Capítulo 4

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Me despierto por la incomodidad de la luz que entra por las ventanas, y el dolor de cabeza que me está matando.

Voy directo al baño y mi aspecto de verdad da pena, tengo el maquillaje corrido, el cabello revuelto y el vestido todo arrugado.

—Quien diría que a esto es a lo que tanto le temen—me dije a mi misma viéndome en el espejo.

Luego de bañarme con agua fría para pasar la resaca y vestirme con lo primero que encontré fui a ver si ya Sam estaba despierta, al entrar al cuarto estaba todavía dormida. 

Me subí en la cama y comencé a saltar para así despertarla, pero creo que solo me salió hacerla caer.

Upss

—Jessie te voy a matar — gritó mientras se ponía de pie con una cara de muerte que daba miedo, pero era porque estaba peor que yo en destrucción.

—Cariño creo que te hace falta una ducha, pareces prostituta adicta al Crack en ese estado. Toma ropa de mi habitación y bajas a desayunar.

Baje y estaba Nora, la mujer que se encarga de la casa desde siempre haciendo el desayuno o el almuerzo ya que no tengo idea de que hora es.

—Buen día niña Jessie.

—Buenos días Nora, ¿me dices qué hora es? 

—Es casi mediodía, aquí tiene para el dolor de cabeza—me entregó una pastilla junto a un jugo de naranja que espero y me quite este dolor de cabeza tan infernal.

—Nora querida, Nora bella, será que eres tan gentil de darme algo que me quite este dolor de cabeza del demonio. 

—Ya pareces una persona otra vez ami.

—Cállate que daba vergüenza, pobre de la persona que me vio en ese estado.

—Gracias por lo que me toca.

Me saco el dedo medio mientras rodaba los ojos

—Aquí tiene señorita Samantha, un jugo y unas pastillas que van a mejorar su malestar. 

—Gracias Nora eres la mejor.

¡Dios! Es que no podía ser más exagerada, ni que estuviera a punto de morir.

Luego de eso desayunamos hablando de la noche y de cualquier cosa que nos entretuviera. 

Hasta que mi paz murió y sonó el teléfono de la casa.

—Es para usted niña Jess 

—Gracias Nora, puedes retirarte.

—Se puede saber dónde demonios tienes tu móvil que no atiendes mis llamadas? 

¡Mierda! Creo que alguien está de mal humor.

—No grites que me explota la cabeza, y mi móvil no sé dónde está, ¿qué pasó? 

—Que tienes que venir a la oficina, pero ya, los Cáceres quieren verte y tú que no apareces.

—Y para qué quieren verme si ya todo quedó arreglado en la reunión del martes?

—Yo que voy a saber, les dije que vinieran a las 3, te quiero aquí antes para arreglar unas cosas, bastante fue con tu borrachera de ayer.

Le tranque y me queje por el malestar que tengo, definitivamente era como mi papá y sí que jodia, parece más jefe él que yo.

Sam se fue a su casa, y yo me tuve que ir a cambiar, me puse un pantalón tiro alto negro, con unas zapatillas deportivas blancas, y un top blanco, un poco de maquillaje y mis lentes de sol para que no se note tanto mi mi cara de muerte.

Llegue a la oficina y ya mi querido Josep me estaba esperando con una cara de pocos amigos que ¡Uy!

—Aquí estoy aquí estoy, ¿ahora dime qué demonios quieren eso dos que no pudo esperar hasta el lunes? 

—No lo sé Jess, me llamo Michael y me dijo que necesitaba hablar contigo de urgencia, pero no me dijo que quería.

—Definitivamente pareces tú el jefe, ¿no quieres quedarte tú mientras yo me doy a la fuga ? 

—Deja de decir idioteces, eres buena en lo que haces, pero sigues siendo irresponsable en muchas cosas, por eso me toca a mí joderte para que te comportes. 

—Espero y lo que tenga que decirme sea importante o no respondo.

A las 3 en punto estaba Michael Cáceres en mi oficina, que milagro está siendo puntual.

—Espero que sea importante lo que me tenga que decir, si no pudo esperar hasta el lunes.

—Hay un asunto importante que me preocupa. Me llegó información de que robaran el cargamento con la mercancía que nos entregaran el mes que viene, y es algo que no podemos permitir, por eso la urgencia.

—Y cómo usted sabe de eso? — no confío en nadie, y mucho menos sin pruebas de eso

—Tengo mis contactos, hay gente que quiere hacer competencia ya que somos unos de los más grandes traficantes de droga, y usted es la principal narco, no es algo tan ilógico.

—Bien, si es así entonces cambiaremos las rutas por otra que sea más segura, y por donde se iba a mandar originalmente el cargamento se mandará otro, pero falso, así sabremos si lo que le informaron es cierto o no, ¿le parece bien? — me da igual todo esto, de todas formas si pasa algo me voy a enterar.

—Me parece una buena solución, por eso quería hablar con usted primero, hay que evitar que se salgan con la suya —se levantó de la silla dispuesto a salir —. No le quito más de su tiempo, nos mantendremos en contacto Leona.

Y se retiró, eso que me dijo me dejó pensativa, no tiene mucho sentido que por un rumor ya él quiera cambiar toda una ruta planeada, pero prefiero evitar pérdidas.

Josep entró en ese momento con cara de preocupación.

—Qué te dijo? 

—Cambiaremos la ruta de entrega, y por la original enviaremos una trampa para ver qué tan lejos son capaces de llegar

—No entiendo, ¿por qué?

— Según quieren emboscar el cargamento y robarlo, por eso la trampa, para ver si es cierta la información de los hermanos. Ni una palabra de esto a nadie, para todos será otro cargamento más que entregar.

—Está bien, y me parece una buena logística para saber quiénes son y así también despistarlos.

—Yo me voy porque me estoy muriendo todavía, ya recordé porque no salgo nunca.

—Claro si  bebieron cinco botellas de tequila ustedes solas, no sé cómo no terminaron en el hospital.

—Exagerado — giré los ojos mientras salía de la oficina para irme a  casa otra vez.

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora