Un simple cuento de cachorros

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Hades dejó el documento sobre la mesa pasándose la mano, retirando inútilmente los mechones de cabello ondeado que caían sobre su rostro. Se apretó el puente de la nariz y Leoxi, sentado delante de él, lo miró preocupado.

-Por qué no vas a descansar, te ves agotado-

El alfa negó con la cabeza y retomó la lectura.

-Hay muchas cosas que tengo que hacer como para dormir en este momento-

-Dos o tres horas no marcarán la diferencia-

-Lo haré más tarde, cuando vaya a verla, después de darle sangre puedo dormir un par de horas-

-Ser adicto al trabajo te matará algún día-

-Si no lo ha hecho hasta el momento dudo que lo haga en el futuro-

-Como digas, al final es un caso perdido discutir contigo- Leoxi tomó un sorbo de su bebida- Y bien ¿Te gusta?

-¿Quién?-

-¿Quién va a ser? Tu nueva adquisición-

Hades bajó el documento delante de su rostro, odiaba cuando su gemelo se ponía con comentarios abstractos.

-Sé más específico- Y Leoxi odiaba lo lento que podía ser su contrapartida para algunas cosas.

-La mujer que tienes ahora mismo en una cama, en uno de nuestros cuartos ¿Te gusta?-

-No crees que es una pregunta demasiado pronto para hacer, ni siquiera sé su nombre-

-Al menos puedes tener una idea, al final tu quisiste que ella fuera el cambio por tu intervención-

-No sé Leoxi- dijo suspirando -¿Por qué crees que no tenemos una reina a esta altura, dije que nunca estaré con alguien que no sea útil para el puesto. No necesito una reina que se pase el día delante del espejo, perdiendo el tiempo solo pensando que es mejor verse bonita o deseable para mi, que ayudarme con todas las preocupaciones de la manada-

-Eres demasiado radical-

-Esto no es un cuento de cachorros- recordó cuando su madre de jóvenes les leía uno de los libros de fantasía que más les gustaba. Donde existía la Diosa Luna mística que otorgaba a cada lobo una mitad que completaba su alma. La vida sería maravillosa si la fantasía fuera real, pero ellos eran más salvajes y la realidad era mucho más cruel. Aunque tenía su parte positiva si se veía con la mente abierta, eras capaz de estar con quien quisieras sin que nadie controlara tu futuro y Hades odiaba que alguien moviera los hilos de su vida, para eso estaba él.

-Y entonces qué piensas hacer con ella y sus cachorros-

-Eso lo analizaré cuando resuelva todo lo que tengo pendiente y su salud este mejor. Mi imagen y la de la manada se vería deteriorada si simplemente la echo de la mansión después de que hice un intercambio-

Leoxi iba a responderle cuando la puerta se abrió dándole paso a un hombre de cabellera clara y ojos avellana que traía varios documentos en las manos.

-Buen momento, Siran, para más papeles- dijo con ironía su alfa.

-Discúlpeme estos son algunos que encontramos en la mansión de la otra manada, y creo que le parecerán interesantes-

El interés despertó en los dos hombres y los tomaron leyéndolos ávidamente.

Hades se quedó fascinado al llegar a uno con un inmenso árbol genealógico acompañado de un expediente que al parecer tenía la vida de cada uno de los integrantes.

El nombre de la familia era Sans y empezaba desde la primera generación destacando la palabra omega en la mayoría de los integrantes. De las 80 personas aproximadas que había, más de las tres cuartas partes eran omegas que destacaban en la descendencia central mientras los que no, solo mostraban su nombre, pero no su relación con otros integrantes ajenos.

Siguió con la mirada demasiado interesado para su gusto cuando llegó al final donde una parte del papel estaba roto solo dejando un nombre a la derecha. Nombre el cual reconoció. No había sido una coincidencia. Aquel era el árbol de la familia del alfa de la manada antes de la mujer bajo su custodia. Pero el resto de la familia generacional no estaba, había sido arrancado. Eso le pareció extraño, tampoco estaban sus documentos.

-Alfa, también vengo a informarle que ya los nuevos miembros fueron ubicados en la residencia que estaba deshabitada, hemos preparado las condiciones mínimas, pero necesitaremos unos días para preparar las diferentes casas con lo necesario-

-¿Tienen agua y comida?-

-Si, aunque hay algunos de nuestros lobos que no están contentos con la situación, todo ha sido muy rápido-

-No te preocupes beta, yo me encargó de eso después-

-Tuvimos que encerrar algunos machos. Digamos que están fuera de control y no entran en sí, parecen más salvajes de lo normal y tres de ellos no son capaces de volver de su aspecto animal. La manada está en muy mal estado, hay mujeres esperando cachorros sin cuidados, pequeños sin familia y mucho más-

-Pide la ayuda necesaria, di que es una orden mía, y repórtame quien no quiera cooperar, ellos no tienen la culpa que su alfa haya sido irresponsable-

Siran hizo una reverencia antes de salir.

-Esto es peor de lo que me imaginaba, iré a ver a madre para ver si tiene de los mejunjes que ella hace que levantan a un muerto- Leoxi se levantó y también se retiró. 

La típica excusa que utilizaba para visitar a sus padres que se habían ido a vivir en los límites de la manada, ajenos a cualquier problema. Ojalá él tuviera tiempo libre como para visitarlos también, extrañaba las charlas con su padre y la sazón de su madre.

***

Hades abrió la puerta de la habitación donde estaba descansando la nueva omega dejando salir a una joven loba que inclinó la cabeza.

-Alfa-

-¿Ya la atendiste. Sara?-

-Sí, cambié las vendas y limpié su cuerpo, y puse un nuevo paño en sus ojos como indicó el doctor-

-Gracias, puedes retirarte- despidió a la actual esposa de su beta y se quitó la camisa antes se sentarse en la cama.

La mujer tenía mejor aspecto después de dos días consumiendo su sangre. El color de su piel estaba volviendo y algunas heridas cerraban con más facilidad, pero las cicatrices quedarían allí como recordatorio de lo que había pasado. Gruñó internamente. Nadie debería pasar por eso.

Con cuidado pasó un brazo por debajo de su nuca y la atrajo, mordiéndose la muñeca y llevándola a los labios de ella dejando que el líquido carmín entrara en ella. Ya se estaba volviendo una costumbre, una que no le desagradaba.

***

Después de lo que pareció mucho tiempo abrió los ojos otra vez. Su cuerpo esta vez no luchaba contra ella misma, dolía, pero era soportable. Retió lo que pareció un pedazo de tela sobre los ojos e intentó incorporarse lentamente para sentir el otro lado de la cama caliente pero su vista era tan borrosa que apenas si podía distinguir el color de la sábana.

Oyó un murmullo a lo lejos acompañado de un ligero olor que ahora podía definir, que le puso los pelos de punta. ALFA. Había un alfa, no supo si lejos o cerca, con sus sentidos tan desgastados, a pesar de sentirse más fuerte, le era imposible saber. Pero de algo estaba segura, un alfa estaba allí y seguro le haría daño, y no podía volver a permitir eso.

Todo se puso rojo a su alrededor y dejó que su conciencia se consumiera dando paso a o más salvaje de su interior e hizo lo que su padre le enseñó a hacer mejor.

Hades terminaba de hablar con Siran en la puerta sobre los últimos preparativos cuando sus alarmas se activaron.

Solo le dio tiempo a una cosa.

Girarse antes se sentir los colmillos de aquel lobo oscuro enterrarse en la piel de su cuello hasta desgarrarla.

Si se habrán dado cuenta, el nombre de nuestra prota femenina no ha sido desvelado. ¿Cuál creen que es? Besitosssss

Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora