Un voto de confianza

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Nebraska miró frente al espejo, su imagen y podría decirse que se vio hermosa. Gracias a la buena alimentación de los últimos días había ganado el peso necesario para estar en un peso adecuado, por lo que sus curvas habían regresado.

El vestido que Layan le había regalado las acariciaba agradablemente. Una pieza larga de tela roja que se amarraba al cuello dejando a la vista su esbelta espalda y níveos hombros. Diversos encajes plateados se fundían con la rica y detallada textura del vestido haciendo que con cada movimiento pareciera que tuviera vida propia. Simplemente hermoso.

Se giró para apreciar la leve cola que se arrastraba que terminaba en un completo tejido con diferentes patrones. Sonrió complacida con su aspecto. Le encantaba el vestido, Layan se había lucido. Solo se aseguraría de quitárselo cuando estuviera con Hades, no fuera a hacer que lo rompiera.

Sara también se había esmerado con su cabello. Después de peinarlo y ondearlo lo dividió a un costado dejándolo suelto. Ahora que veía en mejor estado decía que era una lástima recogerlo. Así que el contraste con lo oscuro que era, lo blanco de su piel y el vestido carmín hacía que pareciera en serio una reina.

-Te vez hermosa- Layan habló a su espalda volviendo a colarse en el cuarto para reclamo de algunas acompañantes.

Nebraska lo miró sobre el hombro con los ojos brillantes.

-Lo sé-

El alfa se fue después de intercambiar algunas palabras con ella, junto con las demás lobas. El día había pasado relativamente rápido y ya oscurecía afuera.

-Es hora, vamos- Sara tomó su mano y la dirigió afuera de la habitación- Hades debe estar esperando para comenzar-

Nebraska solo asintió con la cabeza.

-No estés nerviosa, ya tengo suficiente con Hades-

-¿Él está nervioso también?- eso la tomó por sorpresa, porque lo había visto muy temprano en la mañana y parecía normal.

-Llevo muchos años a su lado, otros no lo habrán notado, pero yo sí. Estoy segura  que se comió las uñas- la loba se burló.

La omega la miró cálidamente. La relación de ellos dos era muy cercana y hermosa.

-Pero sabes- Sara se quedó mirando por un momento la espalda de Nebraska y palmeó una de sus nalgas haciéndola sobresaltarse y mirarla con asombro- aun cuando ya estás bastante recuperada creo que te hace falta algunas libras más de grasa, sobre todo en esa parte. Na, no te preocupes, en cuanto Hades empiece a amasarlos eso se soluciona-

Lo que más le impresionaba a Nebraska de la esposa del beta era lo abierta que podía ser en torno a algunos temas y el sexo era uno de esos. No tenía pelos en la lengua para decir ciertas y determinadas cosas. Todavía no comprendía como podía estar casada con Siran. Ellos dos tenían caracteres muy opuestos, por no mencionar sus alturas. Eso tal vez era algo que se quedaría en incógnita para ellos.

Caminaron por el pasillo para llegar a la escalera para bajar a la primera planta. No había ningún lobo en la mansión. Sara le había dicho que estaban reunidos a las afueras para la ceremonia.

-Ah- Sara gritó- Nebraska espera aquí un momento, se me quedó algo en la habitación- y se giró corriendo.

La omega se recortó a la barandilla esperándola cuando oyó pasos cerca de ella.

-Ese vestido le queda precioso, alteza- Liam apareció con una expresión indescifrable en su rostro.

Nebraska se enderezó

-Gracias Liam- se había dado cuenta que hacía días que no lo veía.

-¿En serio se va a casar con el alfa Hades?- el lobo parecía tenso -¿Está segura de eso?-

Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora