Sebastián vino por mí para ir a comer, me llevó a un restaurante, antes no salíamos por los problemas que tenía él y yo que en ese tiempo era una simple secuestrada. Terminamos y fuimos Sebastián me llevó a mi casa, él se fue a con los chicos. Yo tenía cosas que hacer.
Las cosas con Sebastián iban demasiado bien, me llegó otra carta que no abrí, sabía que era de Luke pero decidí tirarla a la basura de inmediato. Sebastián dijo que lo mató así que probablemente las cartas llegaron demasiado tarde.
Las cosas con la empresa iban de mal en peor, tenía guardias afuera ya que cancelaron la salida de todo el dinero, sí quedó mucho pero a diferencia de lo que antes había no se comparaba con nada. Justin hace muy bien su trabajo y contrató a un hacker para rastrear la cuenta que se llevó el dinero. Espero encuentren a quién lo hizo lo más pronto posible.
Kate me invitó a comer a su casa por ser día de su cumpleaños. Ya estaba vestida así que fui directo a su casa. No llevé mi carro porque Sebastián dijo que pasaría por mí para recogerme. (Ds)
Llegué a su casa y saludé a su mamá y a la demás familia de Kate. Todos me caían muy bien, siempre fueron mi segunda familia. Subí con Kate a su cuarto y le di un abrazo, le regalé un conjunto de ropa junto con un collar, a Kate le vuelven loca los collares.
—Gracias, no te hubieras molestado.
—No es molestia, Kate.
—El bautizo de Osiel será el mes que entra, y quiero que Sebastián y tú sean los padrinos, ¿qué dices? —me movió emocionada.
—Por su puesto que sí —la abracé —le comentaré a Sebastián.
—Yo sé que va a decir que sí.
La fiesta fue un distractor muy grande para olvidarme por un momento de las empresas. Terminó y Sebastián pasó por mí. Llegamos a mi casa y subimos a mi cuarto.
—Kate quiere que seamos padrinos de Osiel.
—Genial, me parece perfecto —dijo con una sonrisa en sus labios.
Me acerqué a besarlo y de inmediato me tomó de la cintura apegándome más a él. El beso subió de nivel y de un momento a otro nos encontrábamos en la cama. Sebastián era quien llevaba el control.
Estaba segura de lo que quería hacer, ya ha pasado mucho tiempo, Sebastián ya no me da miedo. Quiero hacerlo, quiero tenerlo más cerca de mí.
Me quité la playera y Sebastián hizo lo mismo, beso mi cuello haciéndome causar escalofríos. Me quitó el pantalón que llevaba y él hizo lo mismo con el de él.
—¿Estás segura de ésto? —preguntó antes de hacer algún otro movimiento.
—Sí —susurré.
Nuevamente besó mis labios y quitó mi sostén, fue dando besos en una línea recta a partir de mis labios para abajo hasta llegar a mis bragas. Las quitó y subió a darme otro beso en los labios. Se quedó un momento jugando con mis labios, no había prisa alguna.
Estaba disfrutando mucho del momento que estaba teniendo con Sebastián, de todas las veces anteriores ésta era diferente, era mejor. Terminó y se acostó a lado de mí.
—Te amo, Tn —besó mi frente.
Estaba por dormirme cuando mi celular comenzó a sonar, me levanté y contesté.
—¿Sí?
—Ya descubrimos todo, y hay una noticia buena y mala, deberías venir, te juro que ésto te va a gustar demasiado.
—¿Es muy importante? —voltee a ver a Sebastián.
—La mejor noticia de tu vida.
—En un momento voy para allá.
Entré al baño y me di una ducha rápido, salí y Sebastián se despertó.
—¿A dónde vamos con tanta prisa? —se rió.
—Quédate aquí, no creo tardar.
Sebastián se paró de la cama y entró a la ducha. Rodé los ojos y comencé a cambiarme. Sebastián salió y también se empezó a cambiar, ambos estábamos listos y salimos de la casa.
Sebastián me abrió la puerta y entré, él rodeó el carro e hizo lo mismo.—¿A dónde? —preguntó.
—A la empresa.
En el camino fuimos en silencio, cuando llegamos me bajé casi corriendo, no sabía cuál era la noticia que me tenían que dar. Afuera habían dos ambulancias que justo estaban por irse y había patrullas.
¿La noticia era buena y muy mala a la vez? Entré y me topé con Justin.
—¿Qué pasó? —pregunté viendo el lugar que todo estuviera en orden.
—¿No viste? —Se rió de mí.
—¿Ver qué? —pregunté extrañada.
—Ya dimos con las personas que estaban detrás de todo ésto, sus nombres son; Calum Hood, Ashton Irwin y Michael Clifford. No sé de dónde salieron y qué tenían en contra de tus padres pero ahora todo está solucionado.
No dejaba de pensar en Luke, es verdad, él está muerto. Y Sebastián lo mató.
—¿Entonces todo está bien? —pregunté.
—De lo mejor.
—Y... ¿Por qué las ambulancias allá afuera?
—¿No los viste? —preguntó entre risas.
—¿Ver qué? —subí el tono de voz. Justin empezaba a colmar mi paciencia.
—¿Estás lista para la mejor noticia de tu vida? —me tomó de los hombros.
—Joder, ¡habla de una maldita vez! —exclamé desesperada.
—Son tus padres, Tn, ¡ellos están vivos!
¿Qué? Eso no puede ser verdad, yo los he soñado, sueño que ya no están aquí, los he ido a ver al panteón. ¡Luke los mató!
—¿Qué? —fue lo único que dije.
—Ve al hospital a verlo por ti misma —me tomó de los hombros y me volteó.
Empecé a caminar, todo mi cuerpo estaba temblando, no puedo creer eso. Ni siquiera sé cómo sentirme al respecto. No sé si estar enojada o no con Sebastián, ni siquiera sé si él tiene algo qué ver con esto. Entré al auto y ahí estaba él.
—¿Ya me vas a decir a qué venimos hasta acá? —preguntó Sebas.
—Vamos al hospital, después hablamos.
Sebastián ya no dijo nada y agradecí tanto por eso. Estaba que los nervios me comían, mi estómago no dejaba de crujir, tenía un fuerte dolor en el pecho que estaba haciendo que el aire se me fuera. Mi corazón estaba demasiado acelerado, podría decir que en este momento estaba sufriendo de una taquicardia.
Llegamos al hospital y salí del auto aún temblando, caminé más deprisa sin esperar a Sebastián, y es que no quiero que entre, una de las razones por las que ha pasado todo esto es él. Y no lo odio, es muy tarde para odiarlo, Sebastián se ha ganado mi corazón.
Llegué a recepción y pregunté por aquellos dos nombres que desde hace dos años ya no los había mencionado.