Capítulo 59.

138K 10.6K 2K
                                    

MYKE WALKER.

Permanezco frente al fuego que ha iniciado ella en la basura. Contengo las lágrimas, me niego a derramar ni una sola de las lágrimas que me están ahogando por dentro. Decido ponerme en pie, recobrar la compostura y subir al apartamento.

Entro y camino hasta mi habitación bajo la mirada de Luz.

— No es buen momento. —Digo antes de que pronuncie palabra.— Si dices algo yo mismo Te echo fuera de casa.

Le cierro la puerta en la cara sin ni siquiera darle la oportunidad de decir lo que sea que iba a decir.

"¿Enserio vas a lloriquear por esa niña? Sabía que eras imbécil pero no que tanto"

— Sal de una puta vez de mi mente.

"No hasta que me aceptes, que aceptes que tienes una parte mala y que permitas que cometa todas las cosas que quiero hacer"

Me golpeo la cabeza con las manos. Balanceo mi cuerpo e intento pensar en otra cosa para hacer desaparecer la voz de la bestia. Lo único que consigo es pensar en el daño que le he hecho a Yulima, no sé lo merecía, solo ha querido salvarme.

— Se que me has pedido que no te interrumpa. —Dice Luz entrando con un vaso de leche.

— ¿¡Piensas qué soy un puto mocoso!? —Pregunto subiendo el tono, alterado e irreconocible.

— No, pienso que ya que no me permites abrasarte, puedes permitir que te cuide. —Dice en un tono muy bajo, demasiado bajo.

— No se que cojones haces aquí.

— Estoy aquí porque para mi eres muy importante Myke y aunque me odies siempre estaré a tu lado. —Rio. Aplaudo dejándola confusa.

— Que gran actuación. Osea, ahora nadie me abandonará, ahora soy el puto chico que da tanta lástima que le prometen cosas que resultarán ser mentira.

— Sabes que siempre he intentado estar a tu lado. —Asegura— Pero tú no me lo has permitido, siempre me has aborrecido.

— ¿Y nunca has llegado a la conclusión de qué tal vez lo qué necesitas es hacer tu vida lejos de la mía? —Pregunto de una manera cruel, como de costumbre no puedo decir las cosas de otro modo.

— Se lo que te ocurre Myke. —Hace el amago de tocarme pero me levanto impidiéndoselo— Quieres desahogar tu dolor.

— No siento ningún dolor.

— Tu dolor es una chica de ojos marrones. —Bajo la mirada.

— Ojos canela. —La corrijo en voz baja— Ella no tiene nada que ver en esto, te dije que no la nombrases más.

— No la nombraré más si es lo que quieres pero eso no hará que la olvides. La he visto salir del portal y minutos después has vuelto ¿Qué ha pasado? —Pregunta, frunzo el ceño y me quito la camiseta.

— No te sigas metiendo en mi vida Luz. —Advierto— Y te lo estoy diciendo muy enserio.

— Si no eres capaz de controlar tus propios pensamientos, tampoco podrás controlar a la bestia.

— ¡Qué te calles de una puta vez! —Grito, me mira asustada y retrocede unos pasos— Como vuelvas a intentar ayudarme te vas, yo mismo saco tus cosas a la calle. Fuera. —Me mira— ¡Fuera!

Sale de la habitación, cierro la puerta de un fuerte portazo y golpeo la pared haciéndome añicos los nudillos.

Me doy una larga ducha. Sigo estando preso de la voz de la bestia que no deja de repetirme lo inútil, lo frágil y lo mierda que soy. Siempre he querido averiguar qué es lo que tengo dentro de mi pero a medida que los años pasan.. me aterroriza saber qué o quien tengo dentro de mi.

En los ojos de la bestia ® [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora