No me perderás

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Los dientes de Nebraska se cerraron en torno a la carne y líquido caliente llenó su hocico. Un aullido desgarrador invadió la extensión de la zona de tal forma que todos se quedaron paralizados con la cola entre las patas y las orejas abajo.

Liam se sacudió intentando quitarse la loba más pequeña de arriba y giró la cabeza agarrándola de la pata, enterrando sus colmillos en la delgada piel, destrozando los delgados huesos y tirándola a un lado. Nebraska aterrizó a unos metros de él y se incorporó escupiendo con asco un pedazo de carne que había llevado consigo. La pata que había sido mordida se reconstruyó con una velocidad increíble. La sangre de Layan le había dado la capacidad de regenerarse y la fuerza en su cuerpo aceleraba este proceso.

Por su parte la herida que había dejado en el cuello de Liam no cerró como habían hecho las provocadas por Hades o Layan. La sangre se derramaba en el suelo en grandes cantidades. El lobo gruñó fuertemente indignado.

-Maldita- casi gritó en su mente pero la voz salió casi difusa- Maldita tú y tu despreciable hija- sacudió la cabeza  exasperado- Sácala de mi mente- sentía como algo se iba filtrando poco a poco.

Nebraska pudo escuchar una risa que se extendía hasta ella.

-Vamos lobo, no seas tan suave, dame más pelea. Eres muy aburrido- su risa esta vez se volvió rara –Diviérteme-

La omega tragó en seco. Aquella era su hija pero era algo diferente a quien se hubiera imaginado. Sabía que la sangre que había consumido había hecho que la conciencia de su hija se hubiera formado aun si su cuerpo apenas si era un grano dentro de su cuerpo. Utilizaba el puente que había creado para poder desplazarse hacia su mayor enemigo.

El pelo del lomo de la omega se erizó. Aun así no era suficiente. Sus ojos inyectados en sangre. A su hocico llegaba el olor del líquido carmín de su esposo. No recordaba la última que vez que estuviera tan molesta y ver el cuerpo del lobo oscuro hacía que la rabia subiera a niveles incontrolables. Gruñendo, inclinó la parte delantera de su cuerpo y cogiendo impulso volvió a arremeter rápidamente. Liam se movió y la enfrentó. Solo un metro delante de él saltó hacia un lado y esquivó la boca llena de dientes que iba contra ella y saltó hacia la derecha. Se impulsó con las patas traseras y abriendo la boca atacó otra vez contra la garganta.

Liam se movió igual de rápido y la esquivó. Cada vez se le hacía más difícil atacarlo. A pesar de su fuerza, el tamaño era un inconveniente. Nebraska se giró para retomar el ataque cuando algo cayó sobre ella y mordió su nuca. Se sacudió con fuerza logrando zafarse para ver a un pequeño lobo de la manada de hierro.

Sintió esta vez la risa de Liam en su mente.

-Tú hija puede ser fuerte pero no puede hacer nada cuando controlo a solo un pequeño número, mi influencia es mucho mayor-

Nebraska buscó a su hija pero no pudo establecer contacto con ella. Podía sentir como a su alrededor la manada enemiga comenzaba a mermar el ataque, así que aún estaba haciendo de las suyas allá adentro, en algún sitio. Liam ya no tenía control sobre ellos pero en cambio se había concentrado en una sola cosa. En destruirla a ella. Se había dado cuenta que si no podría tenerla para él, entonces no sería de nadie.

Nebraska se corrió hacia atrás cuando fue atacada de nuevo esta vez por dos lobos más grandes. Pronto se vio rodeada por seis. Liam solo observaba a unos metros como se desarrollaba la escena. Ya no le importaba si se hacía de la manada de Hades. Lo había derrotado, así como a Layan. Solo faltaría subyugar a la loba que rompía cada uno de sus planes y todos se inclinarían ante él, sin ninguna protesta.

La omega no retrocedió. Era mucho más difícil pelear contra todos que contra Liam. La razón, sabía lo fuerte que eran sus mordidas y que podía matarlos con mucha facilidad y no quería eso. Tampoco podía acceder a sus mente. Al estar tan cerrado el círculo de concentración del otro omega era como una pared impenetrable. Gruñó, pero esto solo incitó a los que la rodeaban y uno de ellos saltó hacia su espalda.

Nebraska se giró para hacerle frente cuando una sombra pasó por sobre su cabeza y chocó contra el atacante llevándoselo consigo. Pronto pudo identificar a Siran. Otro más arremetió contra ella pero fue atacado por Saisen. Seguido de ellos llegaron el resto de los lobos encargados de su guarda permitiéndole abrirle el camino. Una vez que Nebraska se aseguró que los suyos podían con los atacantes fijó su atención en su objetivo.

El lobo comenzó a avanzar hacia ella bajando la cabeza amenazadoramente. Sus ojos habían perdido el iris y su morro burbujeaba. Estaba mucho más allá de lo molesto. Nebraska le hizo frente y corrió hacia él saltando y chocando sus cuerpos. Ambos cayeron al piso en una pelea de mordiscos donde el sonido de los huesos triturándose, la piel rompiéndose y la sangre saliendo era lo único que se oía. Incluso Saisen tuvo que detenerse para ver la horrenda imagen casi siendo mordido por el lobo bajo él que no se rendía.

Quería ir a ayudarla pero ella había dicho estrictamente que no intervinieran. Una mordida de Liam podía ser letal y como aquellas bestias luchaban solo sería un estorbo. Siran había domado al pequeño cachorro dejándolo inconsciente y no muy herido entre sus patas y tampoco se perdía detalle de la escena. No sabía dónde empezaba un lobo y comenzaba otro. Su corazón palpitaba sin saber cuál sería el resultado. Además la preocupación por su alfa era algo que lo estaba volviendo loco.

Liam y Nebraska se separaron. El cuerpo de la loba regenerándose causándole dolor. Su estado era deplorable no muy diferente de Liam. Habían dado lo mejor de ellos en el enfrentamiento y sus pelajes estaban llenos de sangre y tierra. Aun así el lobo con su enorme tamaño y lleno de heridas se irguió para atacarla nuevamente no importándose que la mitad de su cuerpo estuviera lleno de heridas.

De repente un lobo oscuro cayó sobre el lomo de Liam y mordió el lomo profundamente. Aunque no ocasionó mucho daño y esta herida se cerró, pero al menos logró derrumbarlo a un lado. El lobo saltó y aterrizo al lado de Nebraska y le lamió detrás de la oreja. El corazón de la omega latió con alivio y gimió en consecuencia. Hades, su esposo estaba relativamente bien, estaba vivo.

Nebraska rápidamente revisó entre su pelaje con el morro en busca de heridas para encontrarlas cicatrizando. Eso solo significaba una cosa. Al otro lado de Liam, Layan caminaba hacia ellos. Se veía cansado pero dispuesto a seguir luchando. La omega se tambaleó levemente de alivio pero se recuperó al momento. Encontró una herida que todavía estaba abierta en la parte baja del cuello de Hades y la lamió mientras él no le perdía la pista a su enemigo que ya estaba otra vez de pie.

Una vez que notó que la herida comenzaba a cerrar más rápidamente dio un paso hacia adelante pero Hades le agarró el pelo del costado con la boca haciéndola retroceder.

-No te dejaré luchar sola-

-Y yo no me arriesgaré a perderte-le dijo- No me permitiré verte otra vez pensando que estás muerto-

Hades no dijo nada por unos segundos y se inclinó lamiéndole el costado del rostro.

-No me perderás, pero permíteme luchar a tu lado-

-A mí también-pudieron escuchar como Layan se metía en su conversación.

Nebraska giró la cabeza al frente y asintió.

-Entonces cúbranme, no dilatemos más esto-

Y los tres corrieron hacia Liam.


Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora