En los ojos de la bestia ® [01]

Capítulo 44.

YULIMA TYLER.

Sus manos deslizan por mi cintura. Deja caer la cabeza sobre mi hombro, lo miro de reojo viendo en el una expresión graciosa, verdaderamente le encanta joder a la gente, eso no se puede cambiar.

— Si, trabajo aquí. —Le dice la chica seria pero mirándolo con los ojos muy abiertos.

Lo agarro de las manos. Tal vez un poco posesiva, pero es que no soporto que lo miren como ella lo está mirando

¡Si, te has acostado con él, pero ahora es mío! Quiero gritárselo pero si lo hago pareceré una loca celosa y no, no lo haré.

— ¿Has pagado ya la cuenta? —Me pregunta en un susurro que eriza mi piel al instante. Ag, ni siquiera puedo odiarle por esto.

— Si, estábamos hablando sobre ti. —Responde ella solo para sacarle conversación.

— ¿Ah si? Que bien que conozcas a mi novia. —Le dice.

— Me alegra que por fin sientes cabeza y dejes de acostarte con las tías que se te cruzan. —Ataca ella— Espero que no destroces las ilusiones de otra más.

— Tranquila, de eso me encargo yo —Le digo.

Debido a mi tono de voz y lo incómoda que se está volviendo la conversación decidimos salir de la cafetería.

— ¿Ella es.. —Detiene mi pregunta respondiéndola.

— Si, me acosté con ella. —Dice sacando un cigarro y encendiéndolo.

— Ah.

— Con ella y con muchas más.

Pongo los ojos en blanco. Camino dejándolo atrás pero me detengo al oír su endemoniada risa.

— No puedes enfadarte por algo que ya sabías. —Dice en un tono descarado.

— Que lo sepa no es lo mismo que encontrármela o que tú me lo confieses con todo el descaro.

Le da una calada al cigarro mientras mueve la cabeza. Ríe con el cigarro entre sus dientes y el humo le sale por la nariz.

— Soy una persona sincera, no voy a mentir en ningún momento.

— Ya lo sé, a veces es irritante tanta sinceridad.

Apaga el cigarro con la suela de su zapato y se acerca a mi.

— Yulima Tyler ¿Estas celosa? —Pregunta burlándose de mi. Mierda, no puedo evitar reír también.

— Olvídame. —Respondo fingiendo un enfado que no logro tener.

— Vale, vale.

Camina dejándome atrás. Acelero el paso y le golpeo el hombro.

— ¿Ni siquiera intentas arreglarlo? —Pregunto. Gira la cabeza y niega con la cabeza— Ah, bien, entonces duermes en el sofá.

Lo vuelve a hacer, vuelve a reírse, esta vez de una manera mucho más sonora e irresistible.

— Oficialmente ya somos pareja. —Ríe.

— No me hace gracia.

Pasa los brazos por mi cintura.

— No, no va a funcionar. —Advierto en voz baja.

— ¿Sabes por qué no intento arreglarlo? —Pregunta con su vocecita dulce y hago una mueca con los labios— Porque es mi pasado y no puedo cambiarlo.

— Ya se que es tu pasado pero me molesta que tu pasado venga y me diga que yo seré una más, un polvo, que tú no eres de nadie —Me besa— ¡Para! Estamos discutiendo.