Shu Kurenai
Después de que llegué a mi casa, cerré la puerta con llave y me eché en el sillón, durmiendome de inmediato. Como estaba demasiado cansado, no tuve ningún sueño.
Hoy en la mañana me levante tarde, así que decidí no ir a la escuela... además de que si llego a ir, tendré problemas con los demás como el día de ayer. Definitivamente es mejor que las desgracias que causo me pasen a mi y no a los demás, aunque eso implica alejarse de la gente.
Sinceramente, extraño a mis amigos.
Ahora mismo estoy en mi sala acostado mirando al techo como idiota. No tengo idea de que hacer y solo me estoy aburriendo.
____ Shirosagi
Shu no asistió a la escuela hoy... y me preocupa, debo admitirlo.
Cuando eramos pequeños Shu era un niño muy inseguro de si mismo. Nunca entendí porqué amaba a sus padres de forma tan ciega...
-Señorita Shirosagi, ¿cuánto es 9²?
-81
-Bien contestado, pero estamos en clase de Biología. Baje de las nubes, Shirosagi.
-Si, profesor- sin embargo, yo seguí perdida en mis pensamientos.
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-Suspendida por un mes ¿eh? ¿Tenías que contestarle al profesor?- me pregunto mi hermano con voz burlona mientras caminábamos a casa.
-Cierra la boca, antorcha- le dije algo fastidiada, mientras que el solo lanzó una carcajada.
-Te enojas muy facil. Te recomiendo corregir eso, hermana.
-Mira quien lo dice. El que se enoja porque le dicen antorcha.
-Te he dicho que no me llames así- me reprochó mi hermano con un tono amenazante.
-Obligame, flama.
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-Eres malo- me quejé mientras limpiaba el cuarto de mi hermano.
-Tu me retaste. Es tu problema, enana- me contestó recargado en la pared con los brazos cruzados -harás esto todos los días que estés suspendida.
-No se vale
-Tu sigue limpiando. Yo iré a comer algo
-Traeme un vaso de leche
-No- me contestó ya fuera de la habitación, a lo que yo solté un bufido y seguí limpiando.
Shu Kurenai
Estaba tan aburrido que salí al Beypark para entrenar. Ahí me encontré con los gemelos Aoi. Nika se tropezó y chocó contra mi brazo... y creo que me lo lastimé. No puedo moverlo sin que me duela.
Decidí volver a casa para descansar.
Apenas llegué me puse una bolsa de hielos en el hombro. Estaba recostado en el sillón viendo el televisor cuando miré mi mano derecha, la cual estaba cubierta por un guante como de costumbre. Me quité el guante y miré mi palma. En ella lucía una cicatriz algo extraña, ya que tenía una forma específica. Era un circulo con un sol dibujado en medio. Sinceramente, esto siempre se me hizo extraño, aunque nunca me he interesado mucho en saber su origen. Solo me limito a cubrir esa marca.
Me estaba quedando dormido cuando alguien tocó a la puerta.
-Van- dije levantandome y caminando hacia la puerta.
Cuando la abrí me sobresalté al recibir un abrazo de alguien muy alto.
-Hola, primo. Cuanto tiempo sin verte- me dijo el chico de cabello café y ojos verdes que me abrazaba y hasta me cargaba.
-Eh... ¿te conozco?
-Soy tu primo, Hachiko Momo- me contestó el muchacho bajandome al suelo de nuevo mientras me veía con una gran sonrisa -no me recuerdas porque me conociste cuando eras pequeño. Soy el hijo de la hermana de tu mamá.
-No te recuerdo pero supongo que si somos familia- dije algo confundido, aunque la sonrisa de el me convenció. Nunca creí que hubiera alguien en mi familia que si me quisiera.
-¿Puedo pasar?
-Claro. Pasa- me hice a un lado para que mi primo pasara al departamento.
-Vaya... es un lindo lugar para vivir... y eres muy ordenado, por lo que veo.
-Si... sinceramente el desorden me desespera un poco, porque no puedo encontrar nada.
-Es lo mismo conmigo- Hachiko se rió ante su comentario.
-¿Te quedarás a dormir?- pregunté en el fondo un poco emocionado por tener algo de compañía.
-Me quedaré hoy, si no te importa.
-No, no me importa. Es bueno tener compañía después de un buen rato- dije con algo de gracia en la voz -sigueme. Te mostraré donde puedes dormir.
-Gracias, primo- me contestó con una amplia sonrisa en los labios.
Ambos caminamos hacia el pasillo, donde se encontraban las habitaciones mía y la que antes era de mis padres.
-Puedes dormir aquí- le dije abriendo la puerta de la habitación de mis padres.
-Se ve realmente acogedor- Hachiko se lanzó a la cama y suspiró -gracias por dejar que me quedara, Shu.
-No hay de que, Hachiko- le respondí con una sonrisa, la cual me sorprendió al ser correspondida. Hachiko volvió a acostarse, esta vez de lado, y vi algo que me intrigó un poco -Hachiko... ¿qué es ese tatuaje en tu hombro?- le pregunté al ver un tatuaje negro similar a la forma de la cicatriz de mi mano.
-¿Esto? meh, decidí tatuarmelo cuando cumplí la mayoría de edad.
-¿Y qué significa?
-Es un símbolo protector contra malos espíritus, brujería y gente mala.
-Ah... ya veo... bueno, en fin. Iré a hacer la cena.
-Claro- me respondió Hachiko sonriente y yo salí de la habitación, mirando la cicatriz de mi palma.
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Todo por defenderte
FanfictionNuestro protagonista, esta vez, es Shu Kurenai, un joven albino al que muchas chicas en el instituto querían... exacto. Querían. Cuando el chico tenia nueve años tuvo un accidente, en el que olvidó todo lo que había vivido hasta ese momento, incluye...