Hades tenía que reconocer una cosa.
Solo se había sentido tan excitado tres veces en su vida. Una era con su celo habitual, la otra, cuando tuvo a Nebraska debajo de él, cuando ella traspasó los límites de su aislamiento y tercero, ahora.
Sabía que el cuerpo en sus brazos temblaba de placer, pero él no estaba mejor. Los músculos de su espalda estaban tensos, al igual que el de sus brazos. Algunas gotas de sudor llegaban hacia el borde de su pantalón, conteniéndose, porque hoy no era un día para él, aunque no podía garantizar no perder el control si su querida omega seguía violándole el cuello con sus labios.
Gimió gravemente y apretó todo el seno de Nebraska en su mano amoldándose a la perfección a su palma. La sensación suave y la fricción con la tela lo tenían embelesado. Buscó el otro y le dio el mismo tratamiento con la otra mano mientras introducía uno de sus muslos dentro de los de ella para que se abriera a él.
El olor de la excitación de la loba lo hizo detenerse un segundo para mantenerse cuerdo. En otro momento no sería tan peligroso, pero con su celo terminado hacía poco y sin poder desahogarse, estaba al límite. Bajó una de sus manos por el costado de la cintura de Nebraska alegrándose de no notar ya sus costilla, hasta la altura de la cadera donde comenzó a subir el vestido. La prenda lo comenzaba a molestar en más de un sentido.
-Preciosa- la llamó y ella levantó los ojos medio cerrados con su cabeza un poco inestable.
Parecía totalmente embobada. Sus labios brillosos por la saliva, e hinchados. Hades los atrapó entre los suyos y la recostó aún más sobre el árbol. Enredó su lengua con la suya mientras su mano había logrado colarse por el interior del vestido y acariciaba con las uñas la piel exterior del muslo mandándole estremecimiento a su amante.
La oyó gemir en su boca y se prometió a sí mismo hacerle soltar más sonidos maravillosos como esos. Desplazó su dedos hasta la ropa interior y agarrándola entre los dedos la desgarró, cayendo la tela sobre las hojas secas.
Le subió la pierna haciendo que esta se enrollara en su cintura, de esa forma le permitía más acceso al lugar a donde quería llegar. A pesar de estar devorando la boca de Nebraska era consiente de todo lo que le hacía a su cuerpo, no se consideraba un mal amante y ahora era el momento de sacar todas sus dotes.
Sus dedos recorrieron esta vez la piel interior de muslo femenino llegando cada vez más cerca de sexo. Nebraska hizo un indicio de cerrar sus piernas algo totalmente imposible por como Hades la tenía posicionada.
-Tranquila, amor- le dijo contra sus labios al soltarla para tomar aire- Déjate llevar-
Los ojos de la omega se volvieron a cerrar y buscó otra vez el cuello del alfa oliendo otra vez su glándula. El efecto de su olor en ella, había sido más potente que con cualquier loba con al que había estado. Tal vez por su naturaleza. Ya le preguntaría a César una vez que regresaran, ahora tenía asuntos más deliciosos que tratar.
Mirando hacia abajo pasó uno de sus dedos por todo el sexo de ella.
-Demonios, estás muy húmeda- le dijo contra su oído. Su cuerpo temblaba, nadie podría imaginarse las ganas que tenía de hundirse en su interior y perderse en el fuego que lo acogería.
Sabía que debía darle más atenciones pero no pudo resistirse de introducir un dedo hasta el tope sintiendo como paredes se apretaban cálidas y húmedas contra su piel. La sensación lo hizo gemir.
Movió el dedo en círculos recibiendo una mordida en respuesta por parte de ella. Hades se relamió los labios. Introdujo un segundo dedo y retomó el movimiento, llegando a él el sonido más erótico que había oído hasta ese momento. No recordaba ninguno de sus encuentros sexuales que pudiera opacar este momento.
Comenzó un ligero vaivén al introducir un tercer dedo y la humedad brillante se escurrió por ellos. Hades los sacó y llevó uno a su boca saboreándolo con gusto.
-Más dulce que lo que pensaba- le dijo al oído.
Nebraska incorporó un poco la cabeza y le dejó un beso en la barbilla para después lamer la zona. Bajó hacia su cuello y volvió a lamer y morder ligeramente, del otro lado de donde estaba su glándula. A esa altura Hades no sabía si debía seguir su palabra o no. Tenía a una loba sumamente excitada en sus brazos que podía hacerle lo que quisiera. Pero conociendo el carácter de la misma, podía colgarlo de sus partes una vez que recobrara sus cinco sentidos, así que no se arriesgaría
Las manos de ella habían abandonado su cuello y ahora recorrían su espalda hasta llegar a su cintura, eso lo hacían flaquear aún más.
-Nebraska, no toques ahí- gruñó cuando los delgados dedos rozaron su erección.
Soltó un jadeo mientras le agarraba la muñeca, pero la boca de ella no paraba de atacar a su cuello y el punto débil, que lo había encontrado y que hasta el momento, ni él mismo sabía que estaba allí. Regresó su mano nuevamente a su erección, donde los dedos de ella se cerraron en torno a él.
Gimiendo, Hades volvió a introducirse en la suave y cálida cavidad. Quería ir con paciencia pero como se estaban desarrollando los hechos debía apurarse, había asuntos pendiente en la manada. Buscó otra vez la boca de ella y retomó el vaivén en su interior buscando la zona más sensible.
Hades sintió el cuerpo de la omega apretarse y palpitar en torno a sus falanges, estaba cerca . A pesar que las atenciones sobre su miembro eran apenas roces a causa de la tela, solo necesitaba eso para correrse. Y no tardó mucho al oír un quejido contra sus labios por parte de la loba y sentir su interior cerrarse, mientras todo su cuerpo convulsionaba en espasmos, anunciado su orgasmo y posiblemente el primero de su vida.
Hades se relajó al hacerla llegar a la cumbre y dejó que su deseo lo recorriera. Apretando la palma que estaba sobre su miembro y coriéndose tan fuerte que su vista se nubló y tuvo que recostar la frente sobre el tronco a un lado de la cabeza de Nebraska.
Le tomó algunos segundo recuperar el aire. Era la primera vez que su orgasmo lo azotaba de esa manera y apenas había sido tocado. Tal vez la parte del sexo la tendría que analizar muy bien si era tan avasalladora como esta. Se incorporó sobre sus brazos para mirar a la omega que se mantenía abrazada a su torso recuperando el aire. Su cuerpo ya no se movía frenético y su cabeza estaba alejada de la glándula sensible.
-¿Estás bien?- le preguntó con voz ronca.
Nebraska levantó la cabeza lentamente. Sus ojos se volvían más nítidos y parecía desorientada. Sus mejillas teñidas de un ligero rubor que se extendía a lo largo de su cuello y se perdía en el escote era una imagen hermosa.
-Esto...-
-Esto es una parte de lo que nos espera como pareja- le besó la frente apartando con un dedo algunos cabellos que estaban sobre el rostro- ¿Te gustó?-
La vio pestañear y asentir con un ligero puchero bajando la mirada...tímida. Eso lo hizo sonreír. Verla en otra faceta era adictivo. Ahora se mostraba sumamente tierna, como debería ser acorde a su edad.
-¿Ahora me dirás que no te gusta esta parte del sexo?-
Ella giró la cabeza hacia un lado y apretó las manos que ahora se encontraban rodeando la cintura de Hades.
-Contigo- murmuró- fue ...diferente-
El volvió a besar su frente y pasó un brazo por su espalda, abrazándola de forma protectora.
-Volvamos. Mientras más rápido podamos estar en casa, puedo enseñarte todos los trucos que puedo hacer-
-Prepotente- la escuchó decir antes de retomar la marcha con algo de inestabilidad en sus piernas y sin ella mirarlo. Después de todo, estaba sumemente avergonzada, por primera vez por sus anteriores acciones.
ESTÁS LEYENDO
Cautiva del Alfa #1.
WerewolfElla es una omega Pura y reina de su manada hasta que su esposo la destronó y encerró. Dos de sus hijos descubren la verdad y piden ayuda al alfa de la manada enemiga. Pero solo aceptará con una condición. Ella tiene que ser de él Y ella no volverá...