ENTRE MONJAS +18

¡AL DESNUDO!

NARRADORA...

Regina se dirigió con Zoe a la capilla de oración. Llegando al pasillo vieron un grupo de monjas mirando con desagrado un cuadro que estaba colgado en la pared; Zoe bajo su rostro al suelo ocultando una pequeña risa.
-quien se atreve a desafiar nos y a faltar al respeto a un lugar lleno de la presencia de Dios- dice Regina enfadada por lo que estaba viendo.
-¡valla! no esta nada mal, felicito ha la que haya pensado en esto- dice Zoe con gracia y siendo fulminada por la mirada de Regina- ¿que ahora me va a culpar a mi?.
- vayan a suplicar que Dios las perdone por lo que acaban de ver, reprenda en oración a la persona que a hecho esto yo iré a ver las cámaras- dice Regina soltando la mano de Zoe- y no te imaginas lo que pasara si descubro que fuiste tu Zoe.
Regina descolgó el cuadro y se lo llevo con ella hacía la sala de las cámaras, quedando Zoe sola viendo a una de las cámaras que la apuntaban.

Zoe...

Estoy muerta ya nada puede salvarme, aunque fue divertido.
Vi como Amelia se acercaba a mi corriendo y sonriendo.
- te pasa algo Amelia, por que tu felicidad- dije tomando la del rostro
- hay Zoe no te imaginas...-mire desconcertada a la castaña frente ami-vamos a tener una visita muy importante vendrá el cura Germán y el Sacristán Erik -me dice Amelia ocultando un pequeño grito.
- bueno y que de emocionante hay en eso, aunque tengo años de no ver un hombre.

*la señorita Ángeles por favor acercarse a el despacho de la madre superiora Regina*- se escuchó por el megáfono cercano y sacándonos de nuestra conversación.
- ¿y ahora en que te metiste Zoe?- me pregunta Amelia.
-nada me imagino que es para mandarme ha hacer un encargo- dije contrayendo los hombros.
Me dirigí hacia el despacho pero antes pase por el comedor y tome una manzana y me imaginaba como parecía tan absurdo que una manzana en el paraíso haya sido el fruto prohibido, cuando llegue al despacho toque la puerta antes de pasar y escuche la voz de Regina -adelante Zoe- y se me formó un nudo en la garganta del temor que tenía, pero ya que ya lo hecho, hecho esta.
Pase y me senté en sillón frente al escritorio donde estaba Regina sentada.
- tu conducta esta afectando a muchas de este convento, te has convertido en la manzana podrida de la cesta- me dice Regina controlando toda la ira que sentía" manzana podrida, ¡jum! seguro habla de los inició de los tiempos, Adam y Eva se abran comido la manzana podrida¡me comieron a mi!" ¡Ya! Zoe vuelve en si esto es serio.
- hoy a las 7:00pm te espero en el jardín tienes que cumplir con tu castigo - me dice Regina pero yo no escuche mi castigo por pensar en niñerías.
-esta bien ahí estaré y disculpe no volverá a pasar -hay estoy yo faltando a octavo mandamiento( no dirás falsos testimonios ni mentiras ).
Salí del despacho directo a mi habitación. Cuando abro la puerta encuentro a todas las chicas de mi habitación muy concentradas en un papel o fotografía, no me interese mucho y me recosté en la cama.
-Zoe ven a ver estas dos lindezas que vendrán de visita- Amelia me dice.
Me acerqué a ellas y el misterioso papel que tenían en las manos ocultaba un teléfono móvil, sorprendida de su astucia sólo me queda reírme a carcajadas.
- por esos son mis amigas, me han dejado impresionada- dije mirando a las chicas.
No pude observar lo que estaban mirando al teléfono ya que tocaron la puerta de la habitación y las chicas corrieron a sus camas dejando en mis manos el teléfono.
- Zoe que haces con ese teléfono no vez que eso incita a pecar, ahora mismo te vas a limpiar los pasillos 14 y 19 sin discutir nada- dice Sonia.
Genial ahora tengo doble castigo y uno que ni es para mi esta me las pagan mire a las chicas que estaban cubierta con las cobijas.
Me dirigí a los pasillos que me mandaron a limpiar y una de las puertas de las habitaciones estaba abierta no coloque mucho interés y me arrodilló para poder limpiar el piso con un pañuelo que me dieron, alzó la mirada hacia la puerta y me acerqué un poco, escuchaba muchos susurro en esa habitación y abro la puerta y ¡oh santo Cristo!, no podía creer lo que mis ojos han podido ver.