Valt Aoi
-Tranquilo, Valt. Shu solo necesita tiempo para recuperarse de lo de sus padres- me dijo Daigo igual de sensato que siempre.
-Pero... ¿por qué sufre por ellos? El sabía que nunca lo amaron y aún así los amo, esperando lo mismo a cambio. Ellos no lo merecieron nunca... y eso se comprueba con más razón al ver como lo trataron después de que perdió la memoria.
-¿Cómo fue, por cierto?- me preguntó "Audaz".
-¿Cómo fue qué?
-Tu eras amigo de Shu desde los cinco años ¿no? Igual que Xander. ¿Cómo los recordó?
-El nunca nos recordó. Solo empezamos de nuevo...
Recuerdo 6
Era el primer día de clases y todos los niños estaban emocionados... todos menos el pequeño albino al que ya conocemos bien, el cual estaba sentado en una banca solitaria, aislado de los demás.
-Hola, rarito- el pequeño niño no necesitó voltear para saber que era gente que le haría daño.
-¿Eres el nuevo?- preguntó esta vez la voz de una niña de sexto.
-Debe serlo. ¿Sabías que a los niños de primero más extraños les damos una bienvenida especial?- volvió a hablar la voz masculina del principio.
Shu solo miró al suelo, evadiendo las miradas amenazantes de los dos chicos de sexto que lo miraban.
-Responde... y no olvides mirarnos cuando lo hagas- el miedo del pequeño aumentó cuando escuchó la tercera voz del grupo, y se limitó a cerrar sus ojitos con fuerza.
-Muy bien... tu te lo buscaste- la niña jaló al pequeño del cabello y lo tiró al suelo para comenzar a arrastrarlo mientras los otros dos reían al ver la situación del albino.
Estaban por comenzar a golpearlo cuando escucharon una voz aguda pero fuerte.
-ALEJENSE DE EL!!!- al darse vuelta, los chicos de sexto año se encontraron cara a cara con un pequeño peli azul, también de primero.
-Vaya, vaya... ¿tu también quieres una bienvenida especial?- dijo el tercer chico acercándose amenazante.
El peli azul se cruzó de brazos mientras los miraba de forma desafiante... y entonces un pelirrojo más alto incluso que los chicos de sexto apareció detrás del primer pequeño.
-Vayanse- la voz del chico también era algo aguda, dando a entender que era de primero también, pero los de sexto se asustaron debido a que les tocó la mala suerte de ser de baja estatura, mientras que ese niño de primero le tocó ser más alto que ellos.
Los de sexto salieron corriendo, dejando al pequeño albino arrodillado en el suelo.
Ambos chicos se le acercaron.
-¿Estás bien?- le preguntaron al mismo tiempo.
-S... si- Shu, inconscientemente llevó sus brazos frente a el, tratando de hacer una barrera entre los desconocidos y el.
Para su mala suerte, su amiga no había ido a la misma escuela que el.
-No tengas miedo. Me llamo Alexander, pero puedes llamarme Xander- se presentó el pelirrojo fortachón con una sonrisa amigable.
-¡Y yo soy Valt Aoi!- exclamó con entusiasmo el peli azul esbozando una gran sonrisa energética.
-Soy Shu. Un gus... gusto- dijo con timidez el albino.
-Ven. Vamos a jugar- dijo el pequeño Valt, jaloneando a Shu de la ropa para hacerlo levantar y luego correr los tres a los jardines.
No pude evitar sonreír ante ese recuerdo, a pesar de que era una sonrisa triste y melancólica. Es una lastima que Shu lo haya perdido. Que haya olvidado ese momento tan importante en su vida.
-¿En qué piensas, Valt?- preguntó Wakiya.
-Recuerdos. Solo estoy recordando- respondí dejando salir las lágrimas una vez más cuando el pensamiento de que Shu no recuerda eso asaltó mi mente.
Shu Kurenai
Quiero dormir, pero no puedo. Me sentí mal por hablarle así a Valt, pero es la verdad. Cuando hablé con Valt y Xander a los nueve, ellos me contaron que cuando teníamos cinco años los chicos de la escuela me tenían en la mira, pero que ellos siempre recibían las golpizas por mi para protegerme.
Desgracia. Soy una maldita desgracia.
Ellos tenían razón y nunca quise aceptarlo.
Recuerdo 7
-Benbeñido a cazha, papi- dijo entusiasmado un niñito de dos años mientras corría lo más rápido que podía a abrazar la pierna de su padre.
-No me toques- el padre del pequeño, al verlo acercarse, le dio un empujón con el pie lo suficientemente fuerte para tirar al niño al suelo.
La madre solo veía la escena sería.
A pesar de que la muestra de afecto que quería demostrar el pequeño había sido rechazada, este no se rindió y siguió intentando hasta que, finalmente, lo logró.
-Dije que no me tocaras, idiota- esta vez, el hombre pateó fuertemente al niño, haciéndolo perder el aliento unos instantes.
A pesar de ello, el pequeño Shu en el suelo se incorporó lentamente y le sonrió con amor a su padre, esperando el mismo gesto de vuelta.
El gesto nunca fue correspondido... y el pequeño nunca se rindió.
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Todo por defenderte
FanfictionNuestro protagonista, esta vez, es Shu Kurenai, un joven albino al que muchas chicas en el instituto querían... exacto. Querían. Cuando el chico tenia nueve años tuvo un accidente, en el que olvidó todo lo que había vivido hasta ese momento, incluye...