Pues vamos a perdernos

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Existía una frase que decía: me flechó cupido y eso fue lo que creyó Nebraska al oír a Hades. Giró el rostro hacia el otro lado con un leve sonroso. Aquello la había tomado de sorpresa y con las defensas bajas.

-Nebraska- la llamó al notar su cambio de comportamiento.

-Nada- ella agitó la mano para quitarle importancia pero el sonrojo no bajaba y él lo noto, no dijo nada. Seguro que ella pensaba que el solo la aceptaría a ella, y a sus hijos también, pero que aceptara adoptarlos era una cosa totalmente diferente.

-¿Puedo hacerte yo a ti algunas preguntas?- esta vez fue el lobo el que quería hacer el interrogarorio

-Acaso no era yo la que las podía hacer- el tono burlón raro en ella lo llenó de goce.  

-¿Quisiste a Rudoc?- la idea de asesinarlo estaba fuera de discusión, solo que si ella se lo pidiera, él cedería, le había hecho hasta lo inimaginable, pero seguía siendo el lobo que alguna vez ocupó su lado.

El semblante de ella se mantuvo relajado aunque su voz salió apretada.

-No porque estés casado con una persona y sea el padre de tus hijos quiere decir que lo haya querido. Lo nuestro fue más un matrimonio por conveniencia de nuestros padres que por afecto.  Lo conocí desde muy cachorra y estuvo a mi lado muchos años, pero gustar y amor no entraban en la fórmula-

Hades asintió comprendiendo aliviado, quitándose un peso de encima. Ahora podía arrancarle el pescuezo sin remordimiento alguno.

-¿Te trato bien durante...ya sabes, el sexo? Sé que saliste embarazada muy rápido de tu primogénito y que el resto fue concebido en tu celda-

Nebraska se tomó algunos segundo en responder buscando que decir exactamente.

-Si me pidieras que te describiera como fue nuestra relación íntima, algo que no haré, te pudiera decir que no la recuerdo. No encuentro agradable la parte del sexo en una relación-

Hades se detuvo en el lugar. No lo podía creer. Aquella loba había tenido todo el poder que quiso, poseía a cinco cachorros. Había estado casada durante años y la palabra placer no estaba dentro de su vocabulario.

-Querida- se acercó y puso una mano sobre su hombro acercándose a su oreja- Yo te puedo garantizar que esa parte de la relación es la más deliciosa, por no decir la mejor- 

Nebraska se separó con un paso atrás. 

-Paso de eso- 

Y siguió su camino. Hades no se conformaría con ser rechazado. Sabía que cuando ella abriera la caja de pandora no sería capaz de cerrarla y el sería lo que estuviese dentro.

-La manada se ha adaptado bien- empezó el lobo a decir cosas al azar, su mente ya estaba maquinando un plan.

-Eso es bueno- 

-Los machos ya se encontraron con sus familias y tengo dos o tres que se enredaron con algunos de las lobas solteras-

Ella asintió levemente.

-¿Te gustaría ir a verlos cuando regresemos?-

Ella afirmó.

-¿Quieres que preparemos un buen banquete?-

-Eso estaría perfecto-

-¿E invitamos también a tus hijos?-

-A ellos le encantaría-

-¿Que te hizo Layan?-

-El me bes....- la s la arrastró y se sobresaltó al ver la intención inicial del alfa al haber cambiado totalmente de tema.

-Así que ese desgraciado. Lo sabía- dio media vuelta molesto y caminó con pasos fuertes, las garras comenzaban a picar.

-Y me vas a dejar en medio del bosque- Nebraska le gritó, tenía las manos sobre la cintura y parecía indignada. La verdad fingía. Sabía el problema que ocasionaría si no lo detenía. 

-Estás en mis terrenos- él le respondió deteniéndose y apretando los dientes que comenzaban a cambiar.

-Terrenos que no conozco. Perfecto, déjame sola, no te importa que me pueda perder- se giró y caminó alzando los brazos de manera trágica aumentando el dramatismo de la situación- Pues vamos a perdernos-

Al escucharlo seguirla sabía que había ganado.

-Mátalo cuando te visite de nuevo- lo consoló aunque ella respiró con alivio.

 Después decía Layan que la intensa era ella, aunque se había dado cuenta de algo más, Hades era fácilmente manipulable por ella, eso lo apuntaría para el futuro, uno tenía que tener cartas bajo la manga, y más ella con lo precavida que era.

-¿Por qué lo dejaste besarte?-

-Layan tiene una habilidad para curar y como que ese fue el método más recatado-

Acaso no tenía otro.

-Pues sí, me lo dijo cuando terminó de hacer su trabajo- hizo seña de comilla con los dedos.

-¿Y porque no fueron por ese entonces?- Hades fruncía el ceño mas no levantaba la voz.

-Bueno, si quieres yo soy la que doy media vuelta y le abro las piernas para que vaya por el método más adecuado- 

Hades gruñó ante esto.

-Por favor, solo fue un beso y no tiene un significado alguno. Tus celos no tienen sentido-

-Fue un maldito beso Nebraska, a la prometida de un alfa-

Ella suspiró agotándose. De verdad la extenuaban tanta testosterona que cuando querían solo le dejaban la parte de abajo funcionando. Ya entendía porque un alfa necesitaba una reina, no era precisamente para que le diera cachorros.

Ella se detuvo y lo sorprendió cuando lo agarró del cuello de la camisa y lo atrajo rudamente  mientras sus labios eran fundidos en un...beso.

Hades abrió la boca después de la primera impresión por la acción de la loba, para dejarle más acceso y al darse cuenta que ella no daría el primer paso, lo hizo él, enredando su lengua con la de ella casi devorándola mientras sus labios se movían friccionándose cálidamente uno con otro.

Al separarse por parte de ella, la omega se paró firme delante de él.

-Aquello fue un beso para recuperar mi fuerza y vista, pero ya que no lo quieres ver de esa forma, puedes utilizar el concepto que tienen ustedes de que un beso borra otro como conciencia para dejar ir tus celos-

Nebraska había intentado apalancar la situación. Pero no había contado con un pequeño detalle. Los ojos de Hades ahora estaban demasiado plateados a pesar de estar entrecerrados.
Había cometido un gran error

En vez de calmarlo, había despertado a la bestia


Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora