Capítulo 81

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El lugar de la fiesta era un desastre, demasiada gente entrando a la mansión, como era de esperarse estaban felices por estar aquí.

Quería que me vieran, por lo que entre junto a las amigas de Camila, Melissa e Iván por todo lo alto.

Con Iván nos encontramos en el camino, el es mi acompañante, debo admitir que era muy guapo el condenado chiquillo.

Dentro, por ser la mansión tan grande no se notaba la cantidad de gente que había.

— Todo está listo para que entres al VIP — Melissa me habló al oído luego de que el resto de escoltas revisaran el perímetro.

Ella se veía genial sinceramente, su cara de niña y su vestimenta tan juvenil, combinado con un arma en la cintura de accesorio le lucían.

Siempre me gustó organizar estas fiestas un poco privadas, así como hay partes en las que están todas las personas juntas, hay más de una zona VIP, porque sé muy bien que algunas de esas personas aquí, no solo viene a disfrutar de la fiesta.

La música resonaba por todo el lugar, la gente feliz bailando sin parar.

— Recuerden bien lo que les dije, no quiero problemas.

Las niñas asistieron felices de estar aquí, se les notaba.

Estaban a un lado de cada dj, solo nosotros en una especie de balcón, y en la parte de abajo toda la fiesta bailaba al ritmo de la música.

Pedí las bebidas, y al menos yo me senté, ellas no, ellas bebían y bailaban, se tomaban selfies, grabando para sus historias de Instagram.

— ¿Por qué tan seria Leona?

— Porque no me gusta el ambiente, estoy aquí por negocios no por diversión.

— ¿Entonces porque viniste con ellas?

— Porque si no lo hacía, iban a venir por su cuenta, y no me iba a arriesgar a que les pasara algo en una fiesta que desde ahora se sabe que organizó y patrocinó yo.

— Pero estando ahí sentada solo das mala impresión, debes disfrutar de tu fiesta, o que al menos eso parezca.

Tenía razón, si seguía aquí sentada con cara malhumorada se notará que hay algo más en mis intenciones de venir.

Amaba la electrónica, el house, todo lo que hacía moverte y perderte en una realidad paralela, y eso que no me drogaba, pero las personas que sí lo hacen terminan perdidas, muchas veces atrapadas en esa otra realidad que se construyen en sus mentes intoxicadas.

Comencé a bailar también, pero viendo mi entorno, venía por un objetivo, los agentes.

Melissa llegó nuevamente a mi lado, ella fue a dar una vuelta para informarme como iba todo.

— Los vendedores están en los puntos estratégicos, la seguridad está controlada, y los agentes los pude ubicar por la parte de atrás en la piscina, un poco aburridos al parecer.

— Quiero que se esparce el rumor de que estoy aquí.

— ¿Estás segura de eso? ¿No es mejor negociar antes?

Lo pensé, y si, era mejor así, porque podía estar más tranquila y limpia a la hora de captar la atención de ellos.

— Necesito que te quedes aquí con ellas.

— No puedes ir sola y lo sabes, yo iré contigo.

— No te pregunté Melissa, te estoy ordenando que te quedes con ellas aquí, yo me se cuidar sola. Que no se te olvide que te pude haber matado con los ojos cerrados en menos de un minuto si así hubiera querido.

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora