—¿Están saliendo? —me preguntó Emma cuando estábamos almorzando.
—No lo llamaría así —me removí incómoda en mi asiento con las mejillas coloradas. Dylan suspiro y bebió un sorbo de su bebida. Se había mantenido en silencio desde temprano.
—Dyl, ya relájate —lo codeó la castaña y él suspiró nuevamente desganado—. Violet se va a molestar si se entera de que aún no superas a Mel —el muchacho se atragantó y empezó a toser.
—¡Deja de decir idioteces! —reclamó mirándola. Emma empezó a reírse como maniática.
—Oh, cierto —intervine—. ¿Quién es Violet? —ladeé mi cabeza—. Olvidé preguntar la vez pasada.
—Es la novia de Dyl —Emma palmeó bruscamente la espalda de Dylan. Y nuevamente empezó a toser.
—¡Al menos déjame descansar un minuto, idiota! —le grito nuevamente—. Además —escondió su cara entre sus manos—. No somos novios...
—Aún.
—¡EMMA VOY A MATARTE!
—Veo que se divierten —llegó Jace y se sentó a mi lado—. Hola, bonita —besó mi mejilla.
—Sí, nos divertíamos hasta que apareciste —Dylan soltó el cabello de Emma y miró de reojo a Jace. El cual le lanzó una mirada desafiante.
—¡Dylan! —reclamé con el ceño fruncido—. Ten más respeto, por favor —bufó rodando los ojos—. Jace —lo llamé—. No le hagas caso, eres bienvenido.
—¿Por qué le hablas de parte de todos? Evidentemente me incomoda que él esté aquí. Pero le dices que no me importa —replicó Dyl.
—Pues deberías acostumbrarte a mi presencia, White —le dijo Jace sonriendo con malicia—. Después de todo soy el novio de su mejor amiga —intercaló su mirada entre Emma y Dyl. La chica aún se encontraba desenredando su cabello, el cual estaba hecho un desastre por culpa de Dyl. Quien estaba ardiendo de rabia ante tal escena.
—Oye —codeé a Jace—. No mientas. No somos novios.
—No aún —susurró—. En fin, Dylan. Deberíamos tratar de llevarnos mejor, digo yo —se encogió de hombros. Aunque en el fondo sabía que Jace lo estaba haciendo con una mala intención.
—Yo Jamás en la vida me llevaré bien contigo, bastardo —escupió el chico. Jace se rio.
—Sabía que dirías eso —continuó riendo—. Descuida. Tampoco es mi intención agradarte. Tú me agradas menos a mí.
—Por favor deténganse —susurré con la cabeza gacha cuando ambos se pusieron de pie. Si no intervenía pronto todo iba a terminar en una pelea más. Ambos me miraron preocupados—. Dejen de pelear. Estoy harta de eso, ¿saben? —susurré entre dientes y los miré a ambos—. No sé qué ocurrió para que se llevaran tan mal. Pero por favor traten en lo posible de no pelear frente a mí. Jace, Dyl es mi mejor amigo. No merece ese trato. Al menos no delante de mis ojos. Y Dyl, lo mismo va contigo. Jace también es importante para mí. No quiero verlos pelear. Si van a hacerlo traten de que yo no esté presente. Realmente me incomoda estar en medio de esto...
—Lo siento —dijeron ambos al unísono y al percatarse de que habían hablado a la vez, se miraron con desdén mutuamente.
—No tiene caso —rodé los ojos y me levanté dispuesta a irme con Emma. Sin embargo, Jace tomó mi muñeca—. Suelta, Jace.
—Espera —suplicó—. Prometo que me esforzaré para no pelear con éste. Pero te suplico que te quedes, no quiero que te vayas —hizo un puchero. Diablos, qué adorable.
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Playboy, ¡Déjame en paz! (EDITANDO)
Teen Fiction-Maldición, para de molestarme -dijo Melissa exasperada. Jace sonrió con arrogancia. Propio de él. -Oh, vamos, sólo quiero que me des un beso -susurró mientras apretaba el cuerpo de la chica contra el suyo-. Sólo uno, preciosa. -¡Ni lo sueñes! Sólo...