S.T. 22

216 18 2
                                    

Sebastián se me queda viendo raro cuando se percata de que estamos afuera de las empresas de mis padres.

-¿Qué hacemos aquí? -Pregunta.

-No tardo mucho.

-Voy contigo.

Sebastián.
No dejaría a Tn sola, nunca se sabe cuando pueden pasar las cosas y ahora mismo estamos afuera de las empresas de sus padres, ambos bajamos del auto y tomo a Tn de la mano, ella me sonreí y entramos a las oficinas. Un chico nos recibe y Tn habla con él de cosas que a mí no me interesan y son del negocio. Pasamos a oficinas más adentro y bajamos unas escaleras, personas con armas están cuidando la oficina a la cual vamos a entrar.

-¿Él también va a entrar? -Le preguntan un hombre alto a Tn.

-Es mi pareja. -Ella contesta y yo sólo sonrío.

Entramos al cuarto y adentro sólo había una persona, Tn hablaba de dinero y fue donde entendí en dónde nos encontrábamos. Estábamos en la oficina donde se maneja todo el dinero que se junta de las empresas. Y vaya que debe ser demasiado para que tengo cientos de guardias al rededor de ésta.

Le dieron el dinero a Tn y ella lo guardó en un maletín.

Yo secuestré a Tn sólo por su dinero, y hacen unos meses atrás todavía me interesaba, ahora no. Ese dinero sólo le pertenece a ella y ella me pertenece a mí. Tn es mía y nunca la dejaré ir.

Salimos de la oficina y subimos a la camioneta, ahora yo voy a manejar.

-Es demasiado el dinero que dejan las empresas. -Rompo el silencio.

-Lo cambiaría por mas tiempo con mis padres.

-Las cosas siempre pasan por algo. -Toco su mano y ella sonríe.

-Vamos al centro comercial, quiero comprar algo para quitar el aburrimiento.

-Eso yo te lo puedo quitar, nena.

-No hablo de eso, Sebastián.

-Perdón.

Llegamos al centro comercial y primero caminamos para ir por un helado. Tn pide el de ambos mientras yo me siento en las bancas y la espero. Lo terminamos y ahora nos dirigimos a una tienda de videojuegos. Era el dinero de Tn ella puede comprar lo que quiera aunque no me molestaría comprarlo yo. Elige un xbox one y el señor de la tienda le da algunas instrucciones mientras le cobra. Mira mucho a mi chica y eso está empezando a incomodarme.

Abrazo a Tn por atrás y le deposito un beso en su nuca haciéndole entender que ella es mía. Tn me aparta para recoger las cosas pero lo hago yo primero. Salimos de la tienda y Tn corre con una persona a saludarle. Cuando se separa de él logro ver de quién se trata.

Mario Bautista.

¿Pero qué hace Tn abrazándole? Él se acerca conmigo y le saludo bien. Los problemas que hayan surgido por culpa de nuestro jefe no tiene por qué afectar en nuestra amistad. Carnales hasta la muerte.

-Hey, veo que les va bien. -Dice viéndonos a ambos.

-Sí, muy bien. -Hablo antes que Tn.

- Me da gusto que salgan a pasear juntos. -Dice viendo a Tn.

-Claro, debo sacar a mi chica a pasear. -Abrazo a Tn de la cintura y ella sonríe.

-¿Qué tal tú, cómo te va? -Pregunta Tn.

-Super bien, después les llegará una invitación a su casa, ya sabrán que me traigo entre manos, ahora me tengo que ir porque me están esperando. -Sonríe.

-Adiós. -Tn le besa la mejilla y yo la estiro del brazo.

Tn y Mario se traían algo cuando vivíamos todos juntos en la casa, ahora más que nunca no voy a permitir que Tn y Mario se hablen. Mario es uno de mis amigos más íntimos y yo sé que él respeta a mis chicas, o mejor dicho a mi chica. Pero el miedo no anda en burro.

Me despido de Mario y él se va. Tn y yo caminamos de nuevo al estacionamiento y subimos a la camioneta.

-¿Por qué eres así? -Pregunta de pronto.

-¿Así, cómo? -Pregunto burlón.

-Estaba despidiendo a Mario y tú me quitaste de con él. -Dice sería.

-¿Querías pasar más tiempo con él? ¿Querías una cita a solas? ¿Ya te querías ir con él a vivir? -Pregunto serio.

-Eres un exagerado, Sebastián.

Me gusta mucho cuando dice mi nombre, y más cuando está enojada pero ahora no es tanto el momento. Y menos porque estamos teniendo una charla de un hombre que no soy yo.

-Estoy preguntando bien.

-Sí, me quería ir con él.

Auch.

-¿Sí? - La miro y ella me mira a mí.

-Obvio no, por Dios, Sebastián. -Sí carcajada inunda el carro y yo me sigo haciendo el serio.

- No me causa gracia tu chiste.

-A mí sí. -Vuelve a sonreír.

Amo su risa. Amos los hoyuelos que se le forman cuando esa jodida risa tan hermosa sale de sus labios.

Mi risa sale y ella ríe aún más recio.

-Ya, Tn. Te vas a hacer del baño. -Río.

-Okey ya. -Suelta una última risa.

- Pero aquí dice que ese maldito cable va en este color. -Dice Tn desesperada.

-Cuida tu boca, corazón. A ver -le quito los cables de las manos -déjame ayudarte.

Acomodo los cables y es lo más sencillo del mundo, sólo es el chupón en el color que va. Es todo el problema.

-¡Ya se ve! -Grita Tn.

-¿En serio se te hacía difícil poner los chupones con su color correspondiente? -Pregunto burlón.

-Perdón niño sabe lo todo. -Se queja.

- No te perdono. -Le sonrío y beso la punta de su nariz.

-Ya Sebastián, el día se acaba y yo quiero jugar ahora. -Trata de quitarse de mis brazos.

-Un último beso y te suelto. -Pido.

-Último. -Recalca la palabra.

Tn se pone de puntitas y besa mis labios fugazmente.




Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora