Layan mantuvo la sonrisa en su rostro a pesar de la mano con garras que apretaba su muñeca y del olor amenazador del alfa ante él. Nadie más que su persona conocía la reacción de que tocaran algo que era suyo. La escena le pareció graciosa. Por más molesto que alguno de los dos estuvieran no podrían pelear, eso sería un crimen fatal.
Hades gruñó sacando sus colmillos y frunciendo el ceño. Rodeó la cintura de Nebraska y la sostuvo al sentir el pequeño cuerpo temblar a su lado.
-Layan-
-Suéltame- el alfa pelirrojo le dijo tranquilo pero con tono demandante.
-¿Y si no lo hiciera, qué?- gruñó. Su se esfumó de su rostro dejando sus ojos con un brillo amenazador- ¿Pondrías en peligro la seguridad de tu manada por una loba? No te reconozco-
Otro gruñido de respuesta.
-Oh, ya veo- se acercó hacia Hades- Tu celo está rayando- alzó las cejas para después relajarla con una sonrisa nuevamente.
Sacudió el brazo hasta soltarse y se alejó un paso pero no demostrando rendición.
-Hablemos en otro momento, cuando estés en tus verdaderos cabales- se giró y comenzó a alejarse.
-No te acerques de nuevo a ella, Layan, no tendré condescendencia la próxima vez- le dijo Hades con los labios apretados.
El otro solo siguió su camino con las manos en los bolsillos y obviando su amenaza. Si iniciaban una pelea ahora, serían castigados por los otros integrantes del Consejo no importaba que Layan fuera el que lo dirigiera, pero más él por provocarlo al estar cerca de su celo donde los lobos, sobre todo los alfas se ponían especialmente violentos. Ya tendría otras oportunidades.
Nadie le decía que no y nada se quedaba fuera de su alcance.
Hades aferró más fuertemente la cintura de Nebraska cuando las piernas de esta flaquearon y se doblaron al dejar salir toda la tensión. La sostuvo firmemente y le besó la sien.
-Tranquila, relajante- le decía con voz calmada al ver su estado, los omegas eran demasiados susceptibles a las órdenes o amenazas de los alfas y más fáciles de doblegar, no importaba el carácter de este- Respira profundo- apretó su rostro contra el hombro de él para que sintiera su olor. En este momento era más fuerte de lo normal pero al menos no era hostil como el de Layan.
-Hades- su voz sonó temblorosa- Tu celo...-
-Lo se hermosa, no te preocupes, no estaré cerca para cuando llegue, sé que no te gusta esta parte de los machos-
Ella, ya más relajada se logró mantener estable aunque el brazo del lobo la mantenía aferrada a él. A lo largo de los días que habían estado juntos se había dado cuenta de que su carácter podía ser demandante y muy dominante, pero a la vez amable y cuidaba de ella en todos los sentidos posibles.
-Ma- Alan la llamó. Su semblante estaba más tranquilo. Estar bajo la protección de Hades los hacía sentirse seguros.
-¿Donde está Leoxi? Creo haberle dicho que no podía dejarlos solos-
-Alguien vino por una emergencia y tuvo que salir corriendo- le respondió el cachorro.
El alfa chasqueó la lengua y al final suspiró. Su gemelo tenía ya bastantes responsabilidades, y no podría reprenderlo por cumplirlas como Comandante de la manada. Ayudó a Nebraska a sentarse nuevamente y ocupó el lugar a su lado.
-Yo me quedaré mientras él no esté, no quiero problemas otra vez con Layan-
A su vez Rodrigo se levantó.
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Cautiva del Alfa #1.
Lupi mannariElla es una omega Pura y reina de su manada hasta que su esposo la destronó y encerró. Dos de sus hijos descubren la verdad y piden ayuda al alfa de la manada enemiga. Pero solo aceptará con una condición. Ella tiene que ser de él Y ella no volverá...