Traición y defensa

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Shu Kurenai

Hice de cenar y Hachiko vino al comedor para comer conmigo. Me gustó comer con alguien que conversara conmigo sin rodeos. No pensé que fuera tan agradable... aunque ahora la cicatriz de mi mano me intriga más. Pero una cosa a la vez.

Hachiko me contó mucho acerca de el. Tiene 25 años y trabaja en una planta de energía nuclear muy prestigiosa. Otra vez decidí faltar a la escuela, ya que quería disfrutar la compañía de mi primo.

Cuando me puse hielo en el hombro de nuevo, me reí un buen rato.

-¿Estás lastimado? ¿Pero cómo? ¿Desde cuándo? ¿Te duele mucho?

-Estoy bien, Hachiko. Solo es una torcedura en el hombro- conseguí responderle después de que se me pasó la risa por sus preguntas.

-¿Seguro?

-Si, seguro. No te preocupes.

-Esta bien... oye, iré a hacer un mandado. ¿Quieres o necesitas algo?

-No, estoy bien. En serio

-Ok... nos vemos en una hora- me dijo esta vez con su sonrisa cálida en el rostro. Salió del departamento.

Estuve limpiando la casa en ese tiempo y entonces alguien tocó la puerta. Fuí a abrir pensando que era Hachiko, pero me encontré cara a cara con el cabello celeste y ondulado de la chica de la escuela... cuyo nombre sinceramente olvidé.

-Buenas tardes, Shu.

-Buenas tardes...

-____

-____, si. Ya recuerdo... ¿pasó algo?

-No, solo quería pasarte los trabajos y las tareas. Supongo que no quieres tener problemas en la escuela por faltar a los trabajos ¿cierto?

-No. Te lo agradezco, ____. Pasa- le ofrecí haciendome a un lado para que ella pudiera pasar -¿tienes hambre?

-Verdaderamente, no. Gracias- ella se detuvo en medio de la sala y observó a su alrededor -tal y como recuerdo...

-¿eh?

-Nada. Solo estaba distraída.

-Bueno... ¿estas son las libretas?- le pregunté señalando el morral que traía consigo.

-Si. Hay tarea mayormente de matemáticas.

-Entendido- tomé el morral y me senté a la mesa.

-Dejaré las libretas aquí. Después de todo yo ya hice las tareas.

-Si. Gracias, ____...- en eso, la puerta se abrió y Hachiko entró a la casa.

____ Shirosagi

En cuanto vi a ese chico entrar a la casa me dieron ganas de saltarle encima y ahorcarlo hasta que se pusiera morado.

-Ya volví, primo- canturreo el chico castaño con alegría.

-____, te presento a mi primo. Hachiko.

-Un gusto- ante la respuesta del castaño me limite a sonreír amigable, a pesar de que en el fondo me sentía furiosa con el.

Recuerdo 10

-Shu, vamos a jugar- le pidió la peli celeste al albino.

-Lo siento, ____-chan. Hoy tengo visitas.

-¿Visitas? ¿De quién?

-Mis tíos. Tambien vendrá mi primo, Hachiko. El es ocho años mayor que yo.

-Ya veo... bueno. Nos vemos luego- la pequeña se acerco a su amigo y depositó un dulce beso en su mejilla, haciéndolo sonrojar.

Pasaron las horas y la pequeña, preocupada por su amigo, decidió ir a verlo. Se llevó una gran sorpresa al llegar.

-Por favor... para- suplicaba el pequeño Shu desde el suelo mientras que su primo de 13 años lo miraba con malicia.

-Dilo, anda. ¿Qué eres?

-Soy... un error.

-¡Mas fuerte!- gritó Hachiko.

-Soy un error- lloriqueo el albino que estaba en el suelo -soy un error. Lo soy.

-Así esta mejor- acto seguido, Hachiko le dio un puñetazo en la mandíbula a Shu, sacándole quejidos y haciéndolo sangrar de la boca.

La niña comenzó a acercarse, pero el albino la miró suplicante, diciéndole que no se acercará. La pequeña lo dudo, pero decidió hacerle caso a su amigo y darse media vuelta. Lo último que escuchó antes de cruzar el parque fue el grito del niño al que acababa de dejar atrás.

-Bueno, Shu... debo irme- le dije a mi antiguo amigo, a lo que el me acompañó a la salida y se despidió de mi alegremente.

Shu Kurenai

Después de que eso sucediera me puse a hacer la cena para mi primo y para mi. Más específicamente, espagueti...

Estaba terminando de cocinar cuando sentí que alguien me agarraba del cuello y me alejaba de la cocina, ahorcandome.

-Tu amiga sospecha- Hachiko me soltó -es muy astuta.

-¿Sospechar de que?

-Supongo que ella era alguna amiga de tu infancia. No confía en mi, y debe ser porque me conoce desde hace tiempo- Hachiko se acercó a mi lentamente, a lo que yo, instintivamente, retrocedí.

-Hachiko, alejate. Por favor...

-¿Por qué habría de alejarme? Por tu culpa, mis tíos están muertos... y yo los vengaré- el ya se veía amenazador, por lo que yo corrí de vuelta a la cocina para tomar lo que fuera.

Hachiko alcanzó a pasar su brazo por mi cuello de nuevo, por lo que yo agarré algo a ciegas. Al sentir que Hachiko me ahorcaba ataqué con lo que había conseguido, a lo que mi primo gritó y me soltó.

Cuando me fije estaba cubierto de sangre, y Hachiko sujetaba su ojo sangrante con una mano. Lo que yo había tomado como arma era una cuchara, la cual estaba manchada también. Hachiko me miró ahora con su único ojo y trató de atacar una vez más, pero yo me hice a un lado y el chocó contra la alacena. Antes de que me diera cuenta, mi primo ya se había ido del departamento.

Di unos pasos hacia atrás y entonces sentí algo viscoso bajo en el suelo. Me encontré con que el ojo verde de Hachiko se encontraba en el suelo, ahora aplastado por mi pie.

Me desmayé por el susto.

Todo por defenderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora