YULIMA TYLER.
Sus ojos en este momento están bañados en un ligero y brillante color verde. Diría que más verdes que nunca o estoy imaginándomelo. Con él todo puede pasar.
— Quiero que esa parte de ti solo me pertenezca a mi. —Digo descubriendo mis deseos más profundos e íntimos.
— Solo te pertenece a ti —Dice en un susurro. El tiempo que ha pasado hasta que me lo ha dicho me ha parecido una eternidad y eso que sólo han sido dos segundos.— Nadie, nunca conocerá la mejor parte de mi.
— Quiero que todos sepan que no eres el tío cruel que golpea a la gente. —Digo gateando por encima de él hasta volver a sentarme encima— Pero quiero que solo yo sepa y conozca los sentimientos que hay tras el corazón de la bestia.
— La bestia no tiene corazón. —Me dice.— Sabes que es alguien o algo que actúa al margen de mi.
— Tú tienes el corazón —Susurro— sé que si tú mueres la bestia desaparece, que si tu corazón se detiene la bestia no podrá sobrevivir —Digo llevándolo por el lado de la lógica— entonces dime ¿Quién tiene el poder? ¿Tú o la bestia?
Arranco de sus labios una media sonrisa. Joder. Dios. Maldita sea ¡¿Cómo puede ser tan oscuro y sexy a la vez?!
— Eres fantástica. —Me besa— Absolutamente fantástica.
Siento sus manos trepar por mi culo. Aún no he aceptado su propuesta de darnos una nueva oportunidad pero dejémoslo en la incertidumbre un poco más. Tumbo mi cuerpo sobre el suyo completamente y lo beso. Tenemos un grave problema y es que no podemos estar el uno sin el otro. Yo me siento vacía, rota y él entra en una espiral de descontrol que no le conviene mientras que no sepa como controlar o hacer desaparecer a la bestia.
Con un ligero movimiento de muñeca y dedos me quita la toalla. Veo como su cara es iluminada por una sonrisa llena de deseo, picardía y excitación.
— ¿Y qué pasa si yo hago lo mismo? —Pregunto agarrándole la toalla.
— ¿Quieres qué te explique lo qué pasaría? —Pregunta ronco. Jadeo, quiero, claro que quiero que me lo explique.
Si. Contesta mi subconsciente en mi cabeza.
— Si. —Respondo. El subconsciente siempre tiene la razón.
— Pasaría.. —Sin esperármelo consigue ser él quien se coloca encima de mi.— Que perdería el control.
— ¿Para bien o para mal? —Pregunto alzando al mismo tiempo una ceja— Dime, quiero saberlo.
— Para bien, sin duda.
— Entonces piérdelo. —Susurro.
Su mano desliza por mi vientre logrando que mi cuerpo se retuerza, esto es lo que él consigue, solamente él. Acerca los labios a mi oído y mordisquea mi oreja. Quiere enloquecerme, hacerme pagar por haberse puesto de rodillas ante mi. Típico de él.
Le quito la toalla, me sonríe, nos besamos con tantas ganas que podría explotar una maldita bomba y no nos importaría.Separa nuestros labios y recorre mi cuerpo con dándome diminutos besos. Me aferro a las sábanas, suelto un gemido leve y muerdo mi labio. Dios ¿¡Cómo lo hace!? Ni siquiera yo podría producir en el semejante excitación. Puede que le ayude su experiencia o que simplemente me recorra en busca de mi punto débil ¿Pero cuál? Creo que todo es mi punto débil. Damos una vuelta en la cama, quiere que esta vez sea yo la que tenga el mando y me gusta, no mentiré.
— ¿Estas a mi merced? —Pregunto.
— Completamente. —Responde.
— Todo lo que se me lo has enseñado tú. —Sonríe.
— ¿Y has estado atenta en clase señorita Tyler? —Pregunta haciéndome reír. Será imbécil.
— Creo que si. —Contesto.
Le doy besos en el abdomen y bajo despacio muy despacio. Oh... Myke sintiendo escalofríos, no puedo creerlo. Alzo la mirada, está disfrutando y me encanta verlo tan relajado sin voces atormentándolo. Me hace levantar de nuevo la cabeza sujetándole de la barbilla y me inclina hacía él para besarme. Su brazo serpentea mi cuerpo mientras nuestros labios disfrutan de un cálido beso apasionado.
Sus dedos juegan con mi sexo. Mis gemidos se escuchan por toda la habitación y ojalá nadie más lo esté escuchando. De repente y sin aviso entra en mi. Grito, no puedo evitarlo y parece que a él no le importa. Presa por su brazo me muevo de manera rápida haciéndolo disfrutar también a él tanto como estoy disfrutándolo yo. Se sienta en la cama. Rodeo su cintura con mis piernas sin detenerme. Gimo, él gime también y enreda los dedos en mi pelo. Inclino la cabeza dejándole vía libre en mi cuello.
— Te quiero —Le digo alzando un poco la voz y aprieta mi muslo.
Caemos en la cama después de llegar al clímax. Permanezco encima de él con el pelo alborotado y rio a carcajadas.
— ¿De qué te ríes? —Pregunta divertido echándome a un lado el pelo mojado por el sudor.
— No lo sé —Respondo— No te burles de mi.
Besa mi frente. Suspira, pero es un suspiro envuelto en felicidad.
— Yo también te quiero. —Me dice— Y aunque te diga lo contrario cien veces quiero que siempre tengas claro que la única verdad es que estoy enamorado de ti.
Muevo la cabeza. Dejo un dulce beso sobre sus labios y echo la cabeza en su pecho.
— Se que me quieres. Puede que después de ser cruel conmigo lo pusiera en duda pero aún así.. sabía que me querías.
— ¿Por qué confías tanto en mi? ¿Por qué estás tan segura de qué podré salir de esto? A veces siento que es algo superior a mis fuerzas. —Confiesa dejándome paso a sus emociones.
— Porque se que puedes hacerlo, eres fuerte, has conseguido seguir adelante a pesar de todo.. A pesar del abandono y de lo que dijeran los demás de ti. Myke, te conozco, yo si te conozco de verdad aunque eso no te guste a veces —Acaricio sus labios— y se que podrás con todo.
— ¿Y te hago daño? —Pregunta— En cierto modo ya te lo estoy haciendo.
— No ¿Por qué dices eso?
— Porque no estás estudiando, estás dejándolo todo de lado por mi y no quiero. Quiero que persigas tus sueños y no a mi. —Su voz es tierna, tan tierna que casi no puedo reconocer al Myke que conocí al principio de todo— Eres fantástica, inteligente, persistente.. mereces algo mejor que yo.
— Lo que merezco lo importa, importa lo que quiero y te quiero a ti.
— Eres una terca.
— Y tú un imbécil. —Sonrío— Volveré a estudiar, lo haré, pero sólo cuando cumpla la mayoría de edad, no quiero que mis padres influyan en nada.
— Está bien. —Me da un beso— Voy a pedir algo de comer.
— No hemos dormido ¿Y tú piensas en comer?
Ya sé que está pasando. Ya lo entiendo.
— No quieres dormir porque temes hacerme daño. —Le digo y agacha la cabeza— Myke.
— Dormiré cuando tú estés despierta ¿Si? —Me acaricia— Ahora voy a pedir algo que estoy hambriento.
Se levanta. Rodea de nuevo su cintura con la toalla y se sienta frene al teléfono.
Me levanto. Utilizo la sabana para cubrir mi cuerpo, me recojo el pelo y voy a mirar nuestra ropa. La saco de la secadora.
— Si, algo ligero. —Escucho decir a Myke.
— Glotón. —Le digo.
De repente cae algo del bolsillo de su pantalón. Una bolsita con... droga.
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En los ojos de la bestia ® [01]
RomanceTrilogía Bestia. {01} Fantasía y Romance. El amor lo ayudará a descubrir quién es en realidad y su pasado hará reales sus peores miedos. ¿Podrá ella amar su infierno? *** Su descontrol provoca dudas, miedos y desconfianza. ¿Cómo sabes a qué te enf...