Capítulo 11

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Un par de horas después llegó Samantha, vestida impecable como siempre y saludó a los niños con cariño.

Cuando vio a mi nana, la emoción fue clara y corrió a darle un fuerte abrazo.

—Abuela bella — sí, para Sam es como su abuela, y la quiere muchísimo.

—¿Pero qué comes que cada vez más guapa?

Así quedamos, conociendo a los chicos mejor. Mi abu cada vez más encantada con ellos, y luego Sam empezó a hablar de lo que ya tenía planeado para la fiesta.

—Bien, no queremos algo tan grande, es mejor algo íntimo de unos 200 invitados, los más cercanos 

—¿200 PERSONAS? —dijeron al tiempo Cami y Nico.

—Son pocas personas, solo los más importantes y conocidos de Jess, y creo que todavía me falta contar a algunos socios — vio la cara de los chicos y se dio cuenta de que es mucho —¿Me estoy pasando con la gente cierto? Es que me emociona mucho que todos los conozcan, y tiene que ser la mejor fiesta.

—Creo que 200 son muchos Sam, los chicos no están acostumbrados a eso y se van a incomodar.

—Yo creo que está bien así, total tenemos que acostumbrarnos a eso, ¿no? — dijo Nico ya que Camila está callada y Emmy, bueno ella con tal de lucir un vestido de princesa no le interesa.

—¿Qué dices tú Cami? — pregunté, porque su opinión también me importa.

—Me parece demasiado, pero como dice Nico debemos acostumbrarnos.

Samantha esta que salta de alegría porque será como ella quiere.

—Hablé con Marta — es una diseñadora muy famosa amiga de la familia —. Viene luego para que las niñas elijan sus vestidos.

Seguimos planeando todo, con ayuda de los chicos y con sus sugerencias para que se sientan más cómodos.

Como no quiero que la fiesta se convierta en un campo de batalla, solo vienen cinco de mis socios en el negocio. Y el resto ya están invitados aunque parezcan personas respetables.

Marta también vestirá a Nico a la medida, ahora solo falta esperar a que llegue, y dejar todo en manos de los organizadores que  dejarán todo listo para la fiesta.

Nora me informó que Marta estaba entrando a casa, por lo que le dije que le hiciera pasar.

Era amiga de mi madre, y eso hace que el cariño sea algo especial. Con pocas personas mantengo contacto, y ella es una.

Ella entró junto a su equipo de trabajo y saludé:

—Un placer verte querida Marta.

—El placer es mío Jessie, al igual que a usted Jimena, sigue igual de hermosa que siempre — es muy amable en todo momento —. Ellos deben de ser Camila y Nicolás, pero me falta una personita por aquí.

—Sí, ellos son mis hijos mayores, y la pequeña Emmy debe estar por despertar en un momento, ¿deseas beber algo? 

—Un jugo estaría bien — se sentó junto a Sam para poder ver lo que ya tenía —.Pueden ver los vestidos que les favorecen mucho a las tres. Se verían perfectas al salir  iguales, y para Nicolás tengo pensado un traje sin corbata, para evitar que se vea mayor.

—A ti qué te parece Nico?

—Si es un azul eléctrico yo no tengo problema, es mi favorito, ¿pero no voy a parecer un pingüino verdad?

Todas reímos por lo que dijo Nicolás, y lo entiendo, así como los trajes son incómodos los vestidos también lo son.

—No cariño, no vas a parecer un pingüino, por eso mismo no llevas corbata, para tu comodidad. Además ese color es perfecto para el contraste de los vestidos de tu madre y tus hermanas.

Fue incómodo eso de 'tu madre', porque no sé cómo lo tomen. Aunque parece que no les importo mucho porque siguieron hablando del traje y todo eso. 

—Querida enserio que tienes un cuerpo demasiado divino, el vestido te quedará estupendo — dijo Marta mientras las chicas toman las medidas de Camila.

Mientras hacen eso, llegó una adormilada Emmy pasándose las manos por los ojos y bostezando. 

Como vio que su hermana estaba ocupada, se sentó en mis piernas y se recostó en mi pecho. Esa simple acción me lleno de felicidad porque fue un acto inocente.

—Cariño ella es Marta, una amiga, te va hacer un vestido hermoso para que parezcas una princesa, ¿te parece bien?

Al nombrar vestido y princesa el sueño se esfumó, se levantó y fue hasta donde Marta y el par de chicas tomando medidas a su hermana.

—Es verdad que mi vestido va a ser de princesa? — le dijo a Marta cuando llegó a su lado.

—Claro que sí pequeña, ¿quieres que te tome las medidas para poder hacerlo? — Emmy asintió con una gigante sonrisa de felicidad y emoción.

Luego de terminar con la pequeña, siguieron con mi nana. Prefiere algo más elegante y clásico, así como a ella le gusta.

—Bueno yo había pensado en un color rojo medio  — comenzó a comentar un poco de cómo va a ser — con un poco de escote para ambas, y para la niña un corte de princesa.

—A mí me encanta la idea, ¿y a ustedes niñas?

—Sí, me parece bien, y Emmy con tal de parecer una princesa estará encantada.

—Perfecto, pondré en las invitaciones que la vestimenta será en blanco y negro, no queremos que nadie opaque a los anfitriones— dijo Sam apuntando en una libreta.

—Bueno queridas y querido — hizo referencia a Nico de manera muy educada —, yo me retiro para comenzar con sus vestidos, el jueves estoy aquí para asegurarnos de que no haga falta ningún arreglo.

Marta se retiró y quedamos nosotras organizando las invitaciones, el resto es cosa de la agencia. 

Por lo visto estos días van a estar muy movidos por aquí.

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora