CAPÌTULO 13 PORTLAND

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Michelle y Anastasia están obsesionadas que me interesa Raymond, no niego que me gusta y siento sudor en las manos en cuanto lo veo, no me mira igual que a Carla, eso me hace sentir mal, la plática que tuve con mis padres fue muy emotiva y sincera, mi padre está angustiado por saber quién es realmente Raymond Steele, le prometí que no dejaría sola a Carla con Ray, cuando llegó a la escuela, mi amiga y yo vimos que se estacionó en un auto muy bonito, no se de marcas de autos, pero Michelle me indicó que es un Mustang.

Michelle me tomo de la mano y nos acercamos a su auto, en cuanto bajó Raymond lo saludamos al unísono, él sonrió y lo primero que hizo al dar la vuelta y cerrar su auto, nos tomó de los hombros primero a Michelle y después a mí, nos diò un beso en la mejilla, su sonrisa era enorme, mi cara la sentía sumamente colorada, mis manos sudaban como si las hubiera metido al chorro de agua, nos preguntó que adonde nos dirigimos, le dije que queríamos hablar con él, tal como mi padre me indicó, obvio que no le dije eso, pero que queríamos conocer su casa el próximo fin de semana, si seguía su invitación, pero que mis padres no podrían ir, sino hasta el siguiente fin de semana.

Mis padres me indicaron que en cuanto me dé su dirección, la anote para cuando vayamos a su casa, ellos estarían vigilando fuera de la casa de Ray en el auto, si mi padre consideraba conveniente entraría a la casa, está paranoico con lo que le contamos de la famosa novia de 55 años. Raymond nos pidió que lo acompañaramos a la biblioteca, ya que tenía que recoger un libro que pidió prestado hace unas semanas, muy caballeroso nos permitió el paso a los dos, ya en el pasillo él iba en medio, Michelle por el lado de la pared y yo del lado de la banqueta del pasillo, pero su primer impulso fue ayudarnos con nuestras mochilas, nos las quitó de las manos y se las colocó en cada lado de sus hombros, en lo personal esa acción no me agradó, porque las mismas mochilas nos separaban más de su cuerpo.

Al entrar a la biblioteca, pasamos directamente al área de préstamos, me diò coraje que la chica que entrega los libros le cerró el ojo y le dijo:

_ Hola guapo, ya tengo tu libro que me encargaste, te aseguro que en cuanto lo entregaron pensé en ti.

_ Gracias Gloria, eres muy linda, tuve que entrar al internet para sacar algunas anotaciones pero me quita un poco más de tiempo, prefiero el libro mil veces. Te lleno el formato mientras me haces el favor de traerlo.

_ ¡Oh sí Claro! pero, chicas necesitan algún libro, pueden ir llenando la ficha y ahorita las atiendo.

_ No gracias, venimos acompañando a Raymond. Contestó Michelle muy sarcástica.

_ ¡Oh! ¿Alguna de ellas es la chica que me dijiste que te gustaba?

_ Michelle y yo nos quedamos mirándolo, él se puso colorado y le hizo una seña que no alcanzamos a ver directamente, pero creo que la chica lo puso en apuros.

_ No Gloria, pero ellas también son unas chicas muy lindas.

_ Regreso Ray, no me tardo y traigo tu libro.

_ Michelle es muy indiscreta al igual que Anastasia y lo cuestionó.

_ ¿Raymond, quien es la chica que te gusta, la conocemos?

_ Todavía no les puedo contestar esa pregunta, pero les aseguro que si en verdad quieren ser mis amigas, serán las primeras en enterarse, no hay más respuestas por hoy en ese aspecto, con todo respeto por favor.

_ No dijimos nada, la chica le entregó el libro y él le entrego su credencial de usuario de la biblioteca. Mientras esperábamos que le trajeran el libro, miré a mi hermana con Anastasia en una mesa, no sé qué estaban haciendo porque estaban muy entretenidas. Sentí una gran desilusión y mi amiga me abrazó, cuando Raymond recibió el libro y al voltear hacia donde mi mirada estaba, se le iluminó el rostro al ver a mi hermana, sin tomarnos en cuenta el caminó directamente hasta donde estaban Carla y Anastasia, hasta se le olvidó nuestras mochilas en el suelo.

_ Hola Carla, Anastasia, que gusto verlas, tu hermana me acaba de decir que tus padres, les dieron permiso para ir a mi casa este fin de semana, me siento halagado en que voy a tener a cuatro bellezas en mi casa, si gustan yo puedo pasar por ustedes a su casa y darle las gracias a su padre directamente, asì le doy el domicilio y que sepan dónde van estar ustedes. Solo les pido que sea después de mediodía, ya saben tengo que recoger el reguero que tiene uno como soltero, al igual digan que desean comer y yo les preparo lo que gusten.

UN CONCURSO PARA VOLVER AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora