En los ojos de la bestia ® [01]

Capítulo 10.

MYKE WALKER.

Kendo ríe y espera que le explique algo que no haré porque no soy de dar explicaciones de mi vida a nadie.

— Entonces, si consigo a esa chica entre el público ¿Peleas? —Pregunta sonriente.

— Te resultará imposible. —Respondo con una media sonrisa en el rostro— Te rechazará y te mandará a la mierda.

— ¿Apostamos?

— Si consigues que la chica esté entre el público pelearé, si no lo consigues tendrás que darme tu bonito coche. —Él abre los ojos como platos.

— Te has vuelto loco.

— Consíguela y no tendrás que darme nada.

Alarga la mano y nos damos un fuerte apretón.

— Cuéntame quien es la chica.

— ¿Recuerdas la chica qué vino preguntando por mi? —Pregunto y encoge los hombros.

— Han venido varías. —Responde seguido de una carcajada— Me haces sentir envidia chaval.

— La última.

Tras varios minutos pensativo, la recuerda y ríe.

— Guapísima.

— Esa es la amiga de la chica. —Aclaro.

— Tengo su número, conseguiré a la chica y no perderé mi cochazo.

— Trato hecho.

Él se marcha para hablar por el móvil y yo desenvuelvo un chicle.

Sé perfectamente que si me subo al ring y peleo, la bestia cobrará vida y no terminará nada bien, por esa razón le he propuesto la apuesta a Kendo, la chica de ojos canela jamás aceptará y yo me libraré de la pelea.

YULIMA TYLER.

Janet se aleja debido a una llamada de teléfono. Estudio a pesar de que en mi cabeza no hay sitio para ello, casi no me concentro y lo peor es que ese bestia tiene la culpa, no consigo sacármelo de la cabeza, sus ojos misteriosos mirándome.. Vale, creo que estoy volviéndome loca o peor, masoquista.

Janet salta sobre la cama, da tres saltos y suelta un grito.

— ¿Se puede saber a qué viene tanto escándalo? —Pregunto mordiendo el bolígrafo.

Me lo quita de la boca y pone las manos en mis hombros.

— Di que si. —Sonríe inocente.

— No.

— Venga, di que si. —suplica.

— No te diré que si sin saber a qué estoy accediendo. —Digo poniéndome seria.

Ella mordisquea su labio inferior demostrándome sus nervios.

— Janet. —Me cruzo de brazos.

— Tú solo di que si. —Suplica juntando las manos.

— No.

— Está bien, te lo contaré.

Me muestra de nuevo la fotografía de Myke y pongo los ojos en blanco.

— ¿Otra vez? Déjalo ya Janet. —Digo molesta levantándome de la cama.

— Escúchame antes de sacar conclusiones, no tiene nada que ver con el juego. —Asegura— Es sobre una invitación.

— Una invitación ¿De qué estás hablando?

— Me han llamado Kendo, el tío de las carreras de coches, ya sabes de quién te hablo ¿No?