Capítulo 102

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Me hicieron esperar al menos media hora y yo estaba a nada de perder el poco control que tenía. 

La paciencia no es algo que se me dé de muy buena manera y hacerme esperar tanto no es aconsejable. 

— Disculpe la espera señorita — habló el agente que parece no hacer nada más que seguir al otro.

— Me parece una falta de respeto, a parte de no tener ningún tipo de prueba para acusarme, me tienen aquí esperando. 

— Solo corroboramos la información que nos presentó, y ahora, necesitamos saber más. 

— Les dije que no hablaría más, no pretendo morir y dejar a mis hijos huérfanos por segunda vez. 

— Si tanto miedo les tiene a esas personas que secuestraron a sus hijas, ¿cómo logró rescatarlas?

— El dinero lo compra todo. Suena cliché, pero es así, cuando se tiene dinero cualquier cosa que quieras está a tu alcance. 

— No tiene mucha lógica su alegato, si son tan peligrosos, el dinero es nada para ellos. 

— Para ellos sí, pero para quienes trabajan con ellos no. Cuando se triplica la oferta a una persona que trabaja con el mejor postor, es posible. 

Se quedaron callados, meditando mis respuestas, buscando algo que me inculpara de verdad. 

— Si no les importa, me retiro. Por cierto, si quieren saber más, busquen a fondo sobre lo que les dije.

— Una última pregunta señorita — me senté nuevamente para esperar responder eso — ¿Cómo los conoce tan bien si no tiene nada que ver con eso?

— Sasha se crió conmigo y aún así fue capaz de secuestrar a mis hijas, y quienes están detrás de todo lo que ustedes me culpan, intentaron ensuciar mi negocio con su cochino dinero — ahora sí me levanté y salí de la oficina con la frente en alto y sin nada que esconder. 

En la salida ya me esperaban mis escoltas para llevarme a casa. 

No me sorprendí al ver a muchos periodistas en la puerta esperando que saliera, por primera vez en mucho tiempo me detuve a dar una pequeña declaración. 

Muchas voces y a ninguna se le entiende nada. 

— Solo  puedo decir que se me acusa de algo que no hice, y espero que pronto los verdaderos culpables sean  apresados. 

— Si no es culpable por qué la trajeron hasta aquí? 

— Que no sea culpable no significa que los oficiales no están en su derecho de investigar, es su trabajo y yo no tengo ningún inconveniente en aclarar la situación. 

— ¿Tiene que ver con el secuestro de sus hijas? — escuché la pregunta a lo lejos, pero me limité a seguir mi camino.

Me alejé de los periodistas con ayuda de mis hombres y pude subir al auto tranquilamente. Dentro estaba Josep esperando verme bien  con buenas noticias. 

— ¿Qué tal todo?

— El primer paso está hecho, tienen la duda sobre Sasha y eso les llevará a los Cáceres. 

— Llegué a tener miedo, no son idiotas. 

— No, no lo son para nada, por eso no les di información contundente porque sería sospechoso. Por un momento pensé que no se lo creyeron y que estaba todo perdido. 

— Yo me informé sobre los allanamientos en todas tus propiedades, estuve con los chicos para asegurarme de que todo estuviera en orden. 

— ¿Cómo lo tomaron los niños? 

— Mal, bueno aunque Emmy lo tomo como un juego, Camila y Nico no son tontos, ya saben lo que haces y esto los alteró mucho. 

— No les puedo explicar ahora, solo intentaré tranquilizar sus nervios para no empeorar las cosas. 

— Sigo pensando que es una locura, demasiado arriesgado. 

— Solo se trata de que ellos hagan el trabajo, o que crean que lo hacen. No se  puede hacer fácil, pero sí podemos usar el tiempo que tardarán en encontrar las pistas sembradas a nuestro favor. 

— No te confíes tanto Jess, eso puede ser lo que joda todo. 

— Por el contrario, la confianza que tengo en mí y en todo el equipo que me rodea es lo que  me da la seguridad de que estará todo bien. 

Me dio un abrazo y un beso en la frente
 No es común que haga eso, pero no me quejé, muchas veces es necesario un gesto cariñoso de algún ser querido. 

Los gritos y quejas no se hicieron esperar en cuanto llegue a casa, no me extrañó. 

— Todo este puto negocio de mierda nos está llevando a la perdición a todos mamá, ¿no te das cuenta? —Nico me gritó con obvia desesperación.

— Y tú de verdad crees que voy a permitir que esta familia se vaya  a la mierda? Que me separen de ustedes solo por una mierda que nunca quise — respondí con el mismo tono de voz — te equivocas Nicolás, todo esto es por ustedes y por su tranquilidad. 

— Paren por favor, ya no más. 

Camila estaba en el sillón muy pálida, creo que le afectó toda la situación. 

— ¿Cariño estás bien?

— Sí, sólo quiero que se callen y dejen de pelear delante de mí — fijó su mirada en su hermano — confía en ella, porque yo lo hago. 

Llevamos a Camila a descansar, me preocupaba que con su estado todo esto le hiciera aún más daño. 

Cuando me disponía a salir de la habitación de Camila ella me llamó.

— Mami, quédate un momento. 

— Dime mi pequeña.

Me senté al pié de su cama, ella estaba sentada con la espalda apoyada en el respaldo con almohadas. 

— Quiero hacer algo que he estado pensando y quiero que tú me acompañes.

— Dime de qué se trata cariño. 

— Primero quiero que el orfanato tenga una buena directora, alguien que de verdad quiera a los niños y que no los venda al mejor postor por conveniencia propia.

— ¿Eres consciente de que de esa misma manera fue que los obtuve a ustedes en tan poco tiempo?

— Y soy feliz de estar en tu vida, pero no quiero que esos niños sufran más.

— Lo entiendo cariño, me encargaré de buscar candidatos y te lo consultaré. Vamos a darles a esos niños una mejor directora. 

— También quiero llevarles regalos, ropa, zapatos, juguetes, móviles, quiero que sientan un poco de felicidad.

Mi niña tiene un corazón gigante, lleno de amor para dar al mundo entero. 

— Descansa un poco, yo me encargo de organizar eso para que puedas ir y darles personalmente sus regalos. 

Tal y como le dije, luego de salir de su habitación comencé con los preparativos para todo, fue fácil sacar a la vieja Foster del orfanato, ya estaba siendo investigada por tráfico de niños. 

Ordené que compraran todo lo que Camila quería llevarles a los niños, y en eso yo incluí comida y cosas de uso personal que todos necesitan. 

Aunque anual se hace una recaudación por cada orfanato, sé que ese dinero no llega del todo a esos lugares. 

Mi hija no olvida de dónde viene, y eso, es lo que la hace más especial, a pesar de tener dinero ahora, de ser novia de un chico que también lo tiene, y de estar embarazada, no cambia, no se cree mejor que nadie, solo sigue siendo ella. 

Y a decir verdad, que mis hijos sean de esa manera, tan humildes y sensatos es lo que a mi me hace mejor persona cada día, la influencia de ellos en mi vida es cada vez más grande. 

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora