En los ojos de la bestia ® [01]

Capítulo 18.

YULIMA TYLER.

Lo admito, deseaba este beso, en otro momento quizás, pero deseaba este beso porque no se lo que tiene este imbécil, pero lo tiene y me encanta.

Nos separamos porque nos quedamos sin oxígeno y aunque deseo preguntarle porqué lo ha hecho, mi mente me grita:

"Pues porque es un mujeriego y es lo que hacen los mujeriegos"

Le doy una fuerte bofetada que hace su cara girar a un lado y me limpio los labios pasando la mano por ellos.

— Nunca vuelvas a besarme ¿Me oyes? Yo no soy ninguna de tus amiguitas, no soy una más ¡Gilipollas! —Exclamo dándole al mismo tiempo golpes sin cesar en el pecho con muchísima rabia.

Él ríe ¿Por qué está riendo? Odio cuando hace eso, cuando ríe sin un porqué pero ríe con su endemoniada pero preciosa risa, que aunque intente hacerlo notar lo menos posible.. sé que él sabe que me encanta.

— Lo que quieras, pero me has seguido el beso. —Dice volviendo a la cama mordisqueando su labio solo para picarme más.

— Mira —Cojo el suficiente aire para soltarle sus verdades a la cara— me da igual con cuantas tías te has acostado, me importa una mierda quien sea o cómo te apodes, me importa una ¡Mierda! Que es lo que has intentando besándome, pero que te quede clara una cosa —Le advierto señalándolo— a mi no me vas a utilizar.

— Solo ha sido un beso. —Ríe.

Después de relamerse los labios pasa el dedo pulgar por ellos. Me acerco para volver a darle una bofetada pero esta vez él agarra mi muñeca evitándolo.

— Ya me has golpeado una vez, es más, eres la única que me ha puesto la mano encima, pero mírame y escúchame atentamente —Su voz es extremadamente ronca— ni se te ocurra volver a intentarlo.

— ¿Me devolverás el golpe? —Pregunto directamente y sin ningún tipo de rodeo.

— Aunque tenga que luchar contra.. —Traga saliva— nunca te pondría una mano encima.

Me pone nerviosa su mirada y su voz tan ronca, es como si tuviera el poder de sacar una parte de mí que desconocía.

— Entonces tú nunca vuelvas a besarme.

— ¿Eso quieres? —Pregunta apoyado las manos en la cama para inclinar su cuerpo hacía mi.

— Si. —Respondo acercándome para que note que no me importa ni me intimida como él pretende.

— Eres igual de guapa de cerca. —Murmura provocando que mi piel se erice.

¡Joder, odio eso!

— Adiós Myke.

Tose, eso es un "no me llames así" y yo le sonrío.

— Tienes un nombre precioso para ocultarlo.

Camino hacía la puerta, esta vez para irme de verdad, mi madre debe estar furiosa.

— Tú sí que eres preciosa. —Dice él sin cortarse un pelo.

Al salir, aprovechando que no puede verme sonrío como una idiota ¿Cómo puede hacerme sentir una especie de amor-odio tan rápido?

— ¿Y bien? —Me pregunta Janet.

— Vámonos, mi madre debe estar furiosa.

Ella se detiene en seco con los brazos cruzados y mirándome seria.

— Tienes el labial corrido.

Pongo los ojos en blanco y avergonzada me limpio los labios, había olvidado completamente que tenía labial.