Soy tuya

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Un silencio más helado que el viento frío que entraba por detrás de los recién llegados invadió la estancia. Todos los rostros se habían girados y miraban con atención la llegada de su reina y no era precisamente porque fuera ella, sino por la compañía a su lado. Si Layan, uno de los lobos más influyentes de todos, por no decir el más, estaba junto a ella era por una razón.

Hades se quedó mirándolos. Su pecho latían al saber que su reina estaba de vuelta y viva. Al despertar y no verla y solo haber incertidumbre a su alrededor su cabeza se había hecho un lío.

-¿A qué se refieren con que fue Liam?- habló al fin. Su tono era neutral, frío, nada condescendiente, esto no incomodó a Nebraska.

-Lo que dije alfa- alzó los ojos con seguridad -Liam fue el que planificó todo-

-¿Acaso no había sido Rudoc?- Leoxi apareció al lado de su hermano, su ceño dolorosamente fruncido.

-Rudoc está muerto- ella respondió, una exclamación se hizo colectiva pero se opacó ante el gruñido de Layan que comenzaba a molestarse por los cuestionamientos -Liam fue el que lo mató-

-Su intención es tomar el control de la manada de hierro, para eso mataron a su alfa- Layan continuó, si él la apoyaba no había nadie que pudiera revocar su palabras.

-¿Entonces quién envenenó al alfa?- uno de los lobos dio un paso al frente sabiendo que ponía su vida en peligro -Acaso no fue usted reina -había desprecio en su voz- Sería muy fácil y conveniente asesinar a nuestro alfa y hacerse de nuestra manada, por eso liberó a Rudoc y a Catalina que estaba encerrada y ahora quiere echarle la culpa a Liam, cree que somos estúpidos-

Un murmullo se hizo más audible en la sala, incluso algunos gruñidos. Nebraska no se inmutó y levantó una mano deteniendo a Layan que tenía intenciones de abalanzarse contra él.

-Tienes razón, sería muy conveniente- dijo ella con desinterés.

-Nebraska- le advirtió Layan impresionado por su respuesta pero su mirada lo hizo callarse, ella no era tan débil como para dejarse intimidar.

-Pero dime, acaso en que me beneficiaría eso ¿volver con Rudoc? Ese lobo no vale ni la suela de mi zapato, además- apretó sus labios antes de decir las próximas palabras -Él devoró a Catalina delante de mis ojos- nadie habló -Acaso conoces el dolor de que un cachorro sea asesinado delante de ti y ni siquiera puedas moverte para salvarlo- sus dientes se fueron apretando mientras recordaba la impotencia, pero usó toda su fuerza de voluntad para calmarse - Comer la carne de tus hijos, aunque es un tabú para nosotros da a los lobos una nueva percepción de poder. Liam planificó esto y devoró su corazón de Rudoc absorbiendo su poder-

-¿Es eso posible?- Leoxi estaba estupefacto con lo que ella decía.

-Liam es un omega recesivo-

Todos se miraron entre sí confundidos y esa reacción ella se la esperaba.

-Alfa- esta vez se dirigió a su esposo- Como saben los omegas recesivos se alimentan de alfas, él es sumamente extraño incluso para mí que también soy omega. Destruyó la dinastía de mi padre y mi tío y planificó todo lo que pasó en la manada, así como movió sus hilos para que fueran envenenados y yo pareciera la culpable-

Hades no decía nada, analizaba la situación minuciosamente.

-Eso es mentira- alguien más dijo acusándola- No tienes pruebas, sino fuera por el beta de Layan nuestro alfa hubiera muerto-

-Es cierto que mi beta fue el que envió el antídoto pero fue ella la que lo consiguió- un silencio se hizo presente. No importaba cuanto desconfiaran de él, nadie se atrevería a desafiarlo.

Nebraska suspiró, no le quedó más remedio. Se dio media vuelta y se sacó la blusa por encima de la cabeza cubriéndose el pecho pero dejando la espalda expuesta, específicamente, la horrible y grande cicatriz de dientes que se negaba a desaparecer. Un gemido salió de la boca de unos y Hades tuvo que apretar sus manos y contenerse en el lugar para no salir hacia donde estaba ella. ¿Cuánto había estado lastimada para que una herida así no estuviera sanando? Y más con la habilidad del lobo que estaba a su lado al cual miró y este le respondió con un movimientos de la cabeza.

-Esta, es la marca que me quedó después de enfrentarme a Liam después que comió el corazón de Rudoc. La recibí mientras recogía el antídoto y lo que quedaba de mi hija- enfocó a todos por encima de su hombro -Duele, quema, posiblemente no cierre, pero aun así le pedí al beta de Layan, que me descubrió casi muriendo, que le trajera el antídoto a su alfa y a mi hijo. Layan puede corroborar el estado en que me encontró- se giró poniéndose otra vez la blusa en su lugar y ocultando el dolor que le provocaba -Pero si aún no me creen pueden venir por mi cuello y matarme, no pondré obstáculo-

Pero nadie se movió. Aún estaban impactados por la herida en su cuerpo, algo que ninguno de ellos desearía. El sentimientos de vergüenza comenzó a florecer entre la manada hasta que la voz de Hades hizo eco.

-Y no está mintiendo, lo sabría por la marca en su cuello, después de todo, tenemos un lazo- una vez que el alfa habló todos se sintieron más calmados. Hades no dejaría que nadie, ni siquiera su reina atentara contra la vida de la manada, si él decía que ella no estaba mintiendo era porque era así.

La manada se giró ante Nebraska e hicieron una inclinación colectiva a modo de disculpa y aunque la omega estaba segura que aún quedaba dudas entre ellos y que aquello era mera formalidad se sintió un poco más relajada. Bajó su cabeza cuando alguien le tomó la mano. Un pequeño cachorro le sonrió a pesar de sus ojos y naricita roja.

-La reina está aquí, la reina está aquí ¿jugará conmigo de nuevo?-

Nebraska inclinó un poco su cabeza y le revolvió el cabello.

-Claro, cuando quieras-

Hades caminó hacia ella mientras daba la orden de que todos volvieran a sus tareas y el cadáver del lobo era recogido. Con la llegada de Nebraska debían organizar los nuevos hechos para saber cómo reaccionar. César se acercó detrás de él, quería ver de cerca la herida aunque su veredicto sabía que no sería satisfactorio.

-Nebraska- la voz del alfa era fría -Quiero hablar contigo a solas, ven conmigo a la oficina, después podrás ver a tus hijos-

-Creo que hay asuntos que resolver antes Hades- Layan fue a dar un paso delante de la omega.

-Será rápido- Nebraska interrumpió y siguió a su esposo a pesar de estar algo cansada y calada hasta los huesos.

Ver la espalda de Hades delante de ella la hizo sentirse reconfortada, feliz. Él estaba vivo, entonces significaba que su hijo también. Sonrió levemente aliviada. Lo había hecho a tiempo. Hades la dejó pasar a la oficina sin haberle dirigido una palabra en todo el camino, pero al cerrarse la puerta un brazo rodeó su cintura y los labios de su esposo se posaron sobre los suyos con un hambre tan cruda que Nebraska se sorprendió.

La apretaba fuerte contra él, la devoraba, mordía su labio, reclamaba su lengua con la suya, no le dejaba un segundo de respiro como si ella fuera a desaparecer de su lado. Nebraska retrocedió inconscientemente y su espalda tocó la madera de la puerta sacándole un gemido dentro de la boca de Hades y tuvo que golpear sus hombros.

El alfa se separó alarmado y la atrajo nuevamente hacia él posando su frente contra la de ella, jadeando.

-Disculpa, fui muy brusco -tomó aire -Pensé que realmente se había perdido, cuando te vi entrar por la puerta yo solo...sé que no es el momento, pero te necesito Nebraska, realmente te necesito-

La omega entendió sus palabras y sentía la magnitud de la angustia de sulobo. Abrazó su cuello con sus brazos y se impulsó rodeando su cintura con sus piernas buscando nuevamente sus labios. Hades agarró sus nalgas y la apretó contra la erección que hacía mucho se había formado y la llevó hacia su escritorio sentándola en el borde.

-No podré ser gentil está vez- le confesó contra sus labios- Pero te prometo que después me tomaré todo el tiempo del mundo para hacerte alcanzar el cielo-

Nebraska se abrazó a él con confianza y sonrió contra su cuello.

-No te sientas mal mi lobo, después de todo- besó sus labios sintiéndose bendecida de tenerlo a su lado- Soy tuya-

Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora