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Narra Sebastián.
Sentí mucha culpa que Tn nos viera en el momento menos indicado, obvio estaba feliz de que ella estuviera una vez más en mi casa pero no que me haya visto así como estaba. Dejé de lado a Diana y me cambié lo más rápido que pude, tenía que ir con Tn ahora más que nunca. Salí de la habitación y bajé las escaleras, allí estaban Rk y Ruiz.

-¿Dónde está? -Pregunté desesperado.

-¿De quién hablas? -Hizo una mueca Ruiz.

-De Tn, ¡Hablen ya! -Grité desesperado.

-Se supone que fue contigo. -Contestó Rk.

Ash, estos idiotas no saben hacer nada bien, sin decirles nada me fui de ahí y subí las escaleras hasta llegar al último piso, debería estar allí, siempre está en ese cuarto. Abrí la puerta y ella estaba acostada en la cama. Entré silenciosamente y fui hasta ella.

-¿Hola? -Ella rápido se sentó en la cama e ignoró mi saludo. -¿Acaso no piensas responderme?

-¿En serio? ¿una vez más? Pensé que habías pensado un poco las cosas y me dejarías de molestar. -Dijo ella con sus ojos llorosos.

-Es mi trabajo, no te tengo aquí nomas porque sí.

-Pues cuidalo que te queda poco.

-¿Eh?

¿Tn que sabía de mi trabajo? Es cierto que estuve a punto de perderlo pero Tyler y yo nos tenemos mucha confianza, desde chico él me dio trabajo, vio por mí cuando nadie más lo hizo.

-Nada.

-Repite lo que dijiste.

Obviamente sabía pero quería rectificar.

-¿Ya también eres sordo? Imbécil. -me contestó casi gritando.

Bien, si así quiere que sean la cosas así serán.

-A la mierda.

Salí de la habitación y me fui con Diana una vez más a terminar lo que empezamos.

Narra Tn.

A la mierda con Sebastián, no sé qué era lo que quería, ya tenía a otra, ¿para qué ir por mí? Esto me está dando tremenda jaqueca.

Me quedé sola en la habitación después de que él se fue, me empezó a dar un poco de hambre, bajé a la cocina y ahí estaban Juanpa y Rk, hablaban de algo raro pero no entendía qué era, lo que sí es que ambos estaban un poco preocupados.

-¿Necesitas algo? -Dijo Juanpa de mala gana.

-Tengo hambre. -Respondí sin verle y caminé a donde iba.

Una vez dentro de la cocina me preparé dos panes tostados con mermelada y un vaso de leche, no había tanta variedad de comida cómo para prepararme algo. Cuando terminé lave el vaso.

-¿Quién eres tú? -Escuché una voz de una chica detrás de mí.

¿Quién era ella? De seguro es la idiota con la que se acostó el imbécil de Sebastián. Sentía un coraje tan inmenso hacía ella.

-¿Disculpa? -Quería que me repitiera lo que había preguntado, a ella qué le importa, no es su casa.

-Sí, ¿quién eres? ¿qué haces aquí? -Me barrió con la mirada y se cruzó de brazos.

-Al contrario, ¿qué haces tú aquí? ¿Es tu casa o algo similar? -Hice una mueca de desagrado.

- No te metas conmigo. -Dio un paso hacía mí.

Casi estábamos dándonos un beso, está más que claro que ella quiere golpes.

-Ni tú conmigo. -Arquee una ceja.

-¿Quieres problemas? O ¿quieres de nuevo a tu chico? -Me aventó y ahí fue donde estalló la bomba.

-¿Qué te pasa estúpida? A mí nadie me avienta.

Esta vez la aventé yo y topo con la mesa, ella caminó hacía mí me dio una cacheteda y yo se la devolví, la verdad yo no sabía pelear así que la tomé de los cabellos y la tiré, me subí arriba de ella y nos empezamos a dar golpes y rasguños, creo que ella sí sabía pelear pero de todas maneras creo que yo iba ganando o sino íbamos empate.

Los chicos llegaron y nos empezaron a separar, Sebastián se la llevó a ella y Rk me acompañó al cuarto.

Me caló demasiado que el idiota de Sebastián se fuera con ella, ya estaba entiendo el juego, si así quería la jugada así iba a ser.

Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora