Verdades

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Siran y Leoxi los recibieron en la entrada. A pesar de que el rostro del beta no mostraba alteración, sus manos como puño y el ceño ligeramente fruncido le dio a entender a Hades que le daría un puñetazo en el medio de la nariz si se ponía a la distancia adecuada. Así era la confianza que se tenían.

-Sara- le indicó con la cabeza a la loba y dejó que ella hiciera su magia, calmando a su esposo.

-Hermano- Leoxi lo abrazó con una palmada en la espalda -Futura reina- hizo una leve inclinación de la cabeza y volvió su atención a su gemelo para gritarle-¿Se puede saber qué te pasa? Casi nos jalamos los pelos intentando contener a este beta que no se le podía hablar porque estaba tan tenso por tanto papeleo. No te vuelvas a desaparecer así, al menos di para dónde vas-

Hades sonrió levantando sus hombros con indiferencia. Él, su beta y sus padres eran los únicos que podían hablarle en ese tono y no inmutarse.

-Yo también los extrañe-

-No tienes remedio-Siran protestó y entró nuevamente a la mansión con paso seco arrastrando a su mujer que se había quedado enredada en su brazo. Ya se le pasaría más tarde, para eso estaba su protegida, lo tenía comiendo de su pata.

Unos escandalosos pasos se escucharon en el segundo piso y el olor de aquellas tres personas llegó a Nebraska que tuvo que sostenerse fuerte con sus piernas más el brazo de Hades detrás de su espalda para no caer de rodillas cuando un Alan y Noa se lanzaron a su cuello abrazándola. Detrás apareció Nicolás con una expresión de alivio y marcas negras debajo de sus ojos.

Nebraska acarició sus cabezas antes de besarlas. 

-Estoy bien chicos, Hades y yo teníamos asuntos que resolver, siento no haberles dicho- repitió la excusa que Sara les había contado para calmar a la manada -A ver, déjenme apreciarlos bien-

Primero tomó el rostro del menor de los tres y acarició sus mejillas con el pulgar.

-No me equivocaba, mis tres hijos son hermosos-

-Ma, acaso tú- Nicolás se acercó más con rostro sorprendido al divisar el iris definido en sus ojos.

-¿Puedes ver? ¿Pero ver bien? ¿En serio?- Alan no podía contener su atención abrazado aun a la cintura de Nebraska.

Ella asintió suavemente y Nicolás no pudo evitar sonreír agradecido por todas las cosas buenas que estaban ocurriendo en sus vidas después de que habían ingresado a aquella manada. Se giró hacia Hades he hizo una pronunciada reverencia.

-Gracias alfa, no sé cómo agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros-

El lobo mayor saco las manos de los bolsillos y regó el cabello de la coronilla de Nicolás haciendo que varios mechones se soltaran de su larga trenza.

-No tienes que tratarme con tanto respeto, después de todo dentro de poco serán mi familia oficial-

Los tres chicos lo miraron con los ojos muy abiertos, junto a alguien que se mantuvo a raya en la puerta.

-Nebraska será mi reina, se casará conmigo en unos días, lo hemos decidido ya, y yo por supuesto que los adoptaré como mis cachorros- 

Un silencio reinó hasta que una voz grave lo rompió.

-¿Para manipularnos igual que nuestro padre?-

Más de uno de giró hacia quien habló y recibió un gruñido de desaprobación de parte de Leoxi.

-Rodrigo- el tono utilizado para regañar usado por su madre heló incluso a sus otros hijos. 

Hades le puso una mano sobre su hombro para tranquilizarla.

-Nebraska- se giró hacia ella -Ve con Leoxi y con tus cachorros, quiero hablar con Rodrigo de lobo a lobo-

Ella asintió con la cabeza con el ceño fruncido pero aun así le obedeció, no quería una discusión ahora.

Hades se puso frente del más joven con una sonrisa que nada mostraba felicidad.

-Tú y yo tenemos que aclarar algunas cuestiones, y después lo haré con tu hermana. Vamos a ser una familia, y me gusta que las cuestiones familiares estén claras-

Rodrigo no replicó, solo se mantuvo firme sin decir nada. Siguió a Hades hasta su oficina pero no se sentó. Apretaba sus puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Solo cuando el alfa insistió procedió a hacerlo con el escritorio de por medio.

-Sé que te criaste con tu padre, y me imagino todo lo que te pudo haber dicho- comenzó a decir el mayor -Puede que tu vida no haya sido fácil pero este es un lugar diferente-

-¿Qué puede saber el alfa de otra manada?-

Hades se dio cuenta que trataba con alguien criado para ser arisco. O quizás no.

-Tienes razón, no lo sé, no me imagino como pudieron ser estos años para ti. Ni siquiera puedo comprender como te sentiste al no ser criado por tu madre, pues nunca he estado en esa posición -estudió su expresión que por el momento era sombría -Por eso quiero comprenderte-

Rodrigo abrió sus ojos. Aquellas palabras nunca se las habían dicho nunca.

-¿Por qué? ¿No es más fácil ignorarme o enviarme para que no moleste en su perfecta vida?-

Hades se recostó en el respaldo de su silla.

-Acaso parezco alguien que haría eso. Tu madre será mi reina dentro de poco, y yo prometí adoptarlos a TODOS- recalcó la última palabra -Pero no de nombre. Si ustedes serán mis cachorros yo tengo la responsabilidad de cuidarlos y darles todo lo necesario. Así como saber si algo les incómoda o se sienten mal-

-No somos sustitutos de tus cachorros- la frase cruel le hizo vibrar una vena en la frente de Hades. 

Eso era un tema muy sensible pero lo dejó pasar. Al igual que su madre que no sabía lo que era el placer hasta hace poco, aquel joven no conocía lo que era el cariño o el afecto. Estaba seguro que Rudoc no se lo daba manera adecuada o quizás ni siquiera se esforzó en hacerlo.

-No quiero sustitutos. Quiero cachorros como ustedes que estén al lado de su madre, cuidándola cuando yo no esté a su lado haciéndolo. No me parezco en nada a tu padre. Una educación debe ser estricta pero no al punto que no puedas abrirte para los demás. Quiero que te abras Rodigo, cuentes lo que te abruma, sentirás que todo ese peso que llevas se irá-

El menos aflojó su máscara fría y Hades supo que estaba ganando terreno.

-¿Has pensado alguna vez en hacer lo que te gusta, relacionarte con los que quieras, incluso con tus propios hermanos? Ellos hablan de ti, les gustaría pasar más tiempo a tu lado. Tu madre también me compartió esa preocupación-

-Seguro que quieren algo de mi-

Hades resopló.

-No todos buscamos algo a cambio cuando damos afecto. Ser social es parte de nuestra naturaleza, vivir en manada forma parte de nuestro instinto, si te aíslas solo te matarás lentamente, por eso quiero que hables conmigo, eres un lobo inteligente y capaz, no desaproveches tu vida de esa forma-

Rodrigo se revolvió en el asiento. En apenas pocos minutos aquel alfa le había dirigido más palabras que todas las que su padre le había dicho en todo el tiempo que habían vivido juntos. Hasta su forma de dirigirse a él, su olor, todo era diferente. No sentía hostilidad contra su persona, solo una calma que lo envolvía poco a poco y le hacía recordar cuando era pequeño y quería los brazos de su madre para que lo mimara. Algo que nunca obtuvo.

Se mordió el labio y también las manos.

-Mi padre...no fue bueno con nosotros, tal vez cuando vivíamos allí y no conocíamos nada más lo considerábamos correcto, pero ahora aquí, nos damos cuenta que no era lo que creíamos- 

Hades lo oyó con calma, había empezado a soltar todo, solo lo dejaría, aunque lo vio levantar la cabeza con el rostro un poco pálido. Una bomba iba a caer.

-Yo...siempre supe...que mi madre estaba viva...y donde estaba encerrada-

Nota: ¿Cómo creen que reaccione Hades ante esta confesión?

Cautiva del Alfa #1. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora