Maldito alfa

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El calor era sofocante. Su garganta dolía al tragar debido la sed, no recordaba la última vez que el preciado líquido había pasado por ella. Los grilletes rozaban la piel abierta de sus muñecas y tobillos estremeciendo todo su cuerpo. Los latigazos en su estómago se multiplicaban a cada segundo quitándole la respiración. 

Su barriga, que había crecido en los últimos cuatro meses, manteniendo en ella su próximo cachorro, ahora estaba perdiendo grosor tras un charco de sangre debajo de sus piernas. No le importó, tal vez así era mejor, su cuerpo estaba tan débil que terminar un embarazo le sería imposible. Si solo todo desapareciera

¿Qué había hecho para merecer aquello?

***

-¿Crees que estén mintiendo?- Hades se recostó contra su asiento de terciopelo rojo mirando a Siran, su beta, indiferente.

-Parecían desesperados, pero pudieran ser muy buenos actores-

-Hay algo en su historia que no cuadra en todo esto-

-Concuerdo con usted. Hablan de su madre como si aún estuviera viva. Hace años se esparció el rumor de que la reina de la Manada Gris y única omega pura había muerto dando a luz a su primogénito. Pero ahora vienen ellos alegando, que al parecer, la historia es mentira-

-De que son hermanos lo son. Su olor es parecido- Hades se masajeó el ceño.

-¿Y si es un truco de Rudoc? Ya lleva bastante tiempo detrás de su trono, y quizás usa a sus hijos para ablandarlo. Sabe que usted es deb...-

-Cállate Siran- Hades lo miró molesto. 

Había intentado tener sus propios hijos hacia años pero en todos sus intentos había sido por gusto, si la mujer no quedaba embarazada, abortaba en los primeros meses, o la cría nacía muerta. El doctor de la manada le había dicho que su esencia era demasiado fuerte y los vientres lobunos no eran capaces de sostenerlo. Hades había perdido la esperanza de tener su propia descendencia hacia mucho. Debido a eso apreciaba los cachorros de la manada, incluso haciendo pensar que eran su debilidad. Y su beta era uno de ellos.

-Lo siento alfa, no quería incomodarlo-

-Llama a mi hermano- cambió de tema- Tengo una misión importante para él-

Minutos más tarde un hombre muy parecido a Hades hizo acto de presencia. Era alto, de complexión musculosa, de tez clara que contrastaba con el abundante cabello tan oscuro que se volvía azulado. La única diferencia entre ambos es que este lo llevaba relativamente corto y peinado hacia atrás, mientras su hermano mayor lo prefería largo mostrando las ondulaciones naturales que cualquier mujer envidiaría.

-¿Cuál es su pedido, mi alfa?- a pesar de ser familia, Leoxi mantenía un respeto absoluto por su gemelo.

-Tengo una misión importante, necesitó el mayor sigilo y rapidez que me puedas dar-

-A sus órdenes-

***

Alan caminaba de un lado a otro dentro del cuarto donde los habían encerrado hacia dos días. Sabía que su padre no estaría interesado en su desaparición. Solían irse de paseo en los alrededores de los terrenos de la manada hasta una semana. Su padre sólo estaba pendiente de Rodrigo, su hermano mayor y primogénito, si el desapareciera como lo habían hecho ellos, si sería toda una locura.

-Ese bastardo ¿Cuándo nos piensa soltar?-

-Cuando dejes de hacer un trillo en el suelo-

Alan le gruñó a su hermano que estaba acostado en la cama de dosel mirando al techo aburrido.

-Acaso no te incomoda lo que puede estar pasando allá afuera ¿Y si nos usa de rehenes contra nuestro padre? Si no nos mata uno, lo hará el otro-

-Te recuerdo que vinimos aquí por la reputación que tiene el alfa Hades. No creo que lo haga-

-Con esos nunca se sabe. Llevamos dos días aquí encerrados y no nos dicen nada, solo comida y agua-

-Si nos fuera a tratar de rehenes nos hubiera encerrado mejor en una de sus mazmorras, estaría más tranquilo sabiendo que los hijos de su enemigo están bien resguardados, bajo sus garras-

Alan miró a Noa y se dejó caer pesadamente en la cama aguantándose la cabeza con las manos. No podía discutir con él. Su hermano era menor pero al parecer su cerebro era más grande porque era capaz de ver fantasma donde nadie más podía. Si decía que iban a estar bien, había un 95% de seguridad que así fuera.

-¿Crees que nuestra madre haya sufrido mucho?- Noa se incorporó sobre sus codos ante la voz ronca llena de preocupación

-Tú mismo viste en las condiciones en que estaba, ni siquiera el lobo más fuerte de la manada puede aguantar así tanto tiempo-

-¿Y si este alfa se reúsa a sacar a madre de ahí?-

-Pues tendremos que pensar en el plan B. Por el momento solo podemos rezar a la Gran Loba que la proteja y mantenga su vida, aunque sea un poco más-

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Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora