Spryzen
Ya estaba en posición, listo para que me subieran al estadio y así tener mi combate con Shirosagi.
-¡Hey! ¡Bienvenidos, fanáticos de beyblade a la final de la gran Copa internacional de bladers!- gritó el comentarista más que emocionado -¡Hubo muchas rondas, llenas de emoción y adrenalina, pero finalmente hemos llegado a lo que probablemente sea la batalla del siglo! ¡La nueva generación nos demuestra de lo que es capaz justo hoy! ¡Así que, sin más preámbulos, presentamos a los competidores!- la plataforma de la esquina roja comenzó a subirme -en la esquina roja tenemos al destructor sangriento, que a lo largo de toda esta ardua competencia no ha demostrado señales de flaquearse ante nadie ¡Es el gran Red Eye! O como lo he bautizado recientemente, ¡The devil!- eso es nuevo, si pongo atención a sus palabras.
-El diablo... no suena mal- reflexioné en voz alta y luego sonreí -no esta nada mal.
-Y ahora, en la esquina azul, tenemos a la bestia asesina, la llama del honor puro, ¡____ Shirosagi!- del otro lado del estadio apareció la deslumbrante cabellera celeste de ____, que ondeaba con furia detrás suyo, justamente como si fuera una cascada de fuego -¡Parece que hoy ella viene para ganar!- la multitud gritó al verla avanzar al frente.
Ni se te ocurra hacerle daño a ELLA
-No prometo nada- susurré.
Hablo en serio. Si le pones un dedo encima yo mismo me suicido aquí dentro ¿oiste?
Eso me alteró, pero yo sigo con la vista fija en mi objetivo.
-Lo juro, pequeño. Cuando esto acabe, nadie más te hará daño nunca- avancé a la arena para encontrarme con mi enemiga.
____ Shirosagi
Incluso aunque Spryzen me mirara con sus ojos inundados de amarillo, dirigiendome todo su odio, yo no me inmuté. La única esperanza que le queda a Shu es que mate a Spryzen. No hay otra forma, por desgracia.
No dije nada y me posicioné. El me imitó.
-¡Primera batalla!
-3... 2... 1... LET IT... RIP!!!- lanzamos. Obviamente no inicie con el Shokuji o suru, pues además de eliminar al bey, debo ganar honorablemente. Mis principios sobre todo, al final.
Spryzen había optado por un defensa en sentido contrario a las manecillas. Astuto, pero yo también iba por el centro. Apenas ambos bey impactaron, salieron volando hacia las paredes, chocando contra estas.
Las garras de Wendigo se alinearon con sus dientes.
-¡Murderous Onslaught!- grité, y Wendigo fue directo a atacar a su rival. Porque eso es lo que somos ahora. Rivales. Iguales, y debo eliminar a mi igual.
-¡Requiem Whip!- Spryzen contraatacó y los dos bey volvieron a chocar contra la pared, esta vez con suficiente fuerza para ir al centro de nuevo e impactar de frente a frente con fuerza.
De no ser porque mi bey derrapó con el suelo, Spryzen no habría sido levantado del suelo y no habría salido de la arena.
-¡True Wendigo con un final por salida! ¡____ Shirosagi obtiene un punto!- anunció el referi. Yo tomé el bey de mi rival y se lo pasé con una lanzada. Este lo recibió sin dejar de regalarme su mirada de desprecio -¡Segunda batalla!- nos posicionamos.
-3... 2... 1... LET IT... RIP!!!- lanzamiento. Esta vez Spryzen giró alrededor de la arena en el sentido de las manecillas. Va a la ofensiva.
Wendigo iba en contra de su rival, y por más que lo intentaban, ahora no podían siquiera tocarse. Entonces decidí cambiar de estrategia. Wendigo desplegó sus garras y ese impulso lo llevó a la pared. Empezó a chocar varias veces en contra de esta, amenazando cada vez más con golpear a Spryzen. Cuando lo logró, ambos fueron hacia la pared y rebotaron directo hacia arriba. Siguieron impactando en el aire, generando un remolino de energía que no nos dejaba ver.
El remolino se aplacó y algo cayó en mi cabeza. La punta de Wendigo. Luego cayeron al suelo su tapa y su disco. Gruñí y si un pisotón en el suelo, tan fuerte que ambas piezas rebotaron a mis manos.
-¡Spryzen Requiem con un final explosivo! ¡The devil obtiene dos puntos!- y ahora lo llamaran así. Bueno, la cuestión es que la multitud gritó con emoción. No puedo perder ahora, pero tampoco puedo desvelar mi plan aún. Algo me dice que debo esperar... entonces una idea apareció en mi mente.
-¿Cómo lo haces?- le pregunté a Spryzen con un tono arrogante.
-¿Hacer que?
-Batallar. Según tengo entendido, aún estas afectado por la batalla anterior que tuviste con Wendigo, y no de forma emocional, sino física- el entendió muy bien de que hablaba, por lo que frunció el ceño -claro, y eso sin contar la supuesta paliza que te dio Kurtz...
-¿A que quieres llegar con toda esa palabrería?- sonreí, esta vez siniestra. Esta en su punto débil.
-Quiero llegar a las primeras heridas. Aquellas de las que no pudiste proteger a tu "pequeño"- se estremeció -esas que el mismo se hizo... las que yo misma, con mis propias manos por deseo suyo llegué a hacerle- en cierta forma, me gusta jugar con su mente. Spryzen me miró con mucho más odio.
-¡VAS A VER, MALDITA DESGRACIADA! ¡HOY ES EL DÍA EN QUE CAES!- reí.
-Muy bien.
Le mostré mi bey .
Satoomb ya tuvo su desayuno. Veamos que hay en el menú para la comida
-Wendigo ya tuvo su desayuno. Veamos que hay en el menú para la comida- dije con un honor puro.
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Todo por defenderte
FanfictionNuestro protagonista, esta vez, es Shu Kurenai, un joven albino al que muchas chicas en el instituto querían... exacto. Querían. Cuando el chico tenia nueve años tuvo un accidente, en el que olvidó todo lo que había vivido hasta ese momento, incluye...