JACE
—Mike, Emma —los saludé al abrir la puerta—. Dylan...
Suspiré. La Escoria Número Uno ya no era mi mayor problema.
—¿A qué se debe esta grata reunión? —preguntó Mike sentándose en el sofá.
—La Escoria Número Tres se ha vuelto el problema más grave de todos —contesté tomando asiento frente a ellos tres.
—¿Quién es la Dos? La Uno está a mi izquierda —dijo él señalando a Dylan. Quien frunció el ceño. Emma y yo nos miramos atónitos.
—Eres tú —dijimos ambos. Mike abrió la boca para decir algo, pero la cerró al ver mi rostro.
—Oh —se rio incómodo—. Qué sorpresa.
—Déjalo —soltó Dylan—. Para Jace todo ser vivo del género masculino que se le acerque a Melissa se convierte en una Escoria de manera automática —sentenció recostándose del sofá.
—Dylan —dije entre dientes—. No es el momento para hablar de estas cosas
El muchacho bufó, pero luego asintió cruzándose de brazos. Nuestra relación seguía bastante crítica. Y no era para menos. Dylan y yo no nos soportábamos en lo absoluto. Especialmente yo. Aunque en varias oportunidades quise perdonarlo, finalmente no logré hacerlo debido a los conflictos que él y yo teníamos por Melissa.
—Bueno —inicié removiéndome en mi asiento—. Me preguntaron si sabía algo de Melissa porque no les contestaba los mensajes desde esta mañana, ¿cierto?
—¿Cómo está ella? —preguntaron los tres simultáneamente.
—Fui a su casa y sus padres me dijeron que estaba de viaje —dijo Emma con el ceño fruncido.
De viaje. Por supuesto.
—Te mintieron —le dije apoyando mi cabeza de la palma de mi mano—. Melissa también les mintió a ustedes para que no se preocuparan demasiado.
—¿Qué?
—Realmente no fue una mentira —me corregí—. Ella les ocultó la situación —suspiré—. Melissa se mudó.
—¡¿Qué?!
—Paren de hablar a la vez, maldición —me quejé—. Escúchenme primero.
—Vale.
—Melissa su mudó con Lance esta mañana. Ella se enteró hace varios días. Sin embargo, me pidió que no les dijera nada por los momentos. Ella no quería que ustedes se preocuparan demasiado. Por eso me pidió que les dijera cuando ella ya estuviera allá.
—¿Por qué se mudó con él? —preguntó Dylan indignado.
—Por el mismo motivo que se va a casar, Dylan —le dijo Emma con obviedad.
—Exactamente —la seguí— Antes de que pregunten, los traje aquí con la finalidad de informarles lo de Melissa. Y también porque quería decirles que hablé con mi padre y tengo algo planeado.
—Suéltalo —me dijo Mike.
—Bueno. Le pedí a papá que me ayudara con los asuntos legales. Como es bien sabido, Carter's Ventures, Seller's Graphic Company y Collins's Technology Inc., formulan un triángulo de rivalidad bastante interesante —asintieron—. Sin embargo, Dan Seller y Chase Collins jamás han tenido alguna dificultad para relacionarse de manera profesional. Contrariamente, Dan Seller y Adam Carter, así como Chase Collins y Adam Carter, comparten una rivalidad bastante grande. Especialmente estos últimos. Dado que Carter's Ventures produce la misma clase de mercancía que las otras dos empresas. Es por eso que ha logrado llegar tan alto. Al hablar con papá, concluimos en buscar la manera de romper el contrato. El objetivo es lograrlo legalmente. Tal vez intentaremos ofrecerles un contrato para contratacar. Lo difícil es, que Dan y Helena Seller lo acepten. Puedo suponer que el contrato con Lance Carter no estará completamente cerrado hasta que se realice la boda dentro de dos meses. Incluso ya habiéndolo firmado.
—¿Cómo estás tan seguro de eso? —cuestionó Dylan.
—Digamos que —sonreí recostándome—. Hay una persona moviéndose con agilidad entre este asunto.
—Diablos —dijo Emma—. Tu padre es bastante rápido.
Papá había movido sus influencias desde que le había hecho la llamada telefónica la semana anterior. Sinceramente me sentía bastante sorprendido por su repentina actitud de apoyo. No estaba muy acostumbrado a eso, a decir verdad. Pero agradecía que por lo menos me estaba brindando su apoyo.
—Sí —respondí con una sonrisa—. Además —presumí—. Adivinen quién es el futuro heredero de Collins's Technology Inc. Y empezará a trabajar cuando tenga diecinueve como vicepresidente de la empresa.
—¿Qué? —preguntó Mike—. ¿Es posible que tengas un cargo tan elevado a esa edad?
—Bueno, hermanito —presumí—. Hay algo que no sabes de mí aún. Y es que desde pequeño he recibido la adecuada formación. Sabes de la enorme habitación llena de libros que hay al fondo del pasillo superior. Habitación que siempre llamaste inútil.
—No lo hice —se quejó.
—Lo hiciste muchas veces —le dijo Dylan y Mike se quejó—. Continúa.
—Gracias —le dije—. Bueno, esa supuestamente «inútil» habitación, siempre estuvo llena de libros que me ayudarían a tener la formación académica necesaria para tomar ese cargo. Además, también había documentos que hicieron desarrollar la experiencia laboral que me hacía falta. Logrando así, poder entender a la perfección el funcionamiento de las empresas. Especialmente el de Collins's Technology Inc. Y siempre que pude, logré sonsacarles información a mis padres.
—Eres un manipulador desde que eras pequeño —gruñó Emma haciendo referencia a aquella vez en el instituto que la engañé para obtener el número de teléfono de Melissa.
—Supéralo —me reí—. Gracias a eso pudimos estar juntos.
—¡Fui timada, Jace! —gritó ella—. Pero —pausó— En serio eres increíblemente astuto.
—Te lo tenías bien guardado —dijeron Mike y Dylan a la vez.
—Hay cosas que es mejor mantenerlas en secreto hasta cierto punto.
Pues sí, nadie sabía aquello. Independientemente de mi actitud inmadura, siempre me gustó aprender muchas cosas. Me gustaron las fianzas desde pequeño. Y uno de mis dones siempre fue esconder aquello. Ahora era momento de que todos mis conocimientos salieran a la luz.
¿Y qué mejor manera que «salvando a la princesa del dragón»?
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Playboy, ¡Déjame en paz! (EDITANDO)
Teen Fiction-Maldición, para de molestarme -dijo Melissa exasperada. Jace sonrió con arrogancia. Propio de él. -Oh, vamos, sólo quiero que me des un beso -susurró mientras apretaba el cuerpo de la chica contra el suyo-. Sólo uno, preciosa. -¡Ni lo sueñes! Sólo...