Okey, aquí vamos de nuevo.
-¿Tienes algo que decirme? -Hablo primero que él.
- Lo mismo te quiero preguntar yo a ti. -Su mirada es seria.
Tal vez ambos tengamos cosas diferentes que decirnos.
-Ya me enteré de todo Sebastián, y te digo ahora que dejemos todo por las buenas, sal de mi vida y ya no regreses. -Mi voz se quiebra pero no me voy a poner a llorar por alguien que no supo valorar.
-¿Me estás terminando? En todo caso yo debería ser el que te termina a ti. - Me rio.
-¿Ah sí? Pues te gané, dile a tus amigos que anden con cuidado, ya no seré más su burla.
-¿De qué mierda hablas, Tn? -Sebastián quiere llevar la mentira a fondo.
Saco los papeles de mi bolso y se los aviento en la cara, algunos los alcanza a atrapar y otras caen, se agacha al suelo por ellos y me da una mala mirada por lo que acabo de hacer. Tal vez me pasé de mal educada pero el enojo no me deja pensar.
-¿De dónde sacaste todo esto? ¿Fue el idiota de Luke verdad? -Sebastián está enojado y no entiendo por qué.
En todo caso la que debería estar enojada soy yo. Él sólo ha ocultado la verdad y es por eso que me tenían con ellos. Nunca fue nada de amor. Tal vez por eso Ruiz embarazó a Kate, para mantenernos siempre en mentiras y nunca saliera la verdad a la luz.
-Con Luke no te metas, sino fuera por él nunca me hubiera enterado de esto. ¡Todo este tiempo me estuviste ocultando que tú mataste a mis padres! -Mis lágrimas comenzaron a salir.
-¡Deja de defenderlo, maldita sea! Yo no hice eso, y ahora mismo te lo voy a demostrar.
Sebastián sacó su celular y empezó a hablar con Tyler, lo supe cuando mencionó su nombre. Ahora resulta que todos están detrás de la muerte de mis padres. Colgó y me miró mal.
-¿Qué? -idiota.
-Vámonos.
Me agarró de la mano y abrió la puerta de su auto para entrar, me subí y cerró la puerta, rodeó el carro y se subió él. Iba a toda velocidad, ahora no me importa que vaya lento o despacio. Llegamos y recuerdo muy bien este lugar, Luke me trajo antes aquí.
Entramos a una oficina donde estaba un señor, tal vez él es Tyler. Sacó varios papeles y todos eran iguales a los que me dio Luke. Estos con algo de polvo ya.
Creo que ahora estoy entendiendo algo.
Salgo de ahí y me siento terriblemente mal por no confiar en él. Aunque Sebastián no es buena persona, aunque yo lo quiera a veces me es difícil poder confiar en él.
Subo al auto y Sebastián entra en él. Vamos de nuevo a casa.
Entré a mi cuarto y Sebastián también lo hizo.
-Todavía no terminamos de hablar. - Me jala del brazo haciendo que quede frente a él.
-¡Sueltame! Aquí estoy, no me voy a ir. - Me quejo.
-¿Dónde mierda estabas en la mañana?
Luke.
-Con los idiotas de tus amigos.
Sebastián me apretó del cuello, tal vez porque acabo de decir una mala palabra, no es para tanto, no sé por qué se pone así, pero lo odio cuando hace eso.
-¿Con quién? -Elevó una ceja.
-Con tus amigos, ¡suéltame! -Traté de quitarme pero no pude.
Sebastián quitó su mano de mi cuello y estoy segura que se quedó un poco rojo. Ya que no dejaba de ver mi cuello, ¿tengo algo?
-¿Quién mierdas te hizo esto?
Oh, oh.
-¿Qué cosa?
Aventé a Sebastián y fui a verme al espejo, mierda. Tengo una maldita mordida o chupón. Luke no fue, de eso estoy segura. Fue el idiota que estaba en casa de los chicos, no me sé su nombre.
Sebastián me jaló acorralandome a la pared.
-¿Quién se atrevió a tocarte? ¿Fue Luke? Dime, ahora mismo voy a matar a quien haya hecho eso. -Me agarró nuevamente del cuello y apretó más fuerte. -Habla de una puta vez.
-Sebastián, me estás lastimando. -Dije con un hilo de voz.
-¿Fue Luke?
-Luke no me tocaría si yo no se lo permito.
Sebastián estampó su mano en mi mejilla, mis lágrimas comenzaron a salir. Vaya mierda de hombre que me he conseguido. Pensé que había cambiado, o al menos había dejado los golpes de un lado.
-¿Dejaste que ese hijo de puta te cogiera y me lo dices como si nada? ¿Cuándo vas a entender que tú sólo eres mía? -Gritó en mi cara.
-¡Luke no fue! -Lloré. -Fue uno de tus amigos.
- No mientas, Tn, ninguno de ellos te tocarían. -Gritaba tan fuerte que su saliva estaba mojando mi cara.
-¡Ya basta! Déjame libre. -Dije llorando.
-¡Tú eres mía, y ahora mismo te lo voy a demostrar!
Empezó a besar mis labios salvaje pero yo lo esquivaba, con sus manos agarró mi cabeza para no moverla, tenía los labios cerrados y su lengua recorría toda mi mejilla, mis lágrimas seguían saliendo, a Sebastián le da igual. Veces pasadas había experimentado esto ya.
-¡Ya quítate! -Grité.
Trataba de quitarlo pero me era imposible, Sebastián está muy pesado y cuando se enoja se pone más fuerte. Sebastián mordió mi labio y traté de quitarme pero lo mordió más recio haciendo que este me sangrara. No voy a dejar que Sebastián se salga con la suya otra vez. Ya no.
Liberé mis manos y traté de pegarle en la cara, él se enojó más y me soltó otro golpe en la mejilla, sentí mucho ardor, estoy segura de que ahora sí me salió sangre.
El timbre se escuchó, estaban tocando la puerta, necesito abrir y pedir ayuda ahora mismo.
Sebastián se sorprendió de lo que acababa de hacer, se alejó y sus manos se las llevó a la nuca, sabe perfectamente que ha cagado todo conmigo.