Yo me hice para atrás con miedo y choqué con alguien, no sabía quién era.
-No tan rápido pequeña. -Lo vi y me hice para atrás aunque fue mala idea ya que ahí estaban los otros.
-Qué bonita sorpresa. -Habló uno de ellos.
-¿Están planeando algo? ¿Por qué estás aquí? -Contestó el otro.
Yo no decía nada, les tenía mucho miedo a estos tipos.
-¡Habla! -Gritó uno de ellos haciéndome sobresaltar.
-Me perdí. -Susurré.
Fue lo único que se me ocurrió decir, no tenía ni idea las intenciones de ellos, lo único que sabía es que eran igual o peor de locos que los otros.
-¿Ah sí? ¿Justamente aquí? -Habló uno de ellos y se me iba acercando, yo sólo retrocedí y Luke lo agarró del pecho.
-Déjala, ella es a la que buscamos. -Le avisó Luke.
-¿Ella es Tn?
-Sí. -Afirmó Luke.
-Ahora di la verdad, ¿Por qué estás aquí? -Habló Luke.
-Los chicos salieron de paseo y me escapé de la casa. -Hablé.
-Ou, con que muy buena para escapar, es la segunda vez que lo haces, si no me equívoco. -Habló Michael.
-Sí. -Agaché la cabeza.
-Llevensela al sótano. -Dijo Luke.
-¿Qué? ¡No! -Grité.
-Nosotros no somos como el idiota de Villalobos y su pandilla, eso grabatelo. -Habló Luke.
Los otros dos me agarraron y me llevaron al sótano, todo estaba oscuro y olía mal, no era como Sebastián, extrañaba estar en aquella casa. ¿ahora cómo iba a salir de aquí? Me senté en uno de los escalones que eran para entrar al sótano, olía mal y todo está sucio, no me iba a bajar.
Pasaron varios minutos y yo seguía ahí, tenía mucho sueño. Ahora más que nunca quería que Sebastián estuviera a mi lado.
Me estaba quedando dormida cuando escuché que alguien estaba abriendo la puerta, no abrí los ojos, solo esperaba a que me dijeran algunas malas palabras o algo así.
-Despierta, tienes que comer. -Dijo un rubio.
Y claro que tenía hambre pero no iba a comer nada. No aquí, daban ganas de vomitar sólo con ver como estaba, ahora más con el olor.
-No tengo hambre.
-Y yo no te pregunté si tenías, ahora come. -Empujó el plato conmigo y yo le di un manotazo haciendo que el plato cayera al suelo. Ups.
-¡Te dije que no tengo hambre! -Les tenía miedo pero si siempre se los demostraba nunca iba a avanzar con esto.
-Mierda, a Luke no le gustará nada esto, y más te vale que cuando esté él contigo te comportes.
-Luke me la suda. -Dije sin verlo.
-¿Que yo qué, cariño? -Escuché la voz de Luke y voltee de inmediato hacía ellos.
-Bien, te la dejo. -Dijo el rubio dejándonos a Luke y a mí solos.
Luke se acercó a mí y yo por primera vez entré al sótano, intentaba esconderme pero sólo tenía un cuarto, entre ahí y tenía una cama de yeso, me paré a lado de ella y esperé a Luke.
-Sí que eres tonta, ¿cómo se te ocurre esconderte en mi casa? O mejor dicho, mi sótano.
Entró a la pequeña habitación en la que yo estaba.
-No me hagas daño por favor. -Susurré.
-Eso debiste pensar antes de abrir la boca, te advertí una vez que yo no era Villalobos, y lo dejaste pasar por largo. -Soltó una risita fastidiosa.
-No pensé lo que dije, perdona. -Hablé más bajo.
-El daño está hecho, y te enseñaré a no meterte conmigo linda. -Se acercó hasta mí.
-No, alejate de mí. -Puse mis manos en su pecho haciéndolo para atrás pero no podía, era fuerte.
Me dio una cachetada y yo empecé a llorar, mi pecho subía y bajaba, estaba asustada, allá no me habían golpeado así.
-¡No me toques! Odio que la gente me toque. -Escupió al suelo.
Yo no sabía qué hacer, estaba entre él y la pared, tenía miedo, por primera vez quería que Sebastián fuera mi amigo y estuviera conmigo. Pero no todo en la vida es color rosa. Existe el blanco, pero también el negro.
-Deja de llorar o te voy a dar otro más recio. -Dijo desesperado.
Yo traté de hacerle caso, mis lágrimas seguían saliendo y mi respiración estaba agitada, yo ya no emitía ningún sonido pero volví a sentir otro golpe más en mi abdomen.
Y ese golpe fue necesario para volver a hacerme llorar, no era llorona pero esto dolía, dolía muy fuerte, me dejé caer al suelo sucio, ahora no me importaba si se encontraba limpio o sucio, yo lo que quería era que se me quitara este dolor de encima.
Llorando voltee a verlo y él tenía una sonrisa en el rostro. Era una mierda, no estuve equivocada en salir de la casa de Sebastián, estuve equivocada en tratar de pedir ayuda, caminando sola hubiera llegado hasta un lugar bien y así encontrar las empresas, sacaba algo de dinero y me iba de aquí para siempre.
Luke me estiró del cabello arrastrándome por la sucia habitación y me dio una patada en la costilla.
-¡Dije que dejes de llorar! ¡Me desesperas! -Me gritó.
Trataba de callarme pero no podía, me quería sobar donde me dolía pero si me tocaba me ardía más, no podía hacer nada, tenía miedo de que Luke me matara, por primera vez en mi vida tenía miedo de morir.
Luke me levantó de los cabellos de golpe y con una mano me tomo de mis dos mejillas, él seguía con una sonrisa en su rostro y me escupió la cara, yo sólo cerré los ojos, estaba creciendo un odio tan grande de mi parte hacia él, tenía ganas de golpearlo hasta poder sacar todo mi coraje pero eso no podía pasar.
Luke estaba a punto de volver a golpearme, yo sólo cerré los ojos esperando el golpe hasta que llegó...