ENTRE MONJAS +18

ENCONTRANDO AL MUSICO

Benjamin...

Me acerqué a ella y la tome por la cintura, me sorprende que no haya hecho nada para apartarme, ya que no se opuso a lo que estaba haciendo, seguí a besarle, eso labios tan sexi y rosado que tenía y que me hacia desearla aún más, se volvían agua vida para mi en ese momento.
Eres hermosa, dulce y la coloque contra la pared quitando le la blusa que tenía puesta y pasando a besar su cuello, dejándome escuchar esos dulces gemidos de sus labios que me hacían desearla más.
Baje a desabrochar sus pantalones y los baje y ella inmediatamente saco los dos pies quedando en ropa interior, de verdad tenía un cuerpo escultural, tenía las curvas perfectas para hacer que me estrellara, me esta volviendo loco esa mujer.
Regresé a sus labios quienes alcanzaban los míos y los bese mientras jugaba con el elástico de sus bragas.
Las baje bruscamente y me agachen, quedando frente a frente con su sexo y le Di un tierno beso haciendo que ella me tomará de mi cabello y arqueara su espalda pase la lengua sutilmente por este y ella gemía pidiendo aún más.
Me levanté y la mire a los ojos.
- ¡pídeme más!- viéndola sonrojarse.
- tengo miedo- me dice dulcemente.
- ¿Por qué? Jamás has estado con alguien- le dije riendo.
- en realidad si, sería mi primera vez- al escuchar eso de sus labios subí sus bragas y sólo puede disculparme.
- lo siento zoe, pero no puedo- le dije saliendo de su habitación sin mirarla.
Y pensando en que no podía hacerle eso a ella.

Zoe...

Me metí en la ducha para bajar un poco la calentura que estaba sintiendo, me vestí y salí a la enfermería para ver como seguía Asael y Roser y me encontré con la escena más hermosa de todas Roser cantándole a su chico muy feliz.
Entre y decidí seguir la canción junto a ella.

Esa canción no sola la identificaba a ella, a mi también y aparte de todo era hermosa.
Luego de cantar un poco y cansar nuestros pulmones de tanto gritar, nos sentamos a platicar en el suelo, y dado a mi curiosidad hacia una pregunta.
- ¿es malo ser virgen?- le dije mirándola fijamente a los ojos.
- claro que no lo es preciosa, velo de esta manera en la actualidad si eres Virgen eres un unicornio, un ser de otro mundo.- dice Roser haciendo confundir si en si era malo o bueno ser de otro mundo.
- ¿eso duele?- le pregunté.
- ¿que perder la?.... pues... no se explicarte eso.- me dice ella, haciéndome enfadar y levantarme.
- vasta de tratarme como una niñas que no entiende de esos temas, soy Virgen no pendeja, Por que me tratan diferente.- le dice con cara de enojo.
- claro que no te tratamos como una niña, sólo que hay temas en los que te vas a sentir excluida por lo que tu aún no has pasado por eso-me dice ella tomándome de las manos para calmarme, y lo logró.
- voy a la cocina quieres que te traiga algo- le dije cambiando el tema.
- si tráeme 3 trozos de pastel, un sándwich y una ensalada de zanahorias- dice ella haciendo que mis ojos se abran de lo sorprendida.
- al paso que vas te convertirás en una vaca mutante come humanos- le dije carcajeando.
- entiéndeme es el estrés de todo lo que estoy pasando- me dice ella riendo conmigo.

Salgo de la enfermería y me dirige a la cocina tarareando la canción que minutos antes cantaba con Roser.
Al llegar a la cocina se borró mi sonrisa, vi a Benjamin tomando vino de la botella como si no existiera un mañana, no le preste mucha atención y seguí tarareando la canción y preparando lo que Roser me pidió.
Cuando termine de preparar todo estaba buscando una bandeja para llevar todo a la enfermería; Pero no se quien se le ocurrió ponerla en lo más alto de la repisa; no quería dirigirle la palabra a Benjamin estaba apenada por lo que casi pasa esta tarde.
Me subí al lava platos el cual estaba un poco mojado y daba sal-titos para poder alcanzar la bandeja pero en uno de esos saltos mi piel con el agua resbaló y yo cerré los ojos esperando el golpe.
Pero no caí al suelo alguien me atrapó de la nada abrí mis ojos y estos chocan con los ojos marrones de Benjamin yo agachó la mirada para no mirarlo a el y de pronto se escucha un:
-¡buenas mi gente donde andan!- y esa era la voz de Amelia, Pero el muy hijo de puta de Benjamin decide soltarme bruscamente haciéndome caer al suelo y golpearme las pocas y benditas nalgas que tengo.
- lo siento me asuste- dice Benjamin ayudándome a levantar.
- tranquilo yo cuando me asusto también dejó caer lo que tengo en las manos- dije con sarcasmo, levanté de el suelo y sobe un poco mis nalgas y puse las cosas en la bandeja y camine hacia la enfermería.