Capítulo 66

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De camino al club perdí la cuenta de cuantos shots nos bebimos, no disfrutamos así desde que eramos solo unas adolescentes.

Sonó el cristal que separaba los asientos de la limusina, y lo abrí para ver qué quería el chofer.

—Es para usted señorita. 

Me extrañó que no llamaran a mi móvil, pero no le di importancia y atendí.

—Diga?

—Soy Melissa, los tipos están aquí, estaré cuidando el VIP, en caso de que quieran subir.

—Esta bien.

No me importaba, no soy tan idiota.

—Llegamos señoritas.

Nos retocamos rápidamente ya que en nuestra locura, olvidamos la presencia.

Bajamos las tres, y entramos al lugar tal y como siempre que estamos juntas. 

Es inevitable que no nos miren, y con algunos tragos encima, no me importa que lo hagan.

El equipo de seguridad estaba atento, más de lo normal, pero ya estaba acostumbrada a eso, encontré a Melissa en la entrada del VIP vigilando tal y como me lo dijo.

—Te quiero arriba con nosotras.

—Pero es que...

Le di una mirada de que no me interesaba, y seguido a eso subimos a nuestro lugar de siempre.

—Trae tequila.

—Y ron seco — pidió Samantha.

—Enseguida regreso con sus bebidas.

La música aquí no era tan fuerte, pero si lo suficiente como para sentirse en ambiente, hoy no quería tener limitaciones. 

Ya con las bebidas en nuestra mesa, no dude en tomar como si fuera la última noche de mi vida.

—Leona, tengo que estar abajo atenta a ellos. 

—Piensa con inteligencia Melissa, si estas abajo como un chicle detrás de ellos van a sospechar. Pero si estas aquí, conmigo se darán cuenta de que eres cercana a mi, por lo tanto van a ir tras de ti por información.

—Nunca se te puede ganar una verdad?

—No, y ebria mucho menos niña.

Continúe bailando y disfrutando de la noche, moví mis caderas, tomé trago tras trago, salté y me senté, me moví de un lado a otro, hablé con las chicas, pero en ningún momento me detuve.

Ya estaba ebria, pero no me interesaba, y al parecer ya no era la única así que me daba igual.

—Te mandaron esto, deberías verlo.

Estaba seria, muy seria. 

Abrí el papel y vi algo que hizo que recordara.

"TIC TAC"  "TIC TAC"

—Quién lo envió?

—Qué sé yo, un tipo todo ebrio me dijo que se lo diera a mi jefa, y se fue. 

—Maldición, esto es lo que Josep no quería decirme.

—Todos corren peligro Jessie, todos.

—Crees que no lo sé, es lo más obvio, pero sin saber de quienes se tratan no puedo prevenir nada.

—Ya me encargo de averiguar algo, tu sigue en lo tuyo. Mira que tienes a dos hombres muy pendientes de tus movimientos. 

Sonreí y seguí en lo mío, pero ahora solo era teatro, ya no podía sentirme relajada cuando en realidad todo estaba mal.

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora