ABADDON (la derrota).

505 45 2
                                    

Zoe...
Estando en ese lugar a mi mente llegan la imagen fugaz de Roser y mis ojos se llenaron de lágrimas en señal de nostalgia por los recuerdos de lo que sucedió aquel loco día.
Cierro mis ojos y les puedo jugar por mi hija que estaba escuchando su voz y su risa.
- señorita Zoe, es mejor que nos devolvamos, todo esto no se ve bien- dice la chica muy asustada.
- ve y da una vuelta, déjame sola- dije sin abrir los ojos, estaba escuchando a Roser llamándome hacia un lugar que no sabía donde era; pero también estaba muy consciente de que si daba un paso más moriría, ya que caería de el acantilado sin saber su correría la misma suerte de la primera vez.
- señora llamaré a el jefe, debe de estar preocupado- ella no me dejaba Tranquila con sus comentarios necesitaba estar en silencio para escuchar de donde provenía la voz de Roser.
- sólo quiero estar sola unos segundos, No saltare si es lo que te preocupa, Ahora vete- Ella me hace caso y se marcha dejando por fin sola y tomo aire profundamente para luego soltarlo.
Ya en la tranquilidad que necesitaba, vuelvo escuchar la voz de mi amiga, pero esta vez detrás de mi, era escalofriante saber que estaba sola y sentir a una persona observandome tan cerca.

Zoe, sigueme.

Escuche eso detrás mio como un susurro directo a mi oído que me hace temblar de miedo, ya que la voz ya no era la de Roser , era muy diferente, pero mis ojos no se abrían, no quería ver lo que me encontraría, voy caminado con mis brazos extendidos para no golpearme con nada ni con nadie en el camino ya su no quería abrir mis ojos, me funcionó ya que cuando deje de escuchar la voz y pude abrir mis ojos, estaba parada enfrente de la puerta de aquella habitación, donde seguramente Benjamin le ofrecía tributos a ese demonio, No se que estaba haciendo hay, mis rodillas temblaban de miedo y mis manos mo dejaban de sudar, quería correr, pero también quería ver que tenía para mi este maldito.
Miro a todos lados buscando señales de mi guardespalda pero no la veo, entró a la habitación y cierro la puerta, quedando sola con una luz roja que no sabía de donde provenía, de noche y yo estaba de caza de demonios, tenía un horrible presagio, este lugar no se veía muy bien, daba miedo, detrás mio no se dejaban de escuchar pasos de diferentes personas o animales, era extraño, volví a cerrar mis ojos para tranquilizarme, me estaba alterando y sabia que eso alimentará a ésta demonio, quería intimidarme.
- pensé que no entrarías- dice una voz masculina que se escuchaba a mi lado, no quería abrir mis ojos y ver algo extraño parado a mi lado o peor aún no ver nada y confundirme con todo esto.
- no me tengo que ocultar de nada- diJe sin titubear.
- no tienes nada con que luchar contra mi, Tengo lo que más quieres- en ese momento se escuchó el llanto de un bebé y s mi mente volvió el trágico recuerdo de mi pérdida, tenía que controlarme o dejaría que Abaddon también se apropiase de mi alma.
- eso no es lo que quiero- dije trayendo imágenes muy lindas de mi samanta a la cabeza.- y lo mejor de todo tengo lo que más te logra doler á ti.- dije y a mi mente vinieron imágenes de Benjamin, ellos dos eran suficiente para no hacerme caer en su trampa y colocarle valor a mi alma.
-¡Señora Zoe, esta hay, tranquila ya la sacaré de aquí!- escucho la voz de mi guardea y de inmediato aquella sensación de cercanía con abbadon se destruye como si le diese miedo mostrarse.
- por favor llama a Benjamin-dije sin abrir mis ojos, sabía que tenía que terminar con esto desde ya.
-¿ se siente bien?¿le sucedido algo?.
- no sólo llama a Benjamin es con urgencias- diJe sin abrir mi ojos, tenía mucho miedo de ver una horrible imagen.
- esta bien - escucho al otro lado de la puerta y escucho sus pasos alejándose para llamar.

- abre los ojos y mirame- Abbadon me ordena, pero yo no quería.
Mi cuerpo se fue debilitando, mi piernas temblaban y casi era imposible mantenerme de pies, haci que poco a poco mi conciencia se fue nublado y mi mente si torno oscura, si me había desmayado, algo había tomado y mente, transladonla a donde el quisiera, no sabía que había pasado pero podía sentir que mis venas de calentaban de lo rápido de corría mi sangre por ellas, estaba asustada.

ENTRE MONJAS +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora