____ Shirosagi
Sin saber que hacer, sostuve el cuerpo inerte de Valt en mis brazos para luego apoyar mi oreja sobre su pecho. Mi alivio fue enorme al escuchar sus latidos, pero su cabeza no deja de sangrar.
-¡¡¡¿QUÉ RAYOS TE PASA?!!!- le grité a Spryzen... pero me di cuenta tarde de que acababa de gritarle a Shu.
El miró la escena con sus manos cubriendo su boca, y luego salió corriendo de ahí mientras temblaba bastante, ya fuera por dolor o por lo que acababa de pasar.
Sentí como una de sus lagrimas cayó sobre mi mejilla.
Los chicos se acercaron para revisar a Valt... y por puro instinto alejé su cuerpo de Silas en cuanto este se acercó.
-____, el necesita atención médica pronta. Deja que me encargue- me dijo tratando de convencerme.
-No dejaré que un loco asesino toque a mi amigo- le dije, y el mostró tristeza y arrepentimiento más que sinceros en su rostro. Suspiró y, con su mano derecha, quitó la estampa morada que tenía con el logo de la Asociación de Bladers de su hombro.
Bajo esta, un brillante tatuaje negro de sol encerrado en un circulo brilló sobre su piel pálida. Se levantó y se alejó de nosotros, mirando como actuabamos mientras se abrazaba ligeramente a si mismo.
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Incluso cuando llegamos a España, Valt seguía sin despertar. Fue un gran logro para nosotros el simple hecho de lograr que dejara de sangrar.
Pero aún así...
-Eres un idiota, Lui. Retar a Red Eye de esa forma fue estúpido- regañé a mi hermano mientras vendaba su abdomen magullado. Tuvimos que traerlo con nosotros para ayudarle.
-Sabía que era el. Quería comprobar mis sospechas...
-Lo convertiste en un faro, baka. Ahora seguramente todos los de esa maldita secta sabrán de el... en especial este- dije señalando a Silas, quien miraba desde una distancia prudente como vendaba a mi hermano.
Una vez más se mostró arrepentido, y decidió salir de la habitación, dejandome sola con mi gemelo.
Hubo silencio hasta que terminé.
-¿Qué te pasó? Te ves terrible
-Estrés, y tu videito no ayudó nada, Lui.
-Te pareces... al Wendigo si lo pienso bien...- le di una bofetada al escuchar eso.
-¡NO MENCIONES ESE NOMBRE FRENTE A MI! ¡NO DIGAS ESE NOMBRE DEL DIABLO EN MI PRESENCIA!- dije sacando mi bey de mi cinturon -¡¿VES A ESTA COSA?! ¡ES UN DEMONIO!- sin pensarlo dos veces, lancé a Wendigo contra la pared, partiendolo en pedazos.
Todas las piezas de su disco quedaron en el suelo, desparramadas e imposibles de reunir para recostruir a ese bey.
-¿Por qué hiciste eso?- me preguntó Lui compungido -tu amas el beyblade. Yo lo se, soy tu gemelo.
-Pues ya no. Por todo lo que ha pasado... ya no más- dije sentandome a su lado.
Después de unos minutos que para mi parecieron una eternidad, Lui pasó un brazo por mi hombro de forma cariñosa. No fui capaz de no aceptar su abrazo, por lo que me apegué a su pecho, ocultandome.
-Perdoname. No actué bien. Soy un hermano terrible.
-Ni siquiera te molestaste en ir a despedirme ese día al aeropuerto. Me hiciste creer que ya no te importaba- dije con voz temblorosa. El me abrazó con más fuerza.
-Quieres llorar, ¿no es así?- asentí, reteniendo las lagrimas -hazlo. Como siempre, solo quedará entre tu y yo- apenas escuche sus palabras completamente sinceras, empecé a sollozar, soltando por fin todo lo que tenía dentro. EL estrés, los malos pensamientos, Valt, Silas, Shu todo.
Por fin, después de mucho tiempo, me sentí protegida.
Shu Kurenai
Que no te espante mi apariencia enmascarada.
¿Q... qué es todo esto?
Bienvenido al Snake Pit. Su misión es equipar a los mejores bladers con las mejores herramientas. No me conformaré hasta tener a los mejores bey, y por eso existe este lugar. Tu me conoces por mi imagen pública, el dueño de los Regin Bulls, pero en realidad soy el lider del Snake Pit. Yo soy Ashtem. Si en verdad quieres volverte el más fuerte de todos, usaras esta mascara. Pero escucha, en cuanto te la pongas, no podrás volver a ser la persona que eras antes.
... y... yo...
Escucha, hijo. Te adopté por una sencilla razón: protegerte. No importa lo aterrador que me vea ahora, o el miedo que me tengas ahora. Lo que importa es que incluso con la mascara puesta sigo siendo tu padre. Si te ocultas con ese antifaz, te protegeras del mundo exterior con un escudo de poder puro, ¿entiendes?
Yo... entiendo... acepto.
En ese caso, desde ahora eres Red Eye para los demás, ¿está claro?
Si, pa... Ashtem.
¿Fue ese el momento? ¿Ese fue el momento en el que me transforme en un monstruo? ¿El día en que me transforme en una vibora? ¿O... es simplemente porque todo aquel que esta cerca de mi sufre?
Los albinos son señal de desgracia...
-¡¡¡BASTA!!!- grite sujetando mi cabeza, la cual daba vueltas por tanto pensar. Decidí salir del agua fría del río.
Entonces lo vi frente a mi. No a papá, sino a Ashtem.
-Realmente me has decepcionado. Te fuiste del Snake PIt por decisión propia sin mi aprobación, y por eso perdiste... pero soy un hombre compasivo. Te concederé mi perdón. Dicho eso, un bey que ha perdido ya no tiene ningún valor. Debes abandonar a Legend Spryzen.
Miré a Spryzen, tratando de verme enojado. Fue entonces cuando alcé mi mano, listo para hacerlo pedazos contra las rocas... pero... entonces recordé todo el apoyó que el me dio, y no fui capaz de hacerlo.
Solo pude dejarlo caer al suelo rocoso mientras todo mi cuerpo temblaba.
-Dime, algo... ¿hice lo correcto?- le pregunté a Ashtem conteniendo las lagrimas -¿hacerle daño a mis amigos estuvo bien?
-¿Sobreviviste?- asentí -entonces, con tal de asegurar tu supervivencia, fue lo correcto- yo me mantuve callado, llorando en silencio.
Fue entonces cuando el suspiró y se quitó la mascara que corrí a abrazar a mi papá, sollozando ya.
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Todo por defenderte
FanfictionNuestro protagonista, esta vez, es Shu Kurenai, un joven albino al que muchas chicas en el instituto querían... exacto. Querían. Cuando el chico tenia nueve años tuvo un accidente, en el que olvidó todo lo que había vivido hasta ese momento, incluye...