Capítulo 105

128 6 0
                                    

Llegué a casa y estaba todo muy tranquilo, más de lo que debería.

No es normal que en esta casa haya tanto silencio, no vi ni a Nora y eso ya me comenzaba a preocupar.

No perdí tiempo y subí hasta la tercera planta donde está el cuarto de juegos, es el único lugar donde se me ocurre que pueden estar.

Agradezco que no me equivoqué, estaban todos en el cuarto de juegos viendo una película.

Y cuando digo todos, es literal todos.

Camila, Melissa, Nicolás, Tiago,Isaac, Mateo, Gabriela, Emilia y Emmy.

Aunque mi pequeña estaba jugando con su casita, se aburre muy rápido.

Me asusté al no verlos cuando llegué, pero ahora se ven muy tiernos.

La primera en notar mi presencia fue mi pequeña princesa, vino corriendo hasta mí para saludar y yo encantada de darle un súper abrazo.

Ellos pausaron la película al verme llegar por los gritos de Emmy.

— ¿Qué tal todo chicos? — saludé amablemente como siempre, me caen bien estos chicos —. Tiempo sin verlos por aquí.

— Papi nos llevó de viaje por noche buena y no pudimos venir antes, lo sentimos — Gabriela es buena chica, solo que mimada como es de imaginarse.

— Mis padres me enviaron a un crucero en el Caribe para deshacerse de mi — Emilia era un poco más indiferente con eso, a pesar de su tono de voz molesto.

— No se preocupen, son bienvenidos aquí siempre — me senté en un pequeño sillón que hay cerca de la puerta — ¿qué película ven?

— Harry Potter mami, no nos cansamos de verla — Nico era el primero en verla siempre, era un tipo de adicción que tenía.

Me apunté con ellos y vi lo que quedaba de peli, también me gusta un poco esa saga, pero no al nivel de verla siempre.

Cuando terminó salí de la habitación y Melissa venía junto conmigo, últimamente he actuado de muy mala manera con ella y creo que no lo merece.

De igual manera no pienso pedirle una disculpa por eso, solo intentaré no repetirlo.

Entramos en mi habitación para poder contarle un poco todo lo que hice hoy.

— Los llevaste a donde planeamos, no?

— Sí, pero tengo tres días para poner todo en marcha.

Buscó su ordenador y comenzó a teclear y buscar algunas cosas.

— No te preocupes, los agentes ya van camino a un allanamiento en la agencia de Sasha. Luego seguro y no perderán tiempo en investigar un poco más, encontrando todo eso que nosotras ya sabemos.

— Sí, y falta la parte más importante, hacer parecer que ellos me secuestran.

— Eso es fácil, los tienes encerrados sin poder hacer nada a pesar de que les dijiste que ahora tenían el poder, en cuanto cumplas con eso te van a traicionar.

— Nada puede salir mal Melissa, absolutamente nada.

— Nada va a salir mal, para eso ya tenemos previsto todos los puntos débiles del plan.

— Por cierto, cómo sigues con tus heridas — señale a sus costillas y su nariz.

— Van mejorando, aún duelen pero nada del otro mundo.

Con el reposo y medicación adecuada los golpes poco a poco van sanando, por poco la mato. Pero en fin, ella se lo buscó.

Llamé a Josep para hablar con él, pero no dejó que lo hiciera, solo me dijo que venía para casa, que aquí hablamos sobre eso.

Que extraño.

— Oye Melissa, hay alguna posibilidad de que nuestros móviles...

— Todo es posible, seguro los agentes los encriptan algo cuando menos nos dimos cuenta, por eso siempre hay que tener más de uno a tú disposición.

— Y en casa cuando hicieron el allanamiento?

— Ya me encargué de eso, y la única cosa extraña es un micrófono que colocaron en la sala de estar, el resto de la casa está limpia.

No me sentía del todo segura con eso, los agentes no son tontos, ellos saben que algo puedo ocultar y aún no dejo de ser sospechosa.

— Debes dejar un poco la paranoia Jess, todo está saliendo de acuerdo al plan.

— Eso es justamente lo que me pone nerviosa, que nunca nada sale de acuerdo al plan.

Ella pensó un momento mis palabras, porque siempre es así, los planes nunca salen del todo como tú quieres, por eso me preocupa.

Como siempre ignoró mis nervios y se concentró en hacer lo que sea que hacía en su ordenador, es la mejor en eso, soy consciente.

Josep llegó en busca de Tiago y luego de comentarle un poco lo de hoy, me afirmó algo que ya sabía.

— Mi móvil lo están investigando, todo lo que hablo o escribo lo saben, seguro el tuyo también.

— Me lo imaginé, pero eso no es problema, no usamos esos para cosas de trabajo.

— Dejar de usarlos tampoco es opción, sospecharan de que hay algo más.

— Me preocupa más otra cosa — giré varias veces pensativa, los nervios me tienen muy distante —. La casa debe tener algo para espiar y no lo sabemos.

— Ya Melissa dijo que solo había un micrófono en la sala de estar, no?

— Sí, eso dijo.

— Si no te tranquilizas un poco vas a joder todo lo que tenemos planeado.

— No terminas de entender qué hay algo que no me termina de encajar, todo está siendo muy fácil;y lo fácil no dura.

Josep se quedó callado, llevarme la contraria no es bueno y menos cuando los nervios me tienen así de histérica.

Bajé hasta la sala de estar donde estaban Melissa y los chicos platicando. Ella tiene la edad de ellos por eso es más fácil que se lleven de buena manera.

Me pare muy loco que siendo yo tan joven ya soy madre de tres niños, y una de ellas casi que tiene mi edad, mi hermana que no sabía que existía tiene la edad de mi hija mayor, y mis otros dos pequeños cada día crecen más.

Este definitivamente a sido un año muy loco, tantos cambios y tantas cosas nuevas. Y todo esto gracias a ellos, a la nueva vida que le quise dar a tres niños de un orfanato.

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora