INOCENCIA INTERRUMPIDA(COMPLETA)

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BIENVENIDA
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- Entré a tu mundo agarrada de tu mano, me enseñaste como podía ser la gente, quitaste el velo de la inocencia de mis ojos, salí de ese mundo completamente diferente.
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Lloraba como niña pequeña que ha perdido su juguete. Eaton no dijo nada, sólo me sustovo abrazado a mi, sus brazos se sentían tan cómodos, tan familiares, tan suaves.

- Tranquilízate Ali, no quiero verte mal, no puedo verte mal- dijo Eaton con suavidad. Ya había mojado su camisa negra de tantas lágrimas que derramé. Su voz era un arruyo suave que eventualmente hizo que me calmara.

- Ali ¿Qué pasa?-. Rompí el abrazo aunque no me separe del todo, el rodeo mi cintura con sus manos, pegando mi cuerpo hacia el suyo. Yo, limpie mis lágrimas.

- Perdón por llorar así, te juro que yo no soy así de sentimental- era cierto.

- No me pidas perdón, solo dime ¿Qué pasa? ¿Te arrepentiste de dejar tu casa?- pregunto un poco tenso. Negué con mi cabeza.

- ¿Entonces?- llevo su mano derecha a mi barbilla, con sus dedos levantó mi rostro para mirarlo. Tenía el entrecejo ceñido.

- Mamá nunca me ha querido Eaton. Ya lo sabes, yo lo sé muy bien. Pero ver con la frialdad que me dejo ir, como si no le importara fue un shock para mi. Pensé que te iba a echar, a maldecir por tus tatuajes, tu pinta de malo, pero no, ella solo dijo si fácilmente, me afecto mucho. A veces me pregunto si hay algo malo conmigo- respondí honestamente. Eaton volvió a abrazarme, beso mi cabeza.

- A veces el amor no está donde debería, si no donde menos lo esperas. Tu no eres el problema Ali, tu no tienes nada malo, tu mamá es la que está mal. Sus demonios la atormentan, pero tu no eres ella, ni eres igual a ella. Es por eso que te vas conmigo, quiero que seas feliz Ali, quiero que seas libre- respondió protectoramente.

Levante mi rostro para verlo, seguíamos abrazados, nuestras respiraciones entrelazadas. Su aliento siempre era una mezcla de cigarro y perfume varonil. Aunque yo hasta este momento jamás lo haya visto fumar.

- Vamonos, no quiero estar aquí ni un segundo mas- pedí. El dibujo una sonrisa en su rostro. Llevo su mano a mi mejilla, me beso. Un beso corto pero tierno.

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Lo más horrible fue no poder despedirme de David, estaba dormido. Dejarlo me partía el corazón, pero mi vida ya no podía seguir anclada a él, condenarme a ser su mamá. Lo amo, lo amo con todo mi ser, pero yo quiero ser feliz. Además iría a visitarlo todos los días que pudiera, a jugar con él. Lo que me animaba es que iba a tener cuidados especiales, mejoraría mucho. Mañana le explicaría a el porque ya no estaré ahí.

Íbamos en el auto negro de Eaton, recien me doy cuenta que esta blindado, es todo oscuro, espacioso, un chico un poco joven iba manejando, en dos autos negros igual de blindados nos seguían sus guardaespaldas. Ni siquiera sabía que el requiriera tanta seguridad.

- ¿Estás bien?- pregunto Eaton, rompiendo con mis pensamientos. Volví a verlo. Asentí.

- ¿Segura?

- Si Eaton, tampoco soy tan frágil. Créeme me siento bien, estoy emocionada por todo esto. No te niego que extrañare mucho a Dave, pero me siento bien empezando otra vida. Aunque, pensándolo mejor, no estoy del todo bien.

- ¿Porqué?

- Porque no dejaste que trajera toda mi ropa, apenas pude meter en mi maleta unos cuantos vestidos, solo dejaste que trajera mis zapatillas, las que llevo puestas, incluso mi ropar...eh...bueno..
Tu ya sabes lo que uso abajo del vestido, casi no traje nada- respondí. Era cierto, Eaton no quería que trajera mis cosas.