Capítulo 111

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De la rabia que tenía me golpeó con fuerza, pero no intente defenderme, estoy demasiado agotada mental y físicamente como para hacerlo.

Descargaba su rabia una y otra vez con golpes, a pesar de que no dolían lo suficiente, llegó el punto en que se volvieron molestos. 

Una y otra vez, golpe tras golpe, la sangre que brotaba de mi cara dejaba rastro por mi cuerpo y su ropa.

— Deja de fingir que no te duele — golpeaba con más fuerza — no eres inmortal.

En un pequeño descuido entre su cansancio y el estado de ceguera que tenía por la rabia, pude darle un golpe que la dejó aturdida unos pocos segundos.

A pesar de tener mucho tiempo sin entrenar y sin luchar, sé muy bien donde debo dar el golpe para defenderme. 

Su nariz perfilada comenzó a sangrar luego de el fuerte golpe que le di con mi cabeza, no fue mucho, pero dejó de machacar mi cara, y eso es un respiro.

— Hija de puta... — se llevó las manos a su nariz y se fijó en toda la sangre que salía de ella — te voy a matar, ahora sí que te voy a matar.

— Con una cirugía puedes arreglarlo, deja de llorar como una cría. 

Se abalanzó sobre mí otra vez, pero no pudo cumplir lo que quería. Alguien la tomó de ambos brazos y la alejaron de mi.

— Ya basta Sasha, te comportas como una niña inmadura — la voz de Caleb la hizo temblar del susto, a mi solo me dio curiosidad —. Lárgate de aquí, no te quiero volver a ver cerca de ella, quedó claro?

Con lágrimas en sus ojos y su cuerpo entero temblando de miedo, asintió y se fue. Pobre, está casada con un loco, pero ella también lo está. 

Él se sentó junto en frente de mi, ninguno de lo dos habló, lo único que hablaban eran nuestras miradas estando conectadas de un tramo al otro. No me da miedo, quizá solo un poco de asco, pero no creo sentir ningún sentimiento por él. En cambio su mirada expresaba deseo, ambición, no lo sé pero algo bueno no era. 

— Estas últimas horas me he hecho la misma pregunta una y otra vez — comenzó a hablar luego de todo este tiempo sin hacerlo — ¿ debo solo matarte? ¿o puedo follarte antes? ¿o quizá antes y después de matarte? Es difícil saber — se levantó y comenzó a acercarse a mi — aunque creo que haré la última. Debe de ser delicioso follarte antes de matarte, ver cómo gritas que pare, como te defiendes y me golpeas, y mientras te estoy follando ahorcarte hasta dejarte sin respirar— ya en este punto su mano no dejaba de pasar desde mi mandíbula hasta mis pechos — y luego de muerta, volverte a follar, y disfrutar del simple hecho de que la Leona murió en mis manos mientras la hacía mía. 

— Calla... — su dedo índice en mi boca hizo que callara. 

— Por cierto, te ves demasiado excitante toda llena de sangre, sentada en el suelo sin fuerzas para mover tu delicioso cuerpo, a mi merced.

— No esperes que disfrute de tu asquerosa fantasía, porque no dejaré que la cumplas.

— ¡Oh! No te preocupes delicia, no espero que te dejes hacer nada, eso es lo que le da diversión a mí juego.

Sus manos se mantenían en mis pechos, no hacía nada más que estar mirándome fijamente con sus manos ahí, me sentía ridícula por no saber qué hacer ahora, necesito buscar una salida, pero estoy segura de que no voy a poder. 

Por primera vez en mucho tiempo, se salió de control lo que creí tener perfectamente planeado, estoy cayendo en mi propia trampa, y espero no sufrir las terribles consecuencias que esto puede traer.

No me puedo permitir dejarme caer, no ahora. Necesito ir a casa con mis niños, no puedo dejar que ahora mismo todo se vaya a la mierda, no sería justo con ellos.

Me preocupa Camila, debe estar muy nerviosa y eso le hace daño a los bebés, también mi pequeña Emmy, es una pequeña niña que no sabe que pasa y ahora mismo está al borde de perder por segunda vez a su madre, y luego está mi gran niño, Nicolás es el niño más genial que puedo tener, atento, cariñoso, estudioso, honrado, inteligente, guapo, todo lo que puedo desear para tener a mi lado, su corazón es tan grande que sería una cosa terrible romperlo otra vez.

Ninguno de ellos merece sufrir más, por eso mismo no puedo permitir que nada me suceda.

Un golpe me trajo nuevamente a la realidad, haciendo que dejara a un lado esos pensamientos reflexivos y de culpabilidad. 

— Te estoy hablando zorra de mierda, es que no oyes? — estaba molesto otra vez, y ahora mismo no puedo saber porque razón.

Tomó mis brazos e hizo que me levantara del suelo con brusquedad, me acercó a la pared y tomó mi cuello en su mano, sin hacer mucha presión, tan solo un poco para que no pueda moverme de ahí. 

Su lengua asquerosa hizo un recorrido por toda mi mejilla hasta llegar a mi boca, dejando así un rastro de sangre seca en ella; se saborea y me sonríe, y repitiendo la acción pero ahora bajando por mi mandíbula y cuello. El asco tan grande que siento en estos momentos no lo puedo explicar, se está tomando esa sangre que quedó luego de los golpes de Sasha, y lo disfruta tal y como si fuera el más sabroso manjar. 

Quiero moverme y decirle que se quite, que deje de hacer eso tan asqueroso, pero, eso era justo lo que él desea y no me puedo permitir darle el gusto.

Es una lucha inmensa la que tengo ahora conmigo misma, no es posible que por no darle el gusto a este imbécil, está permitiendo que haga esto.

El agarre de su cuello se hizo más fuerte, tocaba todo mi cuerpo con su otra mano mientras su lengua seguía el mismo recorrido una y otra vez.

— Entonces creo que te gusta esto que te hago — dijo separándose un poco sin importarle tener la boca entera llena de sangre — bien, tu silencio lo tomaré como un sí. 

No se va a detener, eso ya me quedó claro, su ataque comenzaba otra vez y no hice ningún movimiento, me quedé inmóvil como una estatua.

La rabia y la impotencia que siento es inexplicable, como si todo en lo que creo se fuera a la mierda ahora mismo. estoy dejando que este tipo haga conmigo lo que quiere, sin saber cómo defenderme sin salir perdiendo o peor aún, muerta.

Su ataque ya no era insignificante como hace un momento, ya comenzaba a rasgar mi ropa, a morder mi piel y con su agarre en mi cuello dejarme sin respirar. Estoy al borde del colapso, y él lo sabe por eso continúa.

No espero que se detenga, ya estoy resignada a que esto pasara, no lo considero una violación a pesar de ser en contra de mi voluntad, solo eso lo que debo hacer. Por ahora.

Ya su mano bajaba por mi pubis dejando a un lado mis bragas. Estando al borde del desmayo, y de verdad espero caer inconsciente lo antes posible con tal de no tener que pasar por esto.

Al parecer mi cerebro escuchó mis plegarias, porque poco a poco mis sentidos se fueron apagando, mis ojos nublando y mis fuerzas cesando.

Y lo último que logré oír antes de que todos mis sentidos se fueran a la mierda fue como alguien entraba y separaba a este espécimen llamado Caleb de mí, pero no sin antes dejar un fuerte dolor en mi abdomen. 

Y en ese momento, sin poder fijarme en mi salavador todo quedó en negro.

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora