ENTRE MONJAS +18

ESPIANDO A LOS VISITANTES.

Zoe...

Estaba muy asustada con el frío que sentía casi no podía moverme y tome fuerzas al escuchar algunos pasos acercándose, corrí hasta la segunda planta para ir a mi habitación pero antes de entrar en ella mire hacia atrás y no veía a nadie y entre y vi a todas las chicas descansando me retiré la ropa mojada que tenía y me puse la pijama me recosté y me quedé inmediatamente dormida.
...

Escuche a las chicas llamándome para que me levantará pero me sentía muy cansada no podía abrir mis ojos, en ese momento escuche la voz de Amelia:
- levanté o te castigará por no asistir a la misa - ¡castigo otro no ya no más!
Abrí mis ojos y salí como bala al baño para darme una ducha rápida, en el baño Amelia me preguntaba desde afuera.
- donde has estado toda la noche te perdiste la integración y los papa-sitos del Sacristán y el cura - yo sigo metida en la regadera con los ojos cerrados - vamos Zoe date  prisa por que llegaremos tarde.
Salí de la ducha y me puse la túnica , salimos Amelia y yo  a la capilla de oración.
Al entrar nos dimos cuenta que aún la misa no había comenzado yo estaba muerta de sueño en cualquier lugar me podía quedar dormida pero tenía que estar en guardia si no quería que Regina me castigara otra través.
En ese momento entraron el Sacristán y el cura y yo quedé atónita por su belleza;  se presentaron y en mi imaginación estaba detallando todos sus perfectos rostros y cuerpos.
Erik el Sacristán: era castaño, piel morena con una Barba qué le lucia a la perfección, ojos negros como la noche, alto y  en forma " que cosa tan rica que invita a pecar".

Germán el cura: cabello color negro y un poco desordenado, piel  blanca, unos ojos profundos color negro un poco de barba, su seriedad excitaba a cualquiera de estaba en la sala.

Que visita tan apropiada para tener tiempo sin ver a un hombre esta es mi recompensa, en toda la misa no espabile y no es porque estaba atenta a la prédica sino a la belleza de estos dos hermosos tipos.
En ese momento Amelia me da un golpe haciéndome despertar de mi fantasía - Zoe te estoy preguntando si tu te vas a confesar- ¿confesar pero de que habla? Será que me perdí otra vez en mis pensamiento que no escuche nada de la prédica y de la confesiones.
- eh... si claro que si ¿cuando vas a venir tu?.- dije segura como si supieras de que me hablaba.
- hoy en la tarde por que a esta hora ellos estarán ocupados con las demás- dice mi amiga haciéndome pensar "espera ellos  nos van a confesar en qué momento me perdí de esta manera no sé ni de qué habla mi amiga".
- está bien hoy en la tarde venimos a confesarnos no tengo muchos pecados que contar ¿y tú?- dije mirándola pícara-mente y burlona.
- ¡Ay boba!, Claro que yo soy la única de ustedes que no ha pecado Soy la más inocente- dice mi amiga haciéndome reír a carcajadas.
- Sí claro como todos tus pecados haces que los pague tu amiga- dije recordando lo del teléfono.
La misa llegó a su fin y todas salían de la sala directas al comedor para recibir el desayuno, yo fui  la última en salir de aquí me quedé arrodillada simulando rezar para evitar pensar en la belleza del Sacristán y el cura porque sabía muy bien que era pecado.
El cura Germán se acercó a mí y me pregunto:
- ¿pasa algo hija mía? Por que no te has ido con las demás- ¿hija? Nada más no, le aceptó que me diga esposa, amante, preciosa, suya pero  hija jamás.
- no pasa nada padre sólo quería hacer una última petición a Dios - " ni se imagina la linda petición,tener a dos hombres como ellos  a mi lado era suficiente " me levanté y salí a comer.