone enfrente de mí.

-Ella misma -me apuntó con el dedo índice -se merece ésto, dile que deje de meterse en lo que no le importa.

-Sabes perfectamente que no puedes tocarla a ella.

Se siente bien tener al menos a una persona que sí te defiende de los demás.

-Deja de jugar al puto cuento de princesas, tú sabes que si ella le llega a poner una demanda a Tyler todo se va al carajo. -Habló Ruiz demasiado molesto.

-Ella no hará nada, deja de decir estupideces, lárgate de aquí. -Ruiz se fue y Sebastián me miró preocupado.

-Hola. -Dije nerviosa.

-¿Te quieres ir ya? -Solo asentí.

Íbamos en el carro de camino a casa, tenía muchas preguntas que hacerle a Sebastián pero todavía no era el momento. Después de la discusión con Ruiz me habían quedado más dudas sin resolver. ¿Por qué le afecta tanto que yo me entere de todo? Yo no diré nada, a final de cuentas Sebastián está conmigo y eso es lo que importa. Yo apoyaré a Sebastián en todo como él lo ha hecho conmigo. Simplemente no puedo dejarlo sólo aunque a veces me dé dolor de cabeza.

¿Yo por qué le pondría una demanda a Tyler? No digo que sea buena persona porque con el simple hecho de ser amigo de Sebastián y todos ellos ya sé que está metido en todos sus "trabajos" eso es algo que ellos deben resolver solos.

Sebastián debe contarme todo llegando a casa, le he demostrado que puede confiar en mí. A pesar de que he escapado varias veces de casa nunca he hecho nada en contra de ellos más que sólo una vez y fue porque Sebastián estaba más loco y me golpeaba, ahora ha cambiado, o tal vez sólo sea por un momento así que lo estoy aprovechando.

Las segundas oportunidades sólo aparecen una vez en la vida.

Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora