~22~

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EATON.

Ella dormía sobre mi pecho, aferrada a mi como si me fuese a ir de su lado, balbuceaba dormida, pero no se movía, en la misma posición que se había dormido, así seguía, admito que mi brazo comenzaba a sentirse adormitado.
Pero no importaba, podía pasar horas así con ella, el aroma de su cabello entrando por mis fosas nasales, su calor corporal, ese aroma a frutas tropicales, su piel suave, mi corazón estaba en paz cuando ella estaba cerca mío.

Besé por milésima vez su cabeza, no quería dejar de sentirla nunca. Hacerle el amor fue una delicia, la deseaba tanto, su cuerpo me enloquece, la forma en que mi toque la estremece, sus gemidos, todo me envicia de ella. Su inexperiencia en la cama, me hace querer enseñarle todo, disfrute tenerla pero es verdad que me limite, aun no puedo hacerle el amor como tengo planeado, se asustaría. Lo se.

Escuche mi celular sonar, a lo lejos, lo escuche. Esta casa es silenciosa, estamos en medio de la nada, y el sonido retumba. Me removi un poco, dejando a Alison dormida, le acerque una almohada, ella inmediatamente la abrazo. Me quede embobado mirándola.
Es hermosa, es mía, es mi mujer. Tome mis calzoncillos y me los coloque notando el tinte rojo en mi pena, su sangre virginal. Sonreí. Baje al salón, mi celular no dejaba de sonar. Corrí a buscarlo, lo tenía en mi chaqueta.

*número privado*

Llamada.

E: Hola
Desconocido: El viaje está preparado para dentro de dos días, todo está arreglado.
E:Perfecto, porfavor avisa a mis hombres en Alemania, diles la hora, lugar, tu sabes...
Desconocido: Entendido jefe.
E: Okay. ¿Alguna notica del maldito perro de Cole?
Desconocido: No señor, sigue huyendo, nos lleva un paso adelante.
E: ¡Maldita sea! Encuentrlalo Gore, encuentra a ese hijo de puta.

Corte la llamada. El solo pensar en el mal nacido de Cole me enfurecia, tengo meses queriéndolo encontrar. El maldito apareció en mi fiesta porque sabía que no iba a matarlo ahí, no iba a poner en riesgo a mis invitados ni a mis hermanos, mucho menos a Alison, maldito perro, lo odio.

Me serví en un vaso de vidrio un poco de whisky, busque un cigarro para fumar. Estaba tenso, tendría que dejar a Alison por dos semanas, eso me asustaba. Primero porque no quería separarme de ella, segundo porque no quiero que se quede sola con James. Confio en ella, pero en James no tanto. A él le gusta mi Alison, se como es cuando quiere algo, en eso nos parecemos mucho, pero tengo que dejarla. Alison No puedo saber cual es mi negocio, Paulette y todos en la mansión saben que tienen prohibido decirle, James lo sabe, confío en que no le contará nada.

Le di otra calada al cigarro. Me senté en el sofá. Silencio, mucho silencio, tenía mucho tiempo que no me sintiera en paz con el silencio, supongo que es una reacción a la cercanía de Alison, sin embargo aún no puedo dormir.

Termine mi cigarrillo.

- ¿Eaton?

Me levante rápidamente del sofá, me volví hacia atrás. Alison. Envuelta en una sabana blanca, me miraba un poco tímida, amaba cuando sus ojos inocentes me miraban, simplemente es hermosa.

- No te escuche bajar, pensé que dormías–.Había prendido la luz del salón, pero era muy tenue pero podía verla.

- Lo estaba, pero luego no te sentí más, me desperté un poco asustada por eso vine a buscarte. Creí que te habías ido- dijo con ese tono de voz suave que la caracteriza, es que ella era tan dulce, podía leerla perfectamente. Un poco miedosa, tímida, insegura, dubitativa, nerviosa, me encantaba, pero trataba de decirle que ella valía mucho, en verdad ella es un tesoro y no puede verlo.

Me acerqué a ella, tome entre mis manos su rostro pequeño, bese la comisura de sus labios.

- Jamás te dejaría Ali, jamás te dejaría por mi propia voluntad ¿Entiendes? Nunca mi amor.

Decirle mi amor se sentía extraño y correcto a la vez. Jamas creí querer a alguien después de Alana. Pude notar su sonrojo.

- Yo no quiero que me dejes, me siento bien cuando estoy contigo, ven a la cama conmigo - pidió, no pude negarme.

Subimos a la habitación con la luz apagada, nos acostamos en la cama. Yo seguía con mi calzoncillo pero Alison seguía desnuda, se volvió a pegar a mi.

Uff.

Su piel desnuda sobre mi, hizo que todo mi cuerpo se calentara y que mi amigo se endurara. Ella coloco su cabeza en mi pecho de nuevo, hacia círculos con sus dedos sobre el área de mi ombligo. Me erizo la piel, no podía resistir, mi miembro ya estaba erecto. ¿La beso? ¿La toco? ¿Se dejara? Me la juego.

En un movimiento ligero, me coloqué encima de ella, me encontré con su mirada como si lo estuviera deseando también. Nuestras miradas fijas, me puso su mano en el cuello para atraer me y besarme. Besaba mucho mejor que las primeras veces, su cuerpo se tenso, podía sentir sus senos apretados contra mí torso. Besaba su cuello, era mi perdición, ella gemia y más me calentaba. Atrape con mi boca sus senos, los mordía dejaba suaves besos húmedos. Ella se removia en la cama, debo decir que Alison era un poco escandalosa, no se media y gemia fuerte.

Baje hasta su entrepierna. Besaba su parte intima, ella temblaba y eso que no había llegado al orgasmo. Segui moviendo mi lengua sobre su clitoris, estaba muy mojada, demasiado mis dedos se deslizaron muy fácil. Se tenso un poco, pero luego se calmo. Gritaba, su mano en mi cabello haciéndolo puño. Hasta que llegó al orgasmo. Sus piernas temblaban, me encantaba que ella gozará. Me acerqué nuevamente al cajón a sacar otro condon, sabía que tenerlos aquí un día me iban a servir. Me lo coloque, ella seguía temblando, abrí sus piernas y la penetre.

La gloria. Esta vez fui un poco más agresivo, midiendo si a ella le gustaba, observando su reacción. Todo de ella me decía que si le encantaba, gemia a gritos.

En un movimiento rápido la puse encima de mi.

- Siéntate, comienza a moverte- ordene. Ella me miró un poco asombrada, mi pene seguía dentro de ella.

- ¿Mo-overme?- pregunto un poco avergonzada.

- Si, muévete de arriba hacia abajo, solo gozalo, se que te va a gustar- dije agitado.

Alison respiro profundo. Comenzó a moverse tímidamente, pero luego lo hizo más rápido, más uniforme. Podía ver en su cuerpo como lo estaba disfrutando
Podía sentir la calentura de su cuerpo, verla arriba de mi moviéndose así, saltando por momentos encima de mi, me llevo a lo más alto, aferro sus manos a mi pecho, mientras se movía.

¡Dios! Justo cuando ella llegó al segundo orgasmo, lo hice yo. Cayó rendida encima de mi pecho. Nuestras respiraciones agitadas, sudando, sin duda fue mejor que la primera vez. Alison va a sacar el lado más pervertido mio. Lo sé.

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Okay. Intencitos. Pero se viene lo bueno (en todos los sentidos no solo sexual) jejeje.

INOCENCIA INTERRUMPIDA(COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora