-Tengo que reconocer que eres más dura que una piedra- Hades caminaba lentamente, con las manos en los bolsillos de su pantalón, a pocos metros por delante de la loba.
Nebraska había insistido en caminar ella sola. Le había dicho, soltándose de sus brazos, que si seguían ayudándola en todo, no sería capaz de levantarse por ella misma, que agradecía su ayuda, pero que necesitaba hacerlo.
Mujer decidida, con un espíritu fuerte, cada vez se daba más cuenta que ella cumplía los requisitos. Aún era pronto y no podía dejarse cautivar, después de más de 600 años de firme convicción. El reinado de la manada de plata no era, ni sería de cualquiera.
La omega dio un paso delante de otro, midiendo la fuerza, la distancia, su respiración. Demasiados años habían hecho estragos, necesitaba entrenarse otra vez y recuperar su fortaleza lo antes posible.
Seguía a Hades, que mantenía una distancia decente, aunque sin dejar de vigilarla. La pared era su mejor soporte pero cuando se acabó al llegar a la escalera, las cosas se complicaron. Estaba más que segura que no sería capaz de llegar al segundo escalón sin rodar en dirección al piso.
Tragó en seco y al parecer el alfa se dio cuenta, pues dio media vuelta y la cargó en brazos.Ella se dejó. Él le había dicho que verían a su manada, así que no se negaría a esta ayuda, no era tan orgullosa para hacerse la todopoderosa y creer que podía llegar tan lejos, conocía sus debilidades y las capacidades actuales de su cuerpo. Hades no parecía querer atacarla, así que por el momento se permitiría este lujo.
El lobo la soltó nuevamente al estar en la primera planta y el calor masculino que llegó a ser cómodo la abandonó sin admitirlo. Nebraska sintió el peso de varias miradas sobre ella y se puso nerviosa, la sala de la gran mansión parecía estar ocupada por varios lobos que no pudo definir. Aun así no bajó la cabeza y retomó su camino detrás de Hades usando su espalda como soporte. No le pareció que el lobo le molestara pues no dijo nada.
Una luz la cegó llegando a la entrada al abrirse la puerta, era demasiado para sus ojos débiles. Retrocedió lentamente intentando refugiarse de la incomodidad que le ocasionaba pero sus manos fueron tomadas y enrolladas en el grueso brazo del lobo.
-Sostente de mí, en el camino no habrá mucho apoyo y estás muy inestable- el alfa había notado que sus piernas, de vez en cuando, hacían el intento de ceder bajo el poco peso de Nebraska y sus rodillas parecían que pasaban por su peor faceta- Sé que no quieres que por ser alfa esté cerca de ti, pero lo tendrás que resistir por el momento-
La loba levantó la cabeza intentando enfocar su rostro, le gustaría ver su expresión. No estaba acostumbrada a que un hombre fuera tan amable con ella y menos aquel que la reclamaba como suya, sin apenas haber intercambiado más de 20 palabras.
-Gracias-
Su pequeño agradecimiento parecer lo tomaron por sorpresa.
-No me agradezcas todavía- el alfa se hizo como que no oyó y retomó el camino sintiendo el peso extra a su lado, un peso que no estaba nada mal.
Varios de los miembros de su manada se quedaban parados o comentando cuando pasaban. Hades los ignoraba, rara vez estaba con una mujer y que esta sea ajena a la manada era algo nuevo para ellos.
Caminaron por varios minutos que a Nebraska le parecieron horas, hasta llegar la parte de atrás del pequeño poblado lobuno para encontrarse con un complejo de edificaciones más pequeñas a unos cuantos metros.
A esa altura la omega sentía sus piernas temblar y totalmente inestables. Cada paso que daba le costaba más y las rodillas crujían peligrosamente. Demasiado esfuerzo para un solo día, pero el deseo de estar con los suyos la mantenía en pie.
Hades se detuvo y le hizo soltarlo. Al estar sin un soporte Nebraska se balanceó sin remedio, pero el lobo no se había apartado. Se arrodilló y rodeó los muslos de ella y flexionando el codo quedando sentada sobre su brazo, atrayéndola hacia el para estabilizarla.
-Sujétate de mi cuello- le dijo una vez que se incorporó.
Nebraska vaciló ante la acción aunque el alivio de sus piernas fue inmediato. Puso sus manos sobre los hombros de él dejando que el caminara hasta su destino.
-Permitiré que uno de tus hijos te acompañe para que camines por el patio de la mansión, necesitas recuperar energía y forma física si quieres transformarte y no sufrir en el proceso, la última vez te tomó varios días despertar-
Nebraska oía las palabras que se diluían con la brisa suave de la tarde, se sentía bien tener la naturaleza a su alrededor, la libertad del aire puro sobre su rostro y piel.
-Eres bastante callada para haber sido una reina- el alfa se sentía ridículo hablar prácticamente consigo mismo. Levantó la mano libre y enrolló el dedo en un mechón de cabello oscuro corto y más arreglado que le rozaba los hombros descubiertos -Tu cabello- inclinó la cabeza sonriendo levemente -Se te ve bien así-
-Eres demasiado amable para ser un alfa- ella respondió calmada por primera vez desde que habían salido de la mansión.
La respuesta de ella no le gustó, cuál era la imagen que tenía sobre ellos, Rudoc definitivamente había hecho de todo para lucirse.
-Los alfas también podemos ser amables- Hades besó la punta de su cabello antes de soltarlo y enfocarse en el camino.
Nebraska pestañeó asimilando sus palabras, para recuperarse después, ¿amables? ¿esa palabra entraba en sus diccionarios? No se rompería la cabeza con cosas tan triviales, al final todos los lobos eran así con los omegas y con un objetivo oscuro detrás. Su propio esposo había usado esa artimaña con su inocente juventud. Ella ya no era una niña ingenua, no caería en sus redes, por más ¨amable¨ que él fuera, pero mientras sus hijos estuvieran bajo la cola del alfa, tendría que aguantarlo.
Hades se detuvo delante del complejo de casas. Nebraska pudo sentir el cuerpo relajarse, sin perder la guardia, por lo visto no quería asustar a nadie.
-Mi reina- una voz conocida llegó a los oídos de la loba.
Liam había salido de una de las puertas y corría en dirección a ellos, deteniéndose al verla sobre el brazo de aquel alfa imponente, en todo el sentido de la palabra.
-Hades- ella le susurró -Puedes bajarme, creo que puedo mantenerme por mi misma ahora, mis pies ya no duelen tanto-
Hades giró su rostro quedando muy cerca al de ella. Sus palabras parecían poco convincentes. Aun así lo hizo, no quería hacerle perder el poco poder que le quedaba delante de su gente, eso podría terminar desmoronándola.
Con esfuerzo y mucha fuerza de voluntad, Nebraska dejó los pies sobre el suelo y sin un soporte firme se mantuvo erguida milagrosamente. Hades a su espalda vigiló sus movimientos para actuar cuando fuera necesario, todavía estaba muy frágil y una caída podría hacerle más daño del normal.
Liam por fin se acercó a ella y se arrodilló tomando sus manos con lágrimas en los ojos.
-Mi reina, mi reina, está bien, no sabe lo feliz que estoy de verla-
-Yo también, Liam- Nebraska sonrió ligeramente recordando la compostura de sus tiempos de reinado, un magnate tenía que mostrarse digno y seguro incluso en los momentos más complicado.
-Oír su voz era todo lo que necesitaba- su antiguo beta besó sus nudillos dejando sus labios más tiempo del adecuado o eso le apreció a Hades cuando soltó un gruñido alto e involuntario que hizo a los lobos ante él estremecerse y mirarlo con cautela.
Alguien se había puesto celoso?
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Cautiva del Alfa #1.
WerewolfElla es una omega Pura y reina de su manada hasta que su esposo la destronó y encerró. Dos de sus hijos descubren la verdad y piden ayuda al alfa de la manada enemiga. Pero solo aceptará con una condición. Ella tiene que ser de él Y ella no volverá...