Capítulo 18

49.2K 2.5K 941
                                    

—¿Qué cosas raras dices, Dylan? —me reí despreocupada ante aquella inesperada respuesta de parte del muchacho sentado frente a mí. Éste levantó la mirada y me vio con una ceja enarcada.

—¿Qué diablos es tan gracioso? Me preguntaste qué era lo que realmente pensaba. Te lo dije y tú te ríes. No te comprendo —bufó y mi risa cesó.

—Dylan, ¿estás hablando en serio?

—¿Qué sentido tendría decírtelo si no fuera cierto? —parecía bastante irritado. Aunque no era para menos, pues seguramente sintió que me estaba burlando de él.

—Dyl, eso no va a suceder. Dios mío, es Jace. ¿Acaso has perdido la cabeza? Jamás me enamoraría de alguien como él, una persona tan vacía e inmadu...

—¡No lo entiendes! —soltó interrumpiéndome—. ¡Maldición, Melissa! ¿Acaso eres estúpida? —fruncí el ceño. Mi cuerpo reaccionó solo y le di una bofetada.

—¿Cuál es tu maldito problema, Dylan? ¡¿Qué diablos fue lo que te hice yo para que me trates de esta forma?! —él estaba en shock por el golpe que había recibido de mi parte—. Eres un idiota.

—M-Melie...

—No recuerdo haberte permitido reclamarme por cosas estúpidas. No tengo ni la más mínima idea de a qué se debe tu preocupación por él; tampoco me importa ya. Pero de todos modos si me enamoro de él o de quien sea, no es tu jodido problema. Es mío. No tienes ningún derecho sobre mí. No somos nada, no eres nadie para insultarme de esa forma ni mucho menos para hacerme sentir mal sólo porque te da celos alguien más. ¿Así querías llegar a mi corazón? ¡Por favor!

—Melissa... Escúchame...

—No. Escúchame tú a mí, Dylan: Estoy harta de que no admitas los errores que cometes. Siempre que te equivocas de forma grave, te haces el inocente y dices que no has hecho nada. Como hoy, que tuve que disculparme yo con Jace porque tú empezaste una pelea que realmente fue innecesaria. Todo porque eres tan orgulloso que no te das cuenta de lo mucho que lastimas a la gente con ese orgullo de acero que tienes. Dylan, te quiero. Eres una persona extremadamente importante para mí desde que nos hicimos amigos hace un año. Durante estas semanas empecé a sentir cosas por ti, y me llegué a confundir mucho. Pero ya no más. No puedo estar con una persona que ni siquiera sabe controlar sus emociones tóxicas cuando está apenas tratando de llegar a mi corazón. Todas las cosas dulces que lograste acabas de destruirlas por tus impulsos. Como tú bien dijiste temprano, las cosas con Jace vienen desde hace mucho antes que yo llegara. Así que no me metas en tus problemas con él. No tengo por qué estar en medio de su rivalidad que, vaya a saber Dios a qué se debe. Lo siento, Dyl, pero no puedo soportar algo así de tu parte. Repito: Tú y yo no somos nada más que amigos.

—¿Quiere decir que esto va a acabar de esta manera? —susurró.

—Así parece. No quiero dejar de hablar contigo. Eres mi amigo, incluso más cercano que Emma. Pero después de pensarlo por tanto tiempo y con esto que hoy sucedió contigo desde esta mañana que llegué al instituto, me di cuenta que es imposible llevar esto a más. Como dije, te quiero, Dylan. Y me sigues gustando. Pero no puedo permitirte avanzar más. Creo que es mejor que ambos olvidemos estos sentimientos que pueden llegar a perjudicar nuestra amistad.

Dylan suspiró. Completamente desanimado por todo lo que acababa de oír de parte mía. Su mejilla estaba algo hinchada y mi mano ardía un poco. Mi respiración era irregular. Pues había hablado rápidamente y la rabia me había consumido. Apreciaba a Dylan. Él era una persona muy especial para mí. Pero se me hacía irrespetuoso de su parte actuar de aquella manera tan infantil sólo por celos. Inclusive cuando sólo éramos amigos. Sí, nos gustábamos. Pero eso no le daba el derecho de actuar de aquella manera.

Playboy, ¡Déjame en paz! (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora