Gracias por existir

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Nebraska daba pequeño pasos ya pudiendo sostenerse sobre sus rodillas sin que estas se doblaran en el acto, aun así le dolía, pero ella lo ocultaba de Noa y Alan que hacían su mejor esfuerzo en ayudarla a recuperarse lo más rápido posible. 

En el otro extremo del cuarto, Nicolás estaba sentado con unos papeles que revisaba de arriba a abajo, con datos de su antigua manada y ahora perteneciente a Hades, quedarse de lado no estaba en su personalidad y le había pedido al alfa que al menos le dejara organizar los registros de su familia lobuna.

-Ma, ten cuidado, no te apresures, lo estás haciendo bien- Noa la sostenía con un brazo alrededor de su cintura, cuidando cada uno de sus movimientos.

-Cualquiera diría que yo soy su hija pequeña si sigues hablando así- bromeó la loba por primera vez desde hacía muchos años. 

La conexión instintiva entre madre y cachorro era más fuerte que cualquier separación que podía existir, y prueba de ello era la aceptación de sus hijos al hecho de que ella acabara de aparecer en sus vidas. Aunque no podía decir lo mismo de dos que aún no había visto. Siempre había sus excepciones y más cuando tenían a un padre que no aportaba nada a su relación.
-Rodrigo y Catalina ¿cómo están ellos?- 

El silencio reinó en la habitación. Alan ayudó a su madre a que se sentara y se arrodilló tomando sus manos. La omega pudo sentir como sus palmas empezaban a sudar y las acarició para calmarlo.

-Ma, sé que puede ser difícil, pero hay que darles tiempo, Rodrigo, digamos que su alma está más que contaminada por las creencias de pa, confió en que más adelante su relación contigo mejore pero no podemos garantizarlo por el momento. Además, el alfa tiene sus ojos sobre él y no puede ir y venir libremente por lo que está algo, más que molesto- su hermano era tan frío que hasta dolía su mirada, estar en el mismo cuarto con él, incluso sin dirigirles la palabra, podía ser sofocador.

-En cuanto a Catalina- Nicolás se sentó a su lado y besó la sien de su madre, había hallado que le gustaba hacerlo -Digamos que es algo diferente- Sus otros dos hermanos asintieron -No sabemos porque es así, pero está renuente a verte. Ella es muy impredecible e inestable y aunque sea nuestra hermanita querida tenemos que reconocer que es más difícil incluso que Rodrigo-

Nebraska sacudió el cabello de su hijo y sonrió.

-No se tienen que preocupar y adornarme la situación con pétalos de rosa. Estuve muchos años ausente y sé que las cosas han cambiado y que Rudoc se encargó de manchar mi imagen y eso es algo con lo que viviré. Ustedes no tienen que cargar el peso de ocultarme las cosas para hacerme sentir bien. No soy tan débil- los chicos se miraron entre sí indecisos- Recuerden que fui reina, esto solo sería una gota más en un vaso de preocupaciones-

-¿Ma, cómo puedes ser tan fuerte?- Noa apretó el borde de su camisa.

Ella tomó su mano a acarició cada uno de sus dedos. 

-Porque los tengo a ustedes-

-¿Tan importantes somos para ti?- Alan buscaba respuestas.

-Más que es aire que respiro. La única razón por la que no terminé mi vida en aquel lugar fue porque sabía que un día saldría de allí y podría reunirme con ustedes, por el momento solo podía protegerlos desde las sombras- 

Nicolás la rodeó y abrazó enterrando su rostro en el cabello.

-Gracias ma, por no rendirte-

Nebraska se sorprendió con aquella frase y una felicidad innata la invadió.

-Gracias a ustedes, por estar aquí-

***

Nebraska decidió caminar por sus propios medios cuando sus hijos se retiraron a sus habitaciones para comer, debido a las preparaciones para que los nuevos integrantes se unieran al gran comedor. Además estaba el pequeño detalle de ser hijos de un alfa como Rudoc, tachado de tantos apodos desagradables que no podían contarlos.

Salió de la habitación para caminar por el pasillo. En el cuarto a pesar de ser grande había muchos obstáculos que ella no podía definir y siempre terminaba con golpes.

Su vista, mejor que antes, todavía no enfocaba casi nada y aunque las siluetas eran más definida los colores se mezclaba. Dio un paso adelante soltándose de la pared y volvió a sujetarse. Necesitaba más fuerza si quería caminar sin soporte. Usando la pared como guía dio varios pasos lentamente hasta que los músculos de sus piernas se calentaron y le fue más fácil. 

Sin preverlo algo de apareció ante su pie, una madera quizás, y cayó hacia delante. Intentó sostenerse pero sus manos resbalaron hasta que algo la detuvo del impacto. Nebraska levantó la cabeza y no identificó la silueta que la sostenía, pero si el olor y el anhelo de muchos años.
Agarró con sus manos los brazos que la sujetaron y se enderezó con su ayuda sin poder soltar alguna palabra atorada en su garganta.

-Veo que está mejor, madre- la voz de su primogénito, Rodrigo, hizo vibrar su corazón.

La omega se adelantó y rodeó el pecho de aquel lobo alto.

Rodrigo no se esperó esa reacción y solo la dejó hacer, con los brazos a cada lado de su cuerpo.
-Al fin-ella sollozó suavemente contra él -Al fin puedo volver a verte, ha sido tanto tiempo-

No sintió respuesta por parte de su hijo. Estaba tieso mientras ella le demostraba nostalgia por su persona.

Se separó e incorporó sosteniéndose de la pared. Era de esperarse. Estaba segura que Rodrigo no la recibiría con los brazos abiertos. Tenía que reconocer que su rechazo era más doloroso que todo el que había recorrido su cuerpo a lo largo de los años, no lo podía comparar con nada.
Los pasos pesados de alguien se oyeron detrás de la omega y pudo saber de quién era aquel olor que llegó con mucha intensidad. Su sentido del olfato se estaba recuperando más rápido que los otros.

-Me alegra ver que han podido efectuar un encuentro familiar- Hades de detuvo al lado de Nebraska, como dueño, delimitando su espacio.

Rodrigo frunció en ceño, apretó los puños, y se contuvo. 

-Si me disculpan, me retiro-

Hades no le ordenó que se quedara aun si era una falta de respeto retirarse sin saludar al alfa. Lo vio dar la vuelta y desaparecer dos puertas más allá.

-Veo que ya puedes caminar- el lobo obvió el tema, la situación parecía tensa entre ellos y él, solo se mantendría al margen, no iba a interceder en un tema donde no tenía experiencia, solo por el momento.

-Si, Noa y Alan me han estado ayudando- su voz sonó apagada, decepcionada.

-Pues mejor. Espero que estés preparada- la agarró de la cintura y la atrajo para que usara su cuerpo como soporte. Con un dedo le limpió la única lágrima que había escapado de sus ojos y vagaba por su mejilla, para llevarlo  sus labios y saborear el salado líquido -Iremos a ver a tu manada-

Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora