Capítulo 76

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Una batalla entre su mente y su paz, donde cada vez pierde más, el alboroto dentro de sí misma es lo que tanto la lastima.

Mandé a llamar a Melissa para que le enseñara el galpón principal a Ivan.

— Joder, decídete que es lo que quieres que haga, no puede ser que me acabas de mandar hacer algo y ya me vuelves a llamar.

Josep carraspeó su garganta para así hacerla callar, y no me pude reír más con la cara que puso ella al darse cuenta de los presentes.

— Lo siento, que grosera puedo llegar a ser muchas veces.

— Ya ya, te disculpas porque están ellos niñata contestóna — la burla en mi voz era demasiado evidente —. Necesito que por favor, acompañes al señor Ivanov por el galpón principal y le enseñes algunas cosas.

Ella frunció las cejas antes de volver a sacar una imprudencia de su boquita

— Pero si el señor Ivanov ya conoce los galpones, no entiendo. De verdad es una pérdida de tiempo cada vez que me llamas.

— Yo no dije a cual de los dos Melissa, ahora por favor haz lo que te dije.

Iba a quejarse, pero ahora fue Iván quien la interrumpió.

— No quiero ser una molestia, no hay problema si la señorita está ocupada.

Ella se quedó muda, Ivan en realidad es muy guapo, al igual que Isaac, ambos tenían un gran físico y ese acento ruso que a las niñas las vuelve locas.

— Eh, no se preocupe no es ninguna molestia para mi, puede acompañarme y le enseñaré algunas cosas importantes en este asqueroso nido de ratas.

— Melissa...

— Ya mejor me callo, ya entendí. No te quejes si lo que me pediste se tarda más en estar listo.

— No me amenaces, sabes que eso lo quiero para ya, no sé como vas hacer.

— No empiecen por favor— Josep ya estaba acostumbrado a estos encuentros entre nosotras, era inevitable no discutir con ella.

— Como diga la señora.

Sabía que no me gustaba que me dijeran así, por eso lo hace.

Ellos salieron de mi despacho, y nosotros terminamos de hacer negocios, debía ir al instituto por los chicos.

— ¿No es muy niña para trabajar aquí?

Y llegó la pregunta de siempre.

— Sí— fue mi corta y seca respuesta, no fui yo quien quiso meterla en esto, por eso me molesta cada vez que alguien opina sobre eso.

— ¿Que edad tiene? ¿18?

— Tiene 17.

— Fue idea mía que trabajase aquí, es un puto cerebro la niña, y si necesita el dinero y le interesa este mundo, ya está bien grande para saber que es bueno y que no.

— ¿Y así nada más entro?

Solté una fuerte carcajada, porque no le fue muy fácil entrar a la niñata.

— Jessie le hizo un montón de pruebas innecesarias con tal de que se asustara.

— Supongo que no funcionó porque es obvio que no estaría aquí ahora.

— Solo me demostró que mientras más la retaba, más iba a querer callarme la boca, por eso está aquí, porque tiene agallas y eso es lo que se necesita para trabajar en este mundo de mierda.

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora