Capítulo 29

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Salí de la oficina y me despedí de la secretaria que me recibió al llegar.

Fui un poco dura con la directora, pero conozco muy bien cómo se comportan las personas de mi clase social, y sobre todo en esta clase de institutos donde los profesores no reprenden a los alumnos por miedo a que sus padres tomen represalias contra ellos.

Fuera del lugar me encontré con los escoltas de mis hijos esperando mis órdenes.

-Tienen el permiso de custodiar dentro del instituto. No pueden interferir de ninguna manera en nada, a menos de que mis hijos estén involucrados, se quedarán afuera de las aulas, los quiero a distancia para que los chicos no se incomoden, si sucede algo me informan.

-Entendido patrona -respondieron los tres a la vez y de inmediato fueron a tomar sus lugares.

Yo la verdad no tenía ni ganas de llegar a la oficina, pero ya estuve muchos días de vacaciones y debo hacerme cargo de las cosas. Y hablar seriamente con Josep, estar peleados no nos conviene a ninguno.

Como lo imaginé al llegar no había llegado casi nadie, ni siquiera Josep y eso es extraño. Comencé a revisar algunos documentos pendientes, presupuestos y los inventarios de las mercancías, estaba tan entretenida que no me di cuenta de que ya había pasado el tiempo y mucho menos de que Josep entró al lugar.

-Veo que lo de madrugar se te está haciendo costumbre.

-Que no te asombre, a partir de hoy será así todos los días querido -le informé aún con la vista en los documentos y con la voz seria, pero baja.

-Sigues molesta cierto?

-La verdad es que no, realmente estoy es decepcionada por tu actitud -seguía ignorándolo porque sabía que si lo veía le partiría la cara, y en estos momentos no era lo mejor.

-Deja de ignorarme Jess, sé que hay cosas que tengo que explicarte, pero no es fácil.

Al decirme eso decidí levantar la vista y dejar los documentos en el escritorio, mi cara debía ser de molestia pura ya que Josep se tensó en el asiento con mi respuesta baja y filosa.

-Que puede ser tan difícil para que cambies tu actitud luego de seis años conociéndonos, para que no puedas contarme aún cuando se supone que tenemos una gran confianza Josep. Anda aprovecha y explícame qué es eso tan difícil que no me cuentas -en mi voz había resentimiento por su desconfianza, como también lo estaba retando a mentirme nuevamente.

-Ahora no Jess, esta tarde te prometo que te cuento todo - dijo con derrota y me pareció ver tristeza en su mirada.

-Como quieras Josep, ya hasta prefiero no preguntar más, tú sabrás lo que haces y lo que no.

-Estando así de molesta no funcionan las cosas y lo sabes, ya te dije que en la tarde te lo contaría todo, ahora concéntrate en el trabajo.

Josep tiene razón, y yo lo sé, pero me cuesta mucho no molestarme. Estando así no gano nada, es mejor que me calme.

*Parece que eres su mujer y no su amiga*

Decidí que le haría caso a esa voz en mi cabeza que solo jode, y me concentré en los documentos que estaba viendo antes de que Josep llegará.

-Estos son los informes de las ventas de las armas no? -pregunté viendo que casi todas se vendieron a muy buenos precios.

-Sí, los que se encargaron de eso hicieron un buen trabajo al negociarlas.

-Son los mejores hombres que tenemos para ese tipo de cosas, les daré un bono extra por el buen trabajo que hicieron, hay que tenerlos contentos para que sean siempre así de eficientes. ¿Qué pasará con las armas que no fueron vendidas?

-No se me ocurre que podemos hacer con ellas, ya todos nuestros hombres tienen las nuevas, y ya están vendidas la mayoría de las que se tenían que vender.

-Esas las dejaremos para los entrenamientos, también hay que cambiarlas, yo me llevaré algunas para tenerlas en casa- dije porque no sabía qué más hacer con ellas -también quiero que estén en las caletas de los Clubes, es mejor tenerlas bien distribuidas en caso de tener que usarlas.

-Me parece buena idea, vamos de una vez a separarlas y a darles el bono que dijiste - dijo Josep y ambos nos levantamos, cuando íbamos caminando me recordó los tiempos en los que estaba empezando en todo esto -. Tienes tiempo sin entrenar, nunca es bueno perder práctica Jess.

-No he tenido tiempo para eso, y aún sin tener practica sabes que puedo acabar con cinco tipos el doble de grandes que yo sin problema, tuve un buen maestro -sonreí con nostalgia, porque la verdad es que Josep con su entrenamiento militar fue un gran profesor.

Y así se nos fue el día, mandando a distribuir en los Clubes las armas y revisando como siempre que todo estuviera en orden.

A los encargados de las ventas les di el pago extra que le mencioné a Josep y estuvieron muy contentos de que me fijara en su esfuerzo, parece algo tonto, pero no lo es, si tengo contentos a mis empleados son más fieles y eficientes, por el dinero todos se mueven, y en este negocio más aún.

-Yo me voy, se me hace tarde para recoger a los chicos en el instituto, no olvides que tenemos una plática pendiente.

- Por la tarde paso por tu casa para poder hablar bien.

Asentí y salí de los galpones, en la otra camioneta donde iban mis guardaespaldas van las armas que debo guardar en casa, pero eso debe ser con mucho cuidado para que los chicos no se den cuenta.

***

Por fiiiiin vamos a saber que es eso que hizo cambiar tanto a Josep.

¿Creen que las cosas mejoren entre ellos luego de esa platica que tienen pendiente?

Nueva Vida (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora