Roto

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Shu Kurenai

Me duele mucho el hombro y ya no puedo ver claramente con el ojo derecho. Mi visión de ese lado es roja... vaya, estoy seguro de que si mi padre estuviera vivo me sacaría el ojo de una vez por todas, o tal vez lo hagan Hachiko, Tomoko o alguien más en un futuro, pero eso no importa.

-¡Hay un tiempo fuera!- dijo el referi, a lo que lo mire con confusión -debes tratar la herida- dijo señalando mi rostro, a lo que asentí y fui a la sala de espera. A medio camino me encontré con los chicos.

Me bombardearon con preguntas para saber como estaba hasta que ____ los apartó de un empujón y me abrazó.

-Lo siento. De parte de Lui, lo siento- se disculpó compungida.

-Estoy bien- dije apartandola un poco y limpiando mi ojo con el dorso de mi mano, sintiendo un fuerte dolor por el contacto, aunque lo disimulé como pude.

-¿Estas bromeando? ¡Tu ojo esta sangrando!- gritó Wakiya histérico.

-Basta. Con una gasa estaré bien.

-Afectara tu lanzamiento.

-Retirate de la batalla- dijo Valt, a lo que todos nos congelamos.

-Disculpa... ¿qué acabas de decir?- pregunté sombríamente.

-DIje que te retires del duelo- habló ahora con lagrimas a punto de salir.

-No me voy a retirar. Hicimos un pacto antes de tu batalla. Tu la ganaste, y yo también ganaré la mia...

El tiene razón, pequeño

-¿Qué fue eso?- preguntaron todos al unisono. Saqué a Spryzen de mi cinturon y le quité la sangre que lo manchaba, dejandolo brillar a sus anchas. Me di cuenta de que la grieta creció.

Fui yo

-¿Spryzen puede hablar?

Así es, y debo decir que tus amigos tienen razón, pequeño.

-Pero...

Retirate. Ya tendremos otra oportunidad, además... el último golpe dolió más. Tu lo sentiste incluso peor que yo. No estas en condiciones de seguir.

-No, te equivocas, Spryzen. Vamos a terminar esta batalla y punto- silencio.

Te estas volviendo impulsivo. En algún momento acabarás haciendote un daño irreparable, pequeño.

Spryzen dejó de brillar, y hasta creo que se volvió un poco opaco.

-Vas a ir a pelear, ¿verdad?- me preguntó ____.

-Si, pero antes...

*****************************

Lui Shirosagi

-¡Ahí esta! ¡Shu Kurenai regresa al escenario!- abrí mis ojos aparentando estar impaciente, pero en realidad estoy muy intrigado. ____ me matará por esto, de eso estoy seguro -¡Sigamos adelante con el show!

Me di cuenta de que Kurenai me miraba con ira contenida y rencor. La mitad derecha de su rostro estaba cubierta por su cabello, y podía alcanzar a ver una gasa a través de los mechones blancos.

La multitud coreaba nuestros nombres al mismo tiempo, animandonos. Llegó el momento de la tercera batalla.

Ambos nos posicionamos para nuestras respectivas técnicas, pero esta vez, por alguna razón, yo no soy capaz de sonreír, solo de mantener una expresión neutra.

-DIme, Lui. ¿nunca has escuchado lo que pasa cuando estas cerca de un albino?- empezó a hablar llamando mi atención. Su mirada era sombría -lo dire en seis palabras...


Los albinos son señal de desgracia


-3... 2... 1... LET IT... RIP!!!- el ojo de Shu era de un color amarillo brillante cuando lo abrió, y lo rodeaba una especie de aura demoniaca.

Ambos lanzamos.

-Shu y yo te acabaremos- un momento... ¿se acaba de referir a si mismo en tercera persona? No... el no es Kurenai. Lo se porque además su voz suena más gruesa.

Spryzen aceleró, atacando con un Oper Launch potenciado, pero yo solo me apegué al plan. Spryzen chocó contra la pared y Kurenai soltó un leve quejido ante ese impacto, como si lo hubiera sentido.

Nuestros bey no se tocaban.

-Esto ya es una tontería- dije entre dientes.

-No te dejaré escapar- susurró Kurenai como si le hablara a Luinor. Su vista se movía junto con Luinor. Fue entonces cuando ambos bey aceleraron y se chocaron de frente. Spryzen salió volando hacia arriba mientras Kurenai se quejaba por ese impacto tan fuerte, de nuevo como si lo sintiera.

-Esto acaba ahora- dije viendo como Spryzen iba tambaleandose. Kurenai rió macabramente.

-Sigue soñando, Shirosagi- Spryzen se recuperó y aceleró mientras esa misma aura de antes volvia a rodear a Kurenai -un Counter Break me bastará para dejarte comiendo el polvo.

Ambos bey chocaron una vez más. Debo admitirlo. Estoy asustado, en especial por la actitud de Kurenai. Es como si el... fuera Spryzen. Nuestros bey salieron volando hacia los lados y note que la tapa de Spryzen se agrietaba más. Kurenai se sujetó el pecho como si le doliera y su ojo comenzó a parpadear ligeramente entre amarillo y rojo.

Un último golpe bastó para que Luinor quedara tambaleandose sobre la arena, pero un milisegundo antes de que cayera, Spryzen se partió a la mitad.

El ojo de Kurenai volvio a su rojo de siempre, y estaba atónito al ver la punta de su bey girar con su último impulso.

Shu Kurenai

Contenía el impulso de llorar mientras recogia las piezas de Spryzen y escuchaba los sollozos y los lamentos de mis amigos. Me levanté y me di vuelta para irme.

-Espera Shu.

-¿Ahora qué?- dije tratando de sonar firme, pero soné monotono.

-¿Qué no te molesta que haya hecho pedazos a tu bey?- ante esas palabras mire las piezas de Spryzen y se me escapó una lagrima que lo mojó.

-No fuiste tu, fui yo- Lui me miro confundido mientras yo reanudaba mi camino -se rompió porque esta junto a mi. Los albinos son señal de desgracia... yo le traje esta desgracia- fue lo último que dije antes de cruzar la puerta que me llevaría a la sala de espera.

Todo por defenderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora